martes, 26 de mayo de 2015

Clases magistrales.


Un día en una librería me encontre este libro en un edición de bolsillo y di palmas con las orejas, ya que hasta entonces solo había encontrado por internet ediciones de lujo bastante caras, que se me iba de presupuesto.
Ahora un poco de contexto. Por si alguien no lo sabe hay que tener en cuenta el contexto en el cual se produjeron estas conversaciones. Hitchcock había sido visto hasta entonces como un mero artesano que realizaba películas de suspense, hasta que gracias sobre todo a la labor de Truffaut y Claude Chabrol cuando eran críticos en "Cahiers du cinema", se empezó a gestar el cambio en la valoración que se hacía de su trabajo, para llegar a ser reconocido a día de hoy como uno de los más, sino el más, importante creador de formas de la historia del cine.

Hitch se muestre muy severo con su cine, y no tiene problema en reconocer los fallos que el considera que tienen sus películas. Se explaya en todos los aspectos, tanto la construcción del guión y los actores, como los aspectos técnicos. Y no tiene ningún problema en asumir los fallos en todos ellos. A veces reconoce que los fallos se debieron a sí mismo: bien por su inexperiencia, en sus primeras películas inglesas, y también en sus primeras incursiones en el cine norteamericano: bien por su afán de lograr repercusión, lo que le llevo en ocasiones a luchar por conseguir a las estrellas más grandes del momento, como Paul Newman o Ingrid Bergman, como protagonistas, por más que no fueran los más apropiados para esos roles. En ocasiones acusa de esas deficiencias a la falta de medios, y en otras a las ingerencias del estudio o del productor, sobre todo a Selznick. Hay momentos  en los que esa dureza para consigo mismo me ha sorprendido especialmente, como lo duro que se muestra con películas como "La soga" o "Naufragos", dos de sus trabajos que más me gustan... Tendré que volver a revisarlas, a ver si tiene razón don Alfredo, o se pasó de exigente con su obra
Curiosamente nunca culpa al público de los fracasos: nunca sale de su boca un "esa película fue incomprendida" o un "el público no estaba preparado para esa película aun". Esto último llama la atención, cuando día sí, día también encontramos a advenenizos defendiendo sus fracasos a capa y espada y culpando a la audiencia de inmadura o de mal gusto (por más que esos sean dos males también frecuentes a día de hoy entre los espectadores). Aunque es cierto, que con libros como este, y corrientes de pensamientos auspiciadas por "Cahiers de cinema" y "Sight & Sound" se fue dando forma a lo que se ha llamado "política de los autores" a la hora de juzgar una película, que entiende al cine como arte y al director como su único creador. Sin embargo, cuando uno se para a leer entrevistas con John Ford, Howard Hawks, Buñuel, o esta con Hitchcock, encentra para su sorpresa que ellos, basicamenet se veían como creadores de ficciones para entretener al público. Cuanto distancia hay entre esta generación y los que se erigen en salvadores del cine porque su corto haya sido seleccionado en Sundance... Pero volvamos al tema, que me dejo llevar.
Con los que no se muestra tan comprensivo es con cierto sector de la crítica cinematográfica, a los que el califica de "verosímiles" (y que hoy en día siguen existiendo... aunque afortunadamente cada vez en menos medida), que derrengaban su cine por el hecho de sostenerse sobre premisas poco creíbles. Afortunadamente, Hitchcock siempre defendía de que el se valía de sus guiones como premisas sobre las que desarrollar la intriga mediante sus míticas set-pieces.
Además de esto otra cosas que sorprende mucho es como  las conversaciones le consolidan como un narrador nato, ya que no pierde la ocasión para contar anécdotas, personales o de otros, y como las habría resuelto visualmente de una manera que es casi como la estuviera uno viendo. Así deja comentarios jugosos como que su desprecio por narrar con diálogo lo que puede ser descrito con la cámara (ese error/horror que sigue igual de extendido a día de hoy...); que el primer ataque de la asesina de "Psicosis" no fue rodado por Perkins, sino por otro hombre disfrazado para desorientar al público; que en los 70 encontraba francamente difícil encontrar proyectos, ya que todo lo que se ofrecían eran thrillers de alta carga política, algo que a él nunca le atrajo; o la que a mí quizás me ha resultado más sorprendente, que es cuando argumenta que a él lo que realmente le interesaba era imaginar una película, concibiendo los planos y el story-board, algo que en lo que fue pionero, siendo el rodaje en realidad algo bastante tedioso, y, atención, que el sería feliz si una vez escrito el guión y realizada la puesta en escena, ¡¡bastara con introducirlo en un ordenador para obtener la película!! ¿Que hubiera hecho Hitch en estos tiempos de la imágenes de síntesis digital y la animación por ordenador? ¿Se estaba adelantando el maestro 30 años a lo que luego traería la Pixar? Nunca lo sabremos...
Dado que las conversaciones acabaron antes de que rodara sus dos últimos trabajos, "Frenesí" y "La trama", la última parte del libro vendría a ser una suerte de apéndice en el que Truffaut comenta sus últimas conversaciones con el maestro en relación con el estreno y recepción de estos trabajos, además de los homenajes que recibió en los últimos años en los que el realizador francés estuvo presente. Y es una pena, porque uno echa de menos que no se explaye sobre esa obra maestra que es "Frenesí".
Truffaut tiene una actitud aceptablemente valiente, señalando las cosas que el considera que funcionan y las que no de la película, y sabe salir bastante bien parado de entrevistar a alguien a quien admira tanto, lo que no tiene que ser sencillo. Pero me decepciona un poco como hasta el epílogo, que como ya he comentado no es una conversación como tal, no reflexiona, por ejemplo, sobre la tremenda carga sexual que tenían las películas del maestro, uno no sabe si por pudor ante una persona de la edad de Hitchcock. Si no, no se entiende que pase de largos temas tan obvios y tan interesantes como la homosexualidad latente en "La soga" y "Rebeca"; la amarga reflexión sobre el matrimonio que supone "La ventana indiscreta", con el personaje interpretado por Stewart aceptando unicamente el matrimonio tras partirse las dos piernas, signo obvio de la castración.


De cualquier manera un grandísimo libro que todo amante de Hitchcock y del cine (¿se puede ser lo uno sin ser lo otro?) debería leer. Muy recomendable. Como despedida os dejo un video con todos los cameos que realizó en sus películas.




miércoles, 20 de mayo de 2015

De chandalero arrabalero a exquisito espía.


Hace poco hablabamos por aquí de la entretenida "Kingsman. El servicio Secreto". Como la película me dejó tan buen sabor de boca, pues al final me decidí a darle una oportunidad, y eso que de una década para aquí casi todos los trabajos de este hombre me han decepcionado, pero bueno, todo el mundo tiene derecho a una nueva oportunidad.

Mark Millar es un excelente creador de premisas. Su cabeza pare ideas atractivas y, lo que parece que le importa más a él en los últimos tiempos, vendibles. Desde que vio la luz y descubrió que la pasta estaba en vender los derechos de sus obras (de hecho tengo una entrevista suya en la que afirmaba sin ningún pudor que ese era el objetivo de sus obras de creación propia...), parece esforzarse más en idear puntos de partida llamativos y promocionarlos, que en darles un desarrollo y final a la altura. Por eso mismo, cada vez espero con menos ganas sus trabajos. Y eso que hace algo más de una década me cautivó hasta la médula con su primer volumen de "The Ultimates", tebeos que leí hasta el desgaste y me empeñaba en descubrir a cualquiera que se me acercara, y que son uno de los motivos del triunfo del actual universo Marvel cinematográfico. Pero el declive que viene sufriendo su obra desde entonces (quitando chispazos puntuales de simpatía y diversión como "Old Man Logan", el primer volumen de "Kick Ass" o el simpático "Supercrooks"),  parece no tener fin. ¿Confirma este nuevo tebeo su declive? Pues ni si, ni no, sino todo lo contrario.

Desde luego que la premisa es atractiva, y está aceptablemente desarrollada. El escocés continua teniendo chispa a la hora de escribir diálogos ingeniosos en distintos registros. Es indudable que sabe crear momentos entretenidos y consigue que los personajes tengan el carisma suficiente como para que a uno le importe lo que le están contando. El problema es que su tendencia a tirar de la exageración y el humor de brocha gorda no parece tener fin. Porque, por ejemplo, ¿es necesario sacar a un niño haciendo un porro ante los ojos divertidos de sus padres para demostrar lo mal que ejercen de progenitores? ¿Convertir al villano en un cornudo apaleado era la única forma de hacerlo más risible y patético? Yo creo que no. Es un poco rastrero que un autor, que ha demostrado que puede escribir cosas muy interesantes, tire por tierra el nivel de sus obras en el afán de contentar a cuanta más gente mejor. En la entrada que dediqué a la película comentaba la gran labor de la guionista Jane Goldmam, y una vez leido el tebeo, no puedo sino confirmarlo. Aunque también es justo reconocer que hay una idea estupenda de Millar que la guionista no ha sabido/querido/aprovechar, y es el final, que huye de la pirotecnia de bombas humanas de color para ofrecer un climax que recuerda, salvando las distancias, al de "El perfume" de Patrick Suskind.
El plan para raptar estrellas es a priori interesante, aunque se queda en algo superficial, y no aprovecha la idea de ahondar en el poder que tienen las celebridades a nivel social. Aquí hay que darle mérito de nuevo a la guionista por haber sabido dar a esto el giro adecuado, dejando una idea que en pantalla iba quedar en una mera sucesión de cameos para en cambio poner en relieve el poder que las telecomunicaciones en nuestra sociedad.
En cuanto a Gibbons al dibujo, pues poco se le puede reprochar: es un narrador muy consumado y siempre logra lo que queire. Quizás si que resulta llamativo que el detallismo y la finura del trazo que presentó en su obra magna "Watchmen" ha quedado atrás, para acercarse cada vez más el de trazo grueso de Steve Dillon, de tal manera que si nos dijeran que algunas de las páginas del tebeo han sido realizadas por este último, no costaría nada creerlo.









Al final de todo, lo que que queda es un tebeo entretenido que ha servido de germen para una película aun más entretenida y elaborada. ¿Pero no sería acaso eso lo que los tres autores pretendían con este trabajo?


lunes, 18 de mayo de 2015

Y este año disco nuevo... (XXV) ¡¡¡¡Faith No More!!!!


Es curioso todos los regresos que estamos teniendo desde que internet cambiara para siempre el mercado discográfico. Antes los artistas podían retirarse si tenian un puñado de discos que hubieran pegado fuerte y seguir viviendo de los royalties hasta el final de los tiempos. Pero desde que llegó Napster (¿os acordais de él con aquel gatito tan mono de icono...?) y los programas que los siguieron en los años posteriores, la cosa cambio. Se dejaron de vender discos y no había manera de mantener el loft en Manhattan, la mansión en las Bahamas y el jet privado, así que los artistas tuvieron que remangarse y salir a girar. Así se han ido produciendo retornos que uno nunca hubiera pensado posibles (y los que están por venir...): Blur, Soundgarden, Rage against The Machine, The Police, Pulp, The Verve, Sex Pistols, The Beach Boys, The Afghan Whigs, The Libertines, los mismos Faith No More, ¡¡¡ y hasta las Spice Girls y Take That!!!... Estos retornos, que eran añorados como agua de mayo por el público, hacían que un festival agotara rapidamente el papel, y les proporcionaban giras millonarias a los retornados. Pero con el paso del tiempo, si seguían mucho tiempo de gira, ya dejaban de ser relevantes y no llamaban tanto la atención, así que lo que tocaba hacer para seguir estando en el candelero era sacar un disco nuevo, lo que les permitiría seguir girando y ganando pasta. Y claro, así han salido los churros que han salido en muchos de los casos.
Pues en esta situación está Faith No More. Tras varios años girando demostrando un estado de forma envidiable, el año pasado anunciaban, que finalmente este 2015 iba a haber material nuevo, bajo el título de "Sol Invictus". Y lo van a hacer con una portada tan kamikaze como siempre, a medio camino entre "El señor de las moscas" y el american-gothic.


El vigor mostrado en sus directos y los adelantos hacen albergar esperanzas. Las dos canciones adelantadas suenan de lujo: por un lado "Superhero" retoma la parte metalera con fortuna y por otro "Motherfucker" es uno de sus geniales salidas de tiesto, con Patton poniendo voz de tenor para cantar a un hijoputa que se ponga al telefono. Aquí las teneis para que las valoreís vosotros mismos.




Pero hay otro factor más importante para tener esperanzas, y es que Mike Patton, como el bueno de Greg Dulli y su más que digno retorno conThe Afghan Whigs, nunca ha dejado la música. En los 18 años trascurridos entre ambos discos ha dado salida a todo tipo de proyectos y colaboraciones, casi siempre minoritarios y difíciles, pero que a él le llenaban y le interesaban, a sabiendas que no iban a tener mayor repercusión, pero que satisfacían su inquietud personal. Y eso es bueno, porque demuestra que no es un tío que haya acabado harto de la música y vuelva ahora acuciado por la necesidad. Da cierta garantía.

Todo esto lo piensa el hombre adulto, más calculador y reasabiado por la vida, que aun así, ansía y desea albergar ciertas esperanzas...

Pero por otra parte está el chaval que con 16 años se compró "Album of the year", juntando dos pagas semanales de aquellos tiempos, el día que salía a la venta, y que se quedó pocos meses después con un palmo de narices ante la noticia de que el grupo se disolvía sin haber tenido la posibilidad de verlos en directo. El chaval que flipó hasta el infnito e incontables veces con esa trilogía pluscuamperfecta y ecléctica como pocas que conforma "The Real Thing", "Angel Dust" y "King for a day... Fool for a lifetime". Discos, que sí, vale, fueron catastróficamente fundacionales para el, en la mayoría de los casos, espeluznante, nü metal que ibamos a tener que padecer en los años venideros, pero no se les pude culpar de ello: no se puede responsabilizar a alguién de las malas copias que genera su buen hacer en gente sin talento. Discos que cuando los escuchabas te dejaban con el culo torcido, con la camaleónica voz de Mike Patton y el resto de la banda arrastrandote por un abaníco de emociones extremas sin compasión ninguna; podían hacerte botar ("Midlife crisis"), para accontinuación quedarse contigo con una vacilada de las que hacen epoca ("RV") y acabar meciendote con un mantra camuflado y pesimista ("Smaller and smaller"). Albumes en los que se podía saltar del rapeo de "Epic" a la experimental "Woodpeckers from Mars", del contagioso pero malvado optimismo (el propio Patton ha reconocido que la escribió juntando consejos que encontraba en galletitas de la suerte de restaurantes chinos) de "Land of Sunshine" al oscuro rock gótico de "Crack Hitler", de la bossa nova de "Evidence" al metal más salvaje y gritón de "What a day". Y en los que, para terminar de noquearte, te encontrabas versiones que iban de "War Pigs" de Black Sabbath, a "Easy" de los Commodores de Lionel Richie (en la que ha sido ironicamente su mayor éxito) pasando por "I started a joke" de Bee Gees o el tema instrumental principal de la banda sonora de "Cowboy de medianoche" de John Barry.









Pero es que ese chaval, con más años y (algo) menos de pelo, asistió, por fín (escudado por mi hermana y la Gata con Gafas por si sufría  un desmayo,cono una fan cualquiera de One Direction...), 13 años más tarde, a ver su directo. Muy nervioso, como es de esperar que uno asistiría a una primera cita con alguíen que te gusta locamente en el instituto demorada durante tanto tiempo. . Por suerte, ese chaval tocó el cielo. Seguían tan vacilones como se podía esperar: ataviados como si fueran los protagonistas del cachondo videoclip de "I started a joke", tuvieron los arrestos de abrir el concierto con Patton con la citada versión de "Cowboy de medianoche", para luego ametrellar al personal con "From out to nowhere". De ahí hasta el final el delirio, con homenaje a Michael Jackson incluido (esa inesperada versión de "Ben"...) y citas al mismísimo "Pokerface" de Lady Gaga..




Todo eso y mucho más me han hecho sentir Faith No More, así que espero que llegue el día 19 de Mayo con ansia viva y que estén a la altura, para contentar a los dos por igual, al hombre y al adolescente. A veces tienen que pasar cosas que nos hagan mantener la fé en la música ¿no?

miércoles, 13 de mayo de 2015

El mundo no es suficiente.


Los Vengadores, tras lograr por fín el control del cetro de Loki, intetan usarlo para constituir un sistema de defensa global. Sin embargo el plan se tuerce y esto acabará degenerando en Ultrón, el mayor enemigo al que nunca se han enfrentado, que les pondrá al limite a nivel físico y mental.

Tras una Fase I resultona, pero un tanto titubeante, uno no puede más que quitarse el sombrero ante lo que están logrando los Marvel Studios en esta Fase II. TODAS las películas que la integran hasta el momento (a falta de ver la polémica "Ant-Man"...) superan a la anterior: las secuelas de Iron Man, Thor y Capitan América fueron superiores, y la puesta de largo de "Los guardianes de la Galaxia" es simplemente gloriosa. Bien, pues se diga lo que se diga por ahí, esta "Vengadores: La era de Ultrón", sigue el mismo patrón y supera los logros de su antecesora a todos los niveles.

A nivel de guión, se trata de una trama más sofisticada y compleja, que se presta a más reflexiones (como todo lo relativo a las consecuencias que dejan a su paso las peleas de superheroes...) y deja espacio a momentos íntimos, importantísimos para hacer que las películas de grupos funcionen. Cierto es que cuenta con la ventaja de que la mayoría de los personajes ya tienen sus caracteres establecidos gracias a las películas previas, pero aun así, todos ellos avanzan en cuanto a desarrollo vital. Es especialmente afortunado el tratamiento de la relación que hace entre la Viuda Negra y Hulk, que consigue resultar emotivo incluso, gracias a un hábil uso de los flashbacks y a la buena labor  de los interpretes. Además captura
de maravilla el espíritu de los Vengadores: un equipo que vive casi de continuo al borde de la disolución, puesto una y otra vez contra las cuerdas por sus enemigos, pero capaz de triunfar gracias a la fortaleza interior de los personajes. Cuesta no acordarse viendo la película de sagas como la de "Los señores del mal" de Roger Stern y John Buscema... Y no solo eso sino que logra introducir tres nuevos personajes con bastante fortuna (Pietro es el que queda más deslucido, aunque me temo que es gran parte por lo mediocre que es el actor que lo defiende...); compone uno de los mejores villanos del universo Marvel cinematográfico, (porque
Hiddleston será muy buen actor, pero su Loki quedaba muy deslavazado en la primera entrega entre tanta ballena alienigena...) que si, tiene un origen demasiado precipitado, pero logra la difícil pirueta de darle un origen completamente distinto al de los tebeos sin traicionar un ápice su personalidad y carácter de hijo cainita de los heroes; y hace justicia al personaje que más en segundo plano había quedado hasta ahora, mi querido Ojo de Halcón. Y es que el personaje que está protagonizando la mejor serie de tebeos de la Marvel en la actualidad, merecía mejor suerte que la recibida hasta ahora, y Whedon, consciente de ello, le regala algunas de las mejores lineas de la película, convirtiendo al personaje en el Ringo Starr de los Vengadores; probablemente sea el que menores talentos tiene, pero es el que logra mantener al grupo unido gracias a su personalidad y templanza.

A nivel visual, pues la verdad es que poco se le puede echar en cara. Whedon maneja las escenas de acción estupendamente, y eso que hay muchas en la película. Reincide en la splash-page cinematográfica que patentará en "Los Vengadores" en un par de ocasiones, siendo la primera de ellas, la de la secuencia de apertura, un tanto gratuita (aunque enormemente espectacular), pero no tanto la segunda, ya que tiene como objetivo demostrar a los personajes funcionando como un equipo por primera vez en mucho tiempo y contando con nuevas incorporaciones. Todas las secuencias de acción
están bien dosificadas y gracias a que la trama salta de un país a otro, deja de lado la sensación de estiramiento excesivo que terminaba por desprender el largo climax de "Los Vengadores". Pero no este el único momento en que se luce. Las visiones que genera la Bruja Escarlata están muy bien planteadas y tienen utilidad dramática, en cuanto a que permiten conocer más de los personajes y sus miedos y a la vez sirven de espoleta para desencadenar toda la trama, con ese Stark atormentado por ellas. En estos momentos es cuando más se nota el cambio de cinematógrafo respecto a la anterior entrega. Aquí el director de fotografía es Ben Davis, que ya se lució con su trabajo en "Los guardianes de la galaxia" y que logra una luz mucho más elaborada y matizada que la de la anterior entrega, mucho más monotona.
Y no sería justo reconocer  que (casi) todos los actores, hasta el limitado Hemsworth, están muy bien. Y las nuevas incorporaciones tambien: Elizabeth Olsen cumple de maravilla un papel tan difícil como la Bruja Escarlata; y Paul Bettany está estupendo como La Visión, dotandolo de personalidad, y eso que uno pensaba que se iba a limitar a servirle para la captura de movimiento y la voz, en cambio el personaje se siente como algo orgánico y tiene algunas de las mejores frases de guión. Si hay que tirar de las orejas a alguién es a Taylor-Johnson, pero es que creo que lo que logró este hombre en "Kick Ass. Listo para machacar", fue más fruto de la casualidad que de otra cosa, a la vista de lo malas que han sido sus interpretaciones.
Por ahí he oido que esta película es una mera transición de cara a la Fase 3 y al enfrentamiento con Thanos en esas dos partes venideras de "Infinity War" a cargo de los hermanos Russo. Y no puedo estar más en desacuerdo.  Es bastante sabido que ha habido muchos problemas entre Whedon y Marvel en la sala de montaje, y cierto es que se nota en cosas como el destino incierto de Pietro, o los papeles testimoniales de actores tan consagrados como Julie Delpy. Pero con eso y con todo, es una película que se sostiene de maravilla por si misma y tiene el suficiente conflicto interior como para mantenerse a flote. Y no solo eso, sino que introduce otro concepto vital dentro del universo Vengador, como es la alineación cambiante del grupo, algo que hasta ahora no se había visto reflejado.

Por si no ha quedado claro, me ha encantado y recomiendo a todo el mundo que la vea. Se trata de una de esas escasas secuelas que superan al original. Es una lástima que Whedon abandone el barco. Esperemos que los Russo sepan mantener el nivel con la misma dignidad. Y ya puede tener suerte y talento DC para emular lo que esta logrando Marvel con su universo. Mucha. Muchísima.

domingo, 3 de mayo de 2015

Películas para ocasiones (VI): "El vuelo"


Tras casi un año, recupero esta sección para hablar sobre "El vuelo" del irregular Robert Zemeckis, en relación con hechos como la acción heroica del piloto en Taiwan y el trágico desastre aereo de Germanwings. Y es que la película viene a ser, más o menos, la suma de los dos sucesos.
Whio Whitaker es un capitan de vuelo alcohólico y consumidor habitual de otras sustancias, que no tiene reparos en correrse una noche de juerga previa a pilotar un vuelo. En uno de estas ocasiones, el avión sufre un fallo mecánico y Whitaker, que había bebido la noche previa y durante el vuelo, consigue mediante una maniobra temeraria, salvar la vida de 98 de los 104 pasajeros del avión. En la estancia en el hospital para reponerse de sus heridas conoce a Nicole, una mujer que intenta recuperarse de una sobredosis de heroina. Pero aunque todo parece que pinta bien para Whitarker, lo que en principio le convierte en un heroe, poco a poco se convertirá en una pesadilla, ya que en la investigación abierta sobre el suceso empezarán a quedar a la luz los serios problemas del piloto, poniendo en duda si estaba en condiciones o no de pilotar el vuelo.
Grandes directores como Hitchcock, eran conscientes del riesgo de introducir la secuencia más potente de la película al inicio y que luego el resto de la película palideciera en comparación. Bien, pues "El vuelo" es uno de esos casos de película lastrada, entre otras cosas, por un inicio demasiado potente: las primeras secuencias y el accidente aereo (suceso que ya ensayó en la magistral "Naufrago") que desata toda la trama están excelentemente rodados, con brío y mucha tensión. Sin embargo, a partir de hay, el resto de la película no vuelve a retomar el vuelo y perdón por el chiste. El principal fallo es que  tira hacia el drama de redención en lugar de indagar en el dilema ético que plantea la película, francamente interesante: ¿Es aceptable o no que un piloto, probablemente a consecuencia de las drogas y alcohol que consumía, realice una acción temeraria que salve muchísimas vidas? Porque obviamente todos preferimos que el piloto que guía el avión en el que viajamos no vaya colocado, pero ¿y si el estar alterado le hace asumir riesgos, a priori intolerables, que nos salvan la vida en caso de emergencia? Pues este interesante dilema es dejado de lado para ofrecer la tantas veces vista película de caida-y-redención-de-un-adicto. Esto no tiene que ser necesariamente malo si está resuelto con un poco de brio, pero no es así, y vemos escenas mil y una veces rodadas: el arrojar todo el alcohol a la basura; el tirar la droga por el inodoro; la visita a alcohólicos anónimos; las peleas con la familia; el juicio... Todo esto podría pasar perfectamente por un telefilm. Además tampoco aprovecha las posibilidades que los medios de comunicación ofrecen a la historia, e intentar mostrar como la sociedad actual está igual de ansiosa por ensalzar héroes que por linchar villanos.
Y eso si no tenemos en cuenta momentos que entran en lo absolutamente delirante, como la secuencia de le resucitación del personaje de Washington de una borrachera monumental horas antes de un momento crítico en el que es vital que este sobrio. Ya no se trata de Dean Martin metiendo la cabeza en un abrevadero en "Rio Bravo"; ni
de Paul Newman hundiendo la cabeza en un lavabo lleno de hielo recién picado en "El golpe"; en el siglo XXI la mejor manera de despejarse es pegarse unas buenos pericazos y fumarse un nevadito de cocaína. Y alguno pensará: "Pues es lógico que así sea si lo que vemos es la historia de un adicto". Y no le falta razón. Lo que no es de recibo por parte del realizador es la ligereza y el tono cómico con el que muestra la secuencia (que no tiene porque ser necesariamente malo, ya que en "El lobo de Wall Street" dió la secuencia más divertida de esa gran película...), sino que lo hace para luego hacer más dramática e intensa la siguiente escena. Uno no espera esto de un realizador del que estamos hablando.
Porque da pena, porque Zemeckis, aunque ha rodado bodrios como "Forrest Gump", "Contact" o "Lo que la verdad esconde", pero tambien ha parido joyas como la trilogía "Regreso al futuro" o la magistral "Naufrago". Además de sus interesantes incursiones en la animación por captura de movimiento. Vamos, que cuando quiere puede hacer grandes películas.

Si algo redime la película parcialmente es el reparto, que es de campanillas. Además de la más que correcta labor de Washington, tenemos a Kelly Reilly, que hace poco estuvo por aquí con "Calvary", Don Cheadle o Greenwood. Todos ellos actores de gran solvencia. Mención aparte merece John Goodman, que parece haberse escapado de una película de los Coen, y cuando aparece en escena rompe por completo el tono de la narración, con un tono por completo delirante.




Pues eso es "El vuelo", una película correcta, que se deja ver sin aburrir, pero que deja un sabor amargo por haber desaprovechado la ocasión para hacer algo realmente rompedor y que diera que pensar.