lunes, 27 de abril de 2015

Ora et labora.


El padre James es el párroco de un pequeño pueblo irlandés. De vocación tardía, se ordeno sacerdote cuando se quedó viudo siendo ya padre de una hija, Un domingo recibe la confesión de un hombre, presumiblemente uno de sus parroquianos, que le avisa que en siete días acabará con él como venganza por los abusos sexuales que sufrió cuando era niño durante años por un sacerdote ya muerto. El futuro asesino reconoce que el padre James es un buen sacerdote, y que no lo merece, pero cree que es llamativo matar a un buen sacerdote que a uno malo. A partir de ese momento, James intentará poner paz en todos sus asuntos y saber quien es el autor de las amenazas.

El que persevera triunfa dicen algunos por ahí. Y en este caso se ha cumplido, ya que casi ¡un año y medio después! de que se dejara ver en festivales como Sundance, por fín se estrenó por aquí "Calvary", el segundo trabajo de John Michael McDonagh, que hace unos años llamó la atención con la simpática "El irlandés". Y aunque hay ciertas similitudes temáticas y visuales entre ambos trabajos, los que esperen un "El irlandés 2" se van a sentir bastante decepcionados. Y con esto no quiero decir que se trata de un mal trabajo, de hecho, es quizás hasta más redondo que "El irlandés", pero se trata de un trabajo menos complaciente y más arduo. Y eso que la película sigue manteniendo bastante humor y cierta estructura de western, a lo "Solo ante el peligro" que ya estaba en el trabajo previo.

Y es que el realizador londinense ha optado por dejar atrás (en parte, por lo menos) tramas estrámbóticas protagonizadas por personajes más estrafalarios aun  para fijar su atención en algo tan influyente en Irlanda como la Iglesia Católica, y más aun en en el ámbito rural como el que muestra la historia. Y aunque continua tirando del humor, entre negro y costumbrista para definir situaciones y personajes, el retrato que ofrece de la religión católica no es por ello menos certero. Muestra a los creyentes como gente más llevada por, llamemosla costumbre de ir a misa, llamemoslo el acto social que implica, o por el miedo a la muerte, que por auténtica Fé en algo que sirva de guía en la vida. Y esto no es culpa solo de los católicos, sino tambien de la Iglesia, que es mostrada como algo condenado a la desaparición: bien desde las altas esferas (que actuan con una ausencia de fervor insultante, vease sino las reuniones con el obispo...), bien en a pie de calle, con curas como el otro capellán de la parroquia de James, que es mostrado como un mero funcionario de la religión, sin ninguna empatía ni auténtico afán por cambiar nada (la secuencia en la que James le recomienda que se haga vendedor de seguros o contable mejor que sacerdote es muy reveladora...). Y no se puede olvidar que la espoleta de la trama son uno de los frecuentes casos de abusos sexuales cometidos dentro de la Iglesia. Eso sí, entre tanto encontramos al protagonista, hombre honesto, que fue, (y perdón por el chiste) cocinero antes que fraile, que cree en que el reconfortar a sus fieles a través de aquello en lo que el cree para hacer de su vida algo mejor es una obligación para él. Es consciente de la sociedad en la que vive y huye de moralismos y sermones vacíos. En este aspecto me trajo a la mente, salvando la distancias, al protagonista de "La piel del tambor", la novela de Arturo Perez Reverte. La sociedad actual no necesita santos, sino personas capaces de dar alivio a las almas de la gente, sea por la via que sea
Siendo este una tema un tanto espinoso, hay que reconocerle McDonagh el mérito de haber tratado de ser ecuanime sin caer en glorificaciones ni demonizaciones a la hora de describir los distintos personajes, logrando sortear con bastante éxito la caricatura, que es en lo que tan facilmente se puede caer cuando se tratan asuntos como este. Así además de las conversaciones que el personaje encarnado por Gleeson mantiene con los distintos parroquianos, a los que responde de manera llana y sin hacerse el estrecho, hay momentos muy emotivos como los paseos con su hija, en los que ambos desnudan sus sentimientos y reconocen los errores que  han cometido en su relación, o la relación del sacerdote con su perro. Aunque si que es cierto que este buen trabajo en lo relativo al desarrollo de personajes se hace a costa de dejar un poco de lado la parte de thriller de la historia, que a pesar de lo que indica la situación que sirve de detonante para toda la historia, queda en un segundo plano hasta el momento final. Uno podría llegar a entender que el sacerdote asume la amenaza con resignación y renuncia a hacer nada con ello, pero sin embargo, el realizador vuelve a ello cuando la historia parece atascarse, soltando pistas por aquí y por allá sin que se llegue a generar en ningún momento auténtica intriga por la identidad del autor de las amenazas.
Hasta este momento solo he escrito sobre el guión, y si me quedo en eso sería injusto, ya que la realización es también bastante interesante. En primer lugar saca bastante partido de los bellos paisajes irlandeses de la región de Sligo. No como mera postal turística, sino mediante elegantes planos de helicoptero, que vienen a asumir un punto de vista, llamemoslo celestial, y  elevan el tono espiritual de la película. Además también hace un buen uso del diseño de producción para definir el estado anímico de los personajes, como demuestra la austera habitación del sacerdote, o el hospital al que acude a dar una extremaunción fotografiado con tonos lugubres y casi fantasmagóricos. Además, el final, aunque fusila una idea de la excesiva "Magnolia" de P.T. Anderson, logra ser emotivo sin caer en la sensibleria.
Y por último la labor de los interpretes, que es otro de los pilares sobre los que se sustenta la película. La labor de Gleeson es impecable de principio a fin y cuesta imaginar a otro actor que hubiera sido capaz de mantener el peso de la cinta. Pero también merece la pena destacar el trabajo de secundarios como la guapísima y cada vez más presente en la pantalla Kelly Reilly, Chris O´Dowd o Aiden Gillen, famoso por dar vida a Meñique en "Juego de tronos".


Una película que confirma a McDonagh como un director a tener en cuenta, más incluso que su hermano, que fue el autor de "Escondidos en Brujas" y "Siete asesinos", y certifica que Brendan Gleeson es uno de los grandes del panorama actual. Y que aunque no termina de funcionar como thriller, se erige como una lúcida reflexión sobre el papel de la religión en la sociedad a día de hoy.

martes, 21 de abril de 2015

Cine en random (XIX): "Jack Reacher"

Jack Reacher es un antiguo policía militar que, a consecuencia de su afán por vivir en la clandestinidad, es considerado una figura mítica. Sin embargo, tras ser demandado como investigador por un francotirador del ejercito que ha acabado con la vida de 6 personas de manera, en apariencia,  indiscriminada, volverá a la acción para ver que hay tras todo esto.

Seguimos con la sección cine en random, ya que dada la situación actual, aprovecho los ratos que me quedan libres para ir recuperando películas que se me escaparon en su día. Así la otra mañana, porque sí, ahora veo cine a la mañana, cosas del cambio de costumbres y horarios en el domicilio... le tocó el turno a este thriller de acción protagonizado por Tom Cruise y dirigido por Chistopher McQuirre, guionista habitual de Bryan Singer, y director en su día de la curiosa "Secuestro sangriento".

La sensación que queda tras ver este película, y digo esto como un elogio, es que podría haber sido rodada hace 40 años por un Siegel, un Fleischer o un Friedkin entonado cualquiera. Esto se deja sentir en varios aspectos. El que más llama la atención y que más me ha gustado es que a pesar de tratarse de un realizador que se forjó como guionista, apoya la narración en el poder de la imagen, sin perderse en diálogos superfluos, un mal bastante extendido entre guionistas metidos a directores. Esto ya queda claro en la primera y excelente secuencia de la película en la que vemos la preparación del tiroteo, su ejecución (aquí es imposible no acordarse de las andanzas de Scorpio en la magistral "Harry el Sucio"...), la investigación posterior y la detención del autor sin escuchar una sola linea de diálogo en casi 10 minutos, toda una proeza en los tiempos actuales, en el que los diálogos redudantes y explicativos en exceso son cada vez un mal más extendido. Aunque uno no sabe si pensar que los autores se equivocan en tomar a los espectadores por cabezas huecas a las que hay que dar todo mascado, o en verdad el espectador actual es incapaz de esforzarse lo más mínimo cuando se sienta a ver una película...
Es a partir de este momento cuando hace acto de presencia el Jack Reacher encarnado por Tom Cruise, y a partir de aquí no abandona la pantalla hasta el final de la película. Afortunadamente, el personaje que compone aquí no es un superheroe como el Ethan Hunt de la  (por otra parte, entretenidísima) saga de "Misión: Imposible", sino más bien el típico investigador de thriller norteamericano de los 70: solitario, curtido en mil batallas, descreido y confiado en si mismo. No es así porque quiere, sino porque es la única manera en la que puede existir. Vive como un nómada porque no puede vivir fijo a nada ni a nadie. Todo esto está bastante bien expuesto por el realizador en secuencias como la presentación, en la que le vemos adquirir ropa nueva y desprenderse de la vieja (porque no tiene más prendas que las que lleva puestas...), que puede verse como un renacer: Reacher viven en estado latente hasta que cree que alguién le necesita y vuelve a entrar en activo hasta dar solución a dicha situación. Todo esto está presentado desnudo de toda épica y romanticismo: el personaje lleva una vida gris, se aloja en moteles de mala muerte y viaje en autobuses cutres. Esta desnudez y crudeza queda también reflejada en las peleas y persecuciones, de nuevo, de claro aliento setentero, todas ellas rodadas de manera bastante física y alejada de artificios y filigranas digitales a lo "Fast&Furious". Y que decir del final, contundente y pesimista, e intimamente emparentado con la citada "Harry el Sucio".
En cuanto al guión, la historia que cuenta es bastante simple y en realidad hasta pequeña, aunque eso no quita para ir diseminando desencantados apuntes sobre la sociedad actual, avariciosa y controlada por el dinero y las grandes corporaciones, capaz de pasar por encima de cualquier ciudadano para lograr sus intereses. Aunque dura algo más de dos horas, la trama mantiene el interés a pesar de los momentos menos interesantes, que son aquellos en los que aparecen conatos de relación sentimental entre Reacher y la abogada interpretada por Rosemund Pike, en un registro aquí completamente alejado de su terrorífica Amy de "Perdida". Estas secuencias, que se sitúan en el tramo intermedio de la película, son las más prescindibles de la función y vienen a ser el peaje a pagar por tener a una estrella del calibre de Cruise de protagonista, pero por suerte el realizador consigue resolverlas en el menor tiempo posible, evitando que caiga en exceso el interés del espectador y consiguiendo elevar el interés en el tramo final, bastante bien resuelto. Y no solo porque saca bastante partido al lugar en que se produce, sino porque dejar un sabor de boca agridulce en el espectador, con una resolución muchos menos heroíca de lo que se podría esperar de una producción de este tipo.
Y no puede acabar esta reseña sin alabar la labor de los secundarios encarnados por los siempre excelentes Robert Duvall, Richard Jenkins (el inolvidable padre fantasmal de "Six feet under") y Werner Herzog (cineasta tambien surgido de ¡Oh, sorpresa! los 70, aunque fuera al otro lado del charco...), en una de sus puntuales labores como actor, que construye un personaje bastante terrorífico sin más elementos que su amenazadora presencia.

¿Podría haber sido mejor esta película? Pues sí, si el guión hubiera sorteado con más acierto algunas convenciones del cine comercial y si hubieran contado con un protagonista como, por ejemplo Tom Hardy, la cinta (pese a la correcta labor de Cruise) hubiera ganado en intensidad y contundencia. Pero eso queda perdonado si pensamos que esta película podría haber sido. mucho, muchísimo peor en manos de otro realizador. Y eso ya es es decir bastante. Al parecer Cruise quedó tan contento con la labor de McQuirre que lo eligión como director para la nueva entrega de "Mision: Imposible". Ojala esa película demuestre que forman un buen tandem y que este "Jack Reacher" no ha sido un mero espejismo. La verdad es que es encomiable el interés de Cruise por mantenerse a flote como estrella taquillera desde su resurrección por todo lo alto con "Misión: Imposible. Protocolo Fantasma", sin renuncia a películas de una cierta personalidad, como "Oblivion", la simpática "Al filo del mañana" o este Jack Reacher. Os dejo el trailer de esta y de la proxima colaboración entre Cruise y McQuirre. Tengo que confesar que casi seguro que pico...




lunes, 13 de abril de 2015

Si esto fuera Hollywood...

Desde que salió a la luz el tema del jeta del Pequeño Nicolas, que vendría a ser una puesta al día en ibérico, rastrero y digital de la genial "Atrapame si puedes", llevo dando vueltas a gente que si esto fuera Hollywood ya tendría una (buena) película basada en su vida. Y es que allí han hecho maravillas de gente a priori  tan poco interesante como los creadores de Facebook o del peor director de cine de la Historia. En cambio, aquí a lo máximo que podemos aspirar es a telefilms (casi siempre cutres, solo me pareció digno de respeto "El día más difícil del Rey", sobre el 23-F, que estaba rodado con brio y buenos actores...) de esos que las cadenas de televisión producen obligados por la ley Audiovisual y para desgrabar impuestos... Pero personajes merecedores de un largometraje, desde luego que no faltan. A continuación pongo los que me parece que piden una película a gritos y quienes serían los realizadores más adecuados para llevarla a buen puerto. Espero que os divierta leerlo tanto como a mí escribirlo.

Personaje: Isabel Pantoja
Motivos por los que merece una película: Mujer de ascendencia muy humilde que consigue ser una de las más grandes estrellas de la Copla, para luego casarse con un torero, que muere en el ruedo y pasar a ser la viuda de España. Pero hay no queda la cosa: con el paso de los años tendrá, entre otras, relaciones amorosas, con la periodista más poderosa de su momento, y luego con el alcalde del municipio más corrupto del país, que romperá su matrimonio para estar con ella. El amor se acabará, pero ella, al igual que el alcalde acabará en la cárcel por corrupción y blanqueo de capitales. Por el camino tendrá un hijo dj y una hija que será madre soltera siendo adolescente. Y aun no tiene 60 años la mujer...
Director más adecuado: Paul Verhoeven. ¿En serio soy yo el único que ve en la Pantoja una mujer puramente verhoviana? Para mí, dada la sensibilidad que el grandísimo realizador holandés ha mostrado a la hora de retratar mujeres de armas tomar capaces de sobrevivir a todo, seguro que haría cosas grandes con este personaje, un claro cruce entre las protagonistas de "Katty Tippel", "Instinto básico" y "El libro negro".

Personaje: Jesus Gil
Motivos por los que merece una película: Un hombre ambicioso y sin muchos escrúpulos, zafio y grosero, pero poseedor de un extraño carisma y capaz de hacer de cualquier de sus apariciones algo digno de ver. Presidió uno de los clubs de fútbol más importantes del país y fue alcalde del municipio que terminó siendo el más corrupto del país. Entre medias: presento programas de televisión, se dejó grabar en bañador en la piscina en múltiples ocasiones, se peleo con otros presidentes de clubs deportivos delante de las cámaras, pasó dos veces por la carcel, intentó hablar inglés...
Director más adecuado: Martin Scorsese. Es la elección más obvia de todas. Más allá de que el neoyorkino ha demostrado a lo largo de su excelsa carrera que puede dirigir lo que le de la gana y sentar catedra, no hay practicamente distancia entre Jesus Gil y sus típicos antiheroes: Jake LaMotta, Henry Hill, Sam Rothstein o Jordan Belfort.


Personajes: Eskorbuto
Motivos por los que merecen una película: Ser uno de los grupos de punks más importantes, malditos y auténticos que han existido en España. Autodestructivos hasta el punto de que dos de sus tres fundadores murieron antes de los 35 e incapaces de desaprovechar cualquier oportunidad para provocar y levantar ampollas, contra todo y contra todos, desde la derecha más recalcitrante al nacionalismo más rancio. Y por que aun no se ha hecho una película que refleje el convulso punk español de los 80.

Director más adecuado: David Fincher. Lo obvio sería citar a Danny Boyle, Michael Winterbotton, Anton Corbjin o Alex Cox, que ya desmostraron en su día que sabían manejar muy bien el punk. Pero no me digaís que no se os ponen los dientes largos de pensar en Fincher, que ha hecho la película más punk nunca producida por una major, describiendo la sociedad española de los 80 a través del auge y destrucción de esta banda: la transición, la movida, la epidemia de la heroina, la expansión del SIDA...









Personaje:  Jaime Gimenez Arbe, alias "El solitario"
Motivos por los que merece una película: Un atracador meticuloso, violento y calculador que actuaba solo y que durante varios años tuvo en jaque a la policía
Directo más adecuado: Michael Mann. Otra elección obvia, que mejor realizador que el autor de "Heat", "Collateral" o "Corrupción en Miami", que añadiría así otro personaje más a su galería de protagonistas inteligentes, despiadados y muy profesionales. Vale que Tarazona, Pozoblanco o Calasparra, no resultan a priori tan llamativas como Los Angeles o Miami, pero seguro que el realizador de Chicago sabría sacar chispas a estas localizaciones...










Personaje: Urtain
Motivos por los que merece una película: Un boxeador surgido de la noche a la mañana del deporte rural vasco, que revolucionó el mundo del boxeo español tardofranquista e hizo enloquecer a la sociedad, con sus combates breves y explosivos. Ganó montañas de dinero, pero terminó totalmente arruinado y alcoholizado, tras intentar triunfar en la lucha libre y como presentador de televisión, para acabar lanzandose desde la ventana del décimo piso en el que vivía. De hecho, ya tiene un fascinante documental, que os dejo aquí al lado, y  una obra de teatro interesantísima dedicada a él.
Director más adecuado: Paul Thomas Anderson. No soy yo mucho de este realizador californiano, pero es indudable que la historia de este inadaptado le iría como anillo al dedo y le permitiría retratar una época interesantísima y oscura, como ya ha hecho en tantas ocasiones.



Personaje: Emilio Rodriguez Menendez.
Motivos por los que merece una película: ¿Hay que explicarlos? Un abogado que no hace ascos a defender a nada ni a nadie, con una vida que no se le ocurre ni al más alocado de los guionistas: su (cuarta o quinta) mujer contrato a varios sicarios para matarlo y casi lo logra; tuvo novias tan delirantes como Malena Gracia, Mila Ximenez y Nuria Bermudez (cuando recuerdo las imagenes de este hombre magrandose con ellas en su casa pasando de una otra como el más chungo de los lupanares, se me revuelven las tripas...); creo una revista de cotilleos "Digame" para difamar a los que le molestaban (estrategia tomada del "Huss, huss" tantas veces presentes en la literatura de James Ellroy) y entre otras cosas llegó a filtrar un video íntimo, grabado a traición por alguien escondido en un armario, y protagonizado por ¡¡¡el periodista Pedro J. Ramirez!!!, en el que este, al parecer (el mismo lo ha reconocido, por muy demencial que parezca lo que viene a continuación...), vistiendo un corpiño rosa, era sodomizado por la prostituta nigeriana Exuperancia Rapu con un consolador (esta parte de la película la podía dirigir John Waters o, mejor aun, Kenneth Anger, si estuviera vivo...); condenando a prisión por esto último, entró en la carcel tras ser capturado al regresar a España desde Portugal para ver dar un último adiós a su madre, para posteriormente, escapar a Argentina durante un permiso penitenciario aprovechando, al parecer, que las bases de datos de prisiones y de pasaportes no están cruzadas ¿¿??. A pesar de dirigir un bufete con hasta 12 abogados en Buenos Aires, al parecer ahora se encuentra en España. Seguro que pronto genera más noticias...
Director más adecuado: Pues a mí da que el Oliver Stone de los primeros tiempos (no el de los últimos...), podría sacar chispas a esta historia. Algo así como un cruce entre "Wall Street" y "Giro al infierno", con algo de la locura mediática de "Asesinos natos" y el delirio de "The doors". Aunque Vince Gilligan, el creador de "Breaking bad", pero sobre todo de "Better call Saul" también le vendría al pelo a este sujeto...



Y esto es todo. Si a alguno se os ocurre alguno más, por favor no os corteis y dejadlo en los comentarios. Lo mismo se alinean los planetas y alguien nos hace caso....

lunes, 6 de abril de 2015

Cine en random (VIII): "Blancanieves".


Carmen es una bella joven de principios del siglo XX en España con una infancia atormentada. Tras la muerte de su madre, la tonadillera Carmen de Triana en el parto y la cogida que dejó postrado a su padre, el celebérrimo torero Antonio Villalta por su terrible madrastra Encarna. Huyendo de su pasado, Carmen rehará su vida junto a una  una troupe de Enanos Toreros.

Este heterodoxa versión del cuento de los hermanos Grimm que rodó hace unos años Pablo Berger, casi 10 años después de la estupenda "Torremolinos 73", se me escapó en su día, y no por falta de ganas, sino de tiempo. Con bastante retraso por fin le he hincado el diente y me arrepiento de haber esperado tanto.

En su momento se emparentó este "Blancanieves" con la meramente simpática "The Artist", que unos meses antes arrasó en taquilla y premios, pero no creo que sea nada acertada la comparación. La ganadora del Oscar proponía una evocación del cine mudo tanto en el fondo, via melodrama romántico de auge-caida-resurreción de una estrella, como sobre todo la forma, ya que la manera en la que estaba rodada aquella cinta se plegaba bastante a las maneras del cine silente, con una cámara casi siempre estática y una fotografía que evocaba el color de las películas de esa época. Sin embargo, esta película toma algunas de las señas visuales de aquel cine, pero la mezcla con otros muchos recursos narrativos de otras épocas y géneros, lo que le da un tono heterodoxo que se agradece. Así Berger concibe este artefacto como un cúmulo de influencias estilísticas (entre las que saltan a la vista Hitchcock, sobre todo "Rebeca" en lo relativo a la madrastra; y Tod Browning: la influencia de "Freaks" es innegable desde que aparecen los enanos), como temáticas que ya aparecían en "Torremolinos 73", como es esa reflexión sobre los lazos de sangre y la familia.

El guión está muy comedido y hace una traslación bastante original y a la par fiel al original de los hermanos Grimm. La ambientación taurina, no solo es un opción más que interesante para potenciar el aspecto más excesivo y descarnado de la trama, con toda la violencia, belleza, sangre y tragedia que ofrece el toreo. Además es una manera muy audaz de integrar los enanos en la trama como freaks, que es lo que venían a ser en el original. E incluso aprovecha a hacer cierta crítica al afán carroñero de los medios de comunicación, y de la sociedad ibérica en general (de entonces y de ahora...), con secuencias como la sesión fotográfica en el funeral. Si acaso hay que sacar algún fallo, es la descripción que hace del personaje que interpreta Pere Ponce, que empieza como fotografo, para luego pasar a ser el sirviente/amante/esclavo de la madrastra Encarna, que queda como hecha brocha gorda y además poco explicada.

Siguiendo con el debate entre si es una película muda canónica (o clásica, si se prefiere), el estilo de interpretación de los actores, si que tiene algo de influencia de lo que se hacía en el cine silente, aunque su interpretación es algo más naturalista. Los actores están todos estupendos, desde Daniel Gimenez Cacho hasta Maribel Verdú, disfrutando como loca de interpretar a la madrastra, pasando por un fugaz pero correcta Inma Cuesta, una convincente Macarena García y una brillantísima Angela Molina, dando vida al abuela de la muchacha, con esos ojos infinitos y profundos que siempre han sido su seña de identidad y que han encandilado a generaciones desde Buñuel hasta Almodovar.

Y la labor de Pablo Berger, como ya he dicho antes, es más heterodoxa de lo que nos vendieron. Si que es cierto, que en los primeros compases de la película, incide más en los cliches del cine contemporanea a la década en la que está ambientada la historia, con esos planos fijos, el formato cuadrado y las esquinas del encuadre difuminadas a negro, que tiene sentido, ya que la narración podría pertenecer casi a un reportaje sobre una corrida de toros en un NO-DO de la época. Sin embargo, conforme pasa la película, y la
historia se hace, digamos, más intima, la narrativa se muestra menos encorsetada a esas señas visuales y empiezan a aparecer cosas como planos rodados con cámara al hombro totalmente inimaginables en el cine de los años 20 y una fotografía muy contrastada que huye de ese tono desvaido de aquella época. De hecho, la corrida de toros que sirve de final a la historia está rodada con un tono que contrasta claramente con la primera, mucho más realista y actual. Lo que no quiere decir que se deje de lado cierto aire de cien expresionista que, es el que preside toda la película, y que va dejando a lo largo de todo el metraje imágenes que se graban en la retina. Porque podra gustar más o menos, pero no creo que nadie pueda discutir que se trata de una cinta con una potencia visual y belleza plástica impresionantes, a lo que por supuesto no es ajena la excelente labor de cámara del operador Kiko de la Rica:
(El que quiera llegar del todo virgen a esta película, que se salte el siguiente parrafo)
La secuencia de asocia la muerte de la madre con el nacimiento de la hija y la intervención quirúrgica a vida o muerte del padre, secuencia en la que además se presenta el personaje de la madrastra, vivido por el padre como si fuere una aparición celestial a consecuencia de los efluvios del eter; el momento en el que la alegría del flamenco pasa a ser la antesala de la muerte; el plano en el que un vestido de comunión se torna una prenda de luto, de una sencillez y una fuerza aplastantes; las emotivas secuencias de los encuentros furtivos entre padre e hija y las enseñanzas vitales que el primero transmite a la segunda; la muerte de la madrastra, mostrada a través de un expresionista juego sombras; el plano (trucado, por supuesto), que enfrenta a Carmen y al toro, una potente manera de mostrar lo que esa faena tiene de afrontamiento con su propio destino; y el plano final, muy bello y amargamente ambiguo.

Y hay más, pero me resisto a nombrarlos todos. Uno solo puede esperar que Berger no tarde otros nueve años en rodar (y que cuando lo haga no se marque una película de horror involuntaria como fue el anuncio del Gordo de Navidad del 2013...)