Walter White nos ha dejado. Y Heisenberg también. Nos va a quedar el consuelo de que nos ofrecerán pequeñas dosis de Saul para que no le añoremos tanto, pero el cabrón más grande que saliera nunca de un hombre modélico, ya no nos acompañará más.
Ya en su día hablamos de ella,
pero no esta de más darle un repaso a "Breaking Bad" ahora que ya ha acabado. Y es que lo que
nos ha quedado es todo un manual de todo lo que pueden (podemos) llegar a
ocultar las personas: ese es para mí el gran tema de la serie. Y es que todos,
absolutamente todos los personajes principales de la serie ocultan algo.
A partir de aquí spoilers a
cascoporro, así que si alguien lo lee, que asuma las consecuencias.
El caso más obvio es de Walt White,
pero el resto no se quedan atrás: Skyler y su infidelidad; Marie y su
cleptomanía; Hank y sus ataques de pánico; Jessie y su insondable necesidad de
amar y ser amado… Pero bueno, esto podrían ser la típicas contradicciones que
todo buen personaje tiene que tener, pero es que la cosa se extiende mucho más:
un entrañable abuelo resulta ser el matón-arreglador más implacable del estado;
el mayor traficante de metanfetamina de suroeste es el respetable y respetado
dueño de una cadena de restaurantes que todo el mundo adora; una sofisticada
ejecutiva no duda ni un ápice en ordenar matanzas (sin ensuciarse jamás las
manos, por supuesto, que ordinariez) si eso le lleva a ganar más dinero; un
tranquilo vendedor de aspiradores es un maestro en crear falsas identidades y
hacer desaparecer prófugos… En el panorama que presenta la serie todo esta
corrupto y esconde cosas: los interruptores guardan píldoras mortales;
auténticas fábricas de droga se ocultan bajo lavanderías;
hay montañas de dinero en guardamuebles; y las plantas del jardín contienen
venenos letales.
Para mostrar todo esto, la serie ha seguido una evolución modélica que, dejando tristemente de lado el sentido del humor del que hacía gala la serie en las primeras temporadas, le ha llevado a crecer exponencialmente en cada temporada tanto en público con en crítica, sin caer ni en los temidos alargamientos de historia innecesarios ni finales abruptos. Un ejemplo de contención y de claridad de ideas por parte de su creador Vince Gilligan. El broche para todo esto ha sido un final en el que todas las tramas se han cerrado y en el que las dos vertientes del protagonista Heisenberg y Walter White, han encontrado su fin. Algunas de las situaciones han sido resueltas a la manera de White (el acuerdo al que llega con los Black) y otras a la manera de Heisenberg (la liberación de Jesse y el final de los asquerosos neonazis y de la aun más despreciable Lydia…) Además se ha dejado claro lo que se tantas veces se ha insinuado, que Walter White quizás se convirtiera en Heisenberg para dejar a su familia en una buena situación, pero luego continuó siéndolo por la sensación de poder y control que tenía, y que le permitían resarcirse de toda una vida de frustraciones. Por eso, el estupendo plano final que nos muestra a Walter falleciendo con una sonrisa insinuada en los labios, nos deja con la duda de cual será el motivo de su sonrisa ¿Sonrie Walter White por haber dejado a su familia un futuro presumiblemente bueno? ¿Es Heisenberg el que sonríe por haber logrado la hazaña de haberse convertido en el narcotraficante de metanfetamina más grande del mundo? ¿O es una mezcla de los dos?...
Una gran serie sin duda, que será
recordada por mucho tiempo y que debe servir de ejemplo a la hora de encarar
una ficción televisiva por su rigor y por lo claro que ha demostrado tenerlo su creador desde el principio.
Buena reseña.
ResponderEliminarCoincido con lo que comentáis, ha sido un final perfecto para una grandísima serie, se nota lo planeado que estaba todo y la evolución de Walter White es ejemplar. Una pena que termine, aunque mejor que sea con un cierre de estas características.
¡Saludos!
Poco más que añadir a lo que comentas. No es mi serie favorita ("A dos metros bajo tierra" sigue ostentando ese honor) pero sin duda esta en el podio por su coherencia, su audacia y su originalidad. A ver si pronto aparece una serie que recoja el testigo con dignidad.
EliminarSaludos
Excelente artículo! Muy buena serie, y muy bien el cierre que le dieron. Como bien comentas, el plano final es espectacular!
ResponderEliminarSaludos, Jorge!
Un final modélico, capaz de sorprender y cerrar tramas, sin tirar de sorpresas increibles ni pirotecnia. La echaremos de menos.
EliminarSaludos
Ummm, he tenido que dejar de leer esta entrada muy pronto...Voy por la 3ª temporada. Tengo mucha curiosidad sobre el final pero me alegra que me quede Heisenberg para rato, jajaja
ResponderEliminarUn abrazo
Me da un poco de envidia las horas de disfrute que te quedan... JEJEJE Espero que cuando la termines dejes por aquí tu comentario.
EliminarUn abrazo
Excelente post. Jo, qué serie más buena, ya he podido ver el final. A pesar de lo mal-rollera que es a mí se me ha quedado una sensación muy positiva. Y qué buenos los personajes con la dualidad que tú dices (yo añadiría lo ida que está Marie con todos los muebles morados! me parto). Además lo ha tenido todo la serie, acción, tensión, humor, drama, y personajes viles y honorables según el momento. Queremos más series como esta!!!
ResponderEliminarUn saludo!!!
Esa sonrisa que tiene Walter se contagia al espectador, como bien dices jejeje
EliminarA ver si pronto hay otra serie a este nivel. Aunque este año ya he descubierto alguna joya de la que pronto hablare por aquí...
saludos! !!!