jueves, 29 de enero de 2015

Esqueletos en el armario


Amelia es una madre australiana de un niño de 6 años. Viuda desde que sufrió un accidente de tráfico el día en el que iba al hospital a parir, se ve superada por la crianza en solitario de su hijo, que es un niño un tanto difícil que tiene además tienen frecuentes pesadillas que todavía le agitan más. Todo esto empeora el día en que encuentra en su casa un libro infantil titulado Babadook, protagonizado por un monstruo del mismo nombre que alterará aun más su ya precario equilibrio familiar.

Es curiosa la tendencia cíclica que presenta el cine de terror desde hace unos 20 años. A mediados de los 90, cuando el género se encontraba casi desaparecido, apareció "Scream. Vigila quien llama" y revolucionó el género y puso de moda la recuperación del slasher adolescente con una mirada desmitificadora e irónica. Unos años después, el cine japones, con "The Ring" a la cabeza, y "El sexto sentido" recuperaron un terror en el que lo sobranatural violentaba la rutina diaria. Unos años después, auspiciado por la execrable "Saw", se puso de moda el gorno (o gore-porno), que a su vez sería desplazado unos años más tarde por el found-footage, gracias al éxito de "Rec" y "Paranormal Activity". Ahora parece que nos encontramos en un proceso de recuperación de las casas encantadas y fantasmas con tono gótico y marcada carga psicológica como modelo a seguir en los años venideros, auspiciado por el éxito de "Insidious", pero sobre todo por el de "Expdiente Warren". Lo llamativo es que no se está haciendo desde una perspectiva irónica o desmitificadora, sino desde el afán de revitalizarlo y recuperar el poder de los iconos clásicos del género. Y plenamente inmerso en esta corriente, encontramos este "Babadook".


Como siempre en este género desde sus orígenes literarios (basicamente con "Otra vuelta de tuerca" de Henry James), la fuerza de la trama se sustenta sobre las turbias emociones de los protagonistas. Así la madre se siente atrapada entre la frustración sexual, la imposibilidad de hacerle frente a la maternidad en soledad y la culpabilidad por vivir el ser madre como una condena. Y frente a ella encontramos a su hijo, al borde también de la enfermedad mental, algo totalmente comprensible dado el ambiente en el que ha rodeado su vida desde el nacimiento. Hay que decir que si esto funciona es en gran parte a la excelente labor que llevan a cabo los actores: Essie Davis está estupenda como madre que pasa por todo el abanico de emociones, y el niño Noah Wiseman también cumple más que dignamente con su complicado rol, resultando odioso en un principio para ir ganando comprensión y compasión conforme avanza la película.

La realizadora Jennifer Kent, (que al igual que hacía la reivindicable y también intimamente relacionada con las maternidades "Mamá", parte de un corto propio previo para este largometraje) hace avanzar la trama con paso firme, diseminando secuencias fuertes durante la primera mitad de la película, como el impagable momento de la interrupción del alivio onanista, o la primera aparición del libro Babadook. Va trabajando la tensión hasta que logra que una gabardina y un sombrero en un perchero den miedo. Aunque quizás la idea que más me ha gustado es el hacer que la representación del monstruo (que viene a ser algo intermedio entre Marilyn Manson y Freddie Kruger...) se le presente a la protagonista en lo que ve en las películas y series que consume en sus hora de insomnio ¿Es real lo que vemos? ¿O estamos ante una construcción de la mente de la protagonista fruto del estrés que le rodea, ensamblada a base de iconos previos?



El tramo final, en el que toda la tensión acumulada eclosiona, aunque resulte un poco atropellado, está rodado con mucha garra y da bastante miedo. Y como guinda un epílogo, en la linea de finales como el de "La invasión de los ladrones de cuerpos", falsamente feliz y bastante subversivo.






Si este va a ser el canón a seguir en los próximos años, el género de terror va a vivir una nueva edad de oro. Y quedaos con el monstruo, que me da a mí que veremos varios en los carnavales y Halloween venideros.


lunes, 26 de enero de 2015

Haz lo que debas


Ivan Locke es un capataz de obra en Inglaterra que se encuentra ante los momentos más difíciles de su vida personal y profesional. En el lado profesional, dirigir la mayor descarga de hormigón realizada nunca en Europa. Y en lo personal, hacerle saber a su mujer y sus hijos que va a tener un hijo, fruto de una infidelidad esporádica. Todo esto lo intentará resolver desde su coche mediante conversaciones telefónicas, mientras conduce para asistir al nacimiento de su nuevo hijo.

Esta película me intrigó al verla nombrada en algunas listas de lo mejor del año, ya que creo que a mi ciudad no llegó, ni oí sobre ella en su día. Y como Tom Hardy me parece un gran actor, pues ha acabado cayendo. Y aunque no creo que la incluya en mi lista de lo mejor de 2014 (que se está cocinando a falta de ver algunas películas que se me escaparon...) tengo que reconocer que me ha parecido una propuesta interesante.

¿Puede una película en la que solo hay un escenario y un actor no ser aburrida? Puede dar lugar a cosas muy interesantes, ya que la soledad que sufre el protagonista puede ser un excelente punto de partida sobre el que reflexionar sobre los aspectos más trascendentes de la vida, esas que casi siempre nos planteamos cuando estamos solos, y películas como "Gravity", "Naufrago" o "La vida de Pi" lo han demostrado. Pero también es muy complicado, como ya demostró aquella propuesta fallida, que fue "Buried" de Rodrigo Cortés, que empezaba bien, pero terminaba pinchando por no saber llevar la historia a buen puerto, y alargar la premisa argumental más de lo que permitía. Sin embargo, "Locke" lo consigue, por lo menos en lo que a mí respecta.

Y lo hace sobre todo gracias a Tom Hardy (sin duda, uno de los mejores actores de su generación), que da un recital interpretativo en toda regla. La dignidad y el compromiso que le insufla al personaje es el motivo por el que la película se mantiene en pie, haciendo que el espectador se implique con lo que está ocurriendo. Es capaz de lograr que no se hunda la película en las secuencias más endebles, aquellas en las que habla con su padre muerto. Es una lástima que como la película no ha tenido más ruido medíatico, este hombre no vaya a optar a ningún premio, porque lo merece.

Sin embargo, una gran interpretación no es solo lo que salva la película, y es que la labor del director y guionista, Stephen Knight, del que solo conocía su libreto para la estupenda "Promesas del Este", no desmerece. Los diálogos son creíbles y están ajustados, y la realización logra sortear la monotonía componiendo planos bastante originales, y dejando que en ocasiones sean exclusivamente la iluminación y la música las que hacen avanzar la historia. Lo de luz es lo que más me ha llamado la atención, logrando que esas luces amarillas de las farolas de la autopista definan a la perfección la soledad y melancolía que está sintiendo el protagonista.

Una película pequeña en concepcion e intenciones, pero no por ello hay que dejarla pasar. No es justo quejarse de la escasa originalidad del cine actual, y abandonar a su suerte cosas interesantes como esta.

miércoles, 21 de enero de 2015

Principios de putrefacción


La periodista Angela Vidal es rescatada por un comando de la policía del edificio en el que sobrevivió a una epidemia zombie, y llevada junto con otros supervivientes a un buque aislado en alta mar controlado por un equipo científico que persigue encontrar una cura para los zombies.

En la lista de los que más anhelaba el pasado año se encontraba esta película. ¿Motivos? Una primera película que es una de las experiencias más intensas que he vivido en una sala de cine; una continuación meramente correcta; y una secuela-precuela que cambiaba el tono y la estética de manera acertada y divertida. En general, el balance era positivo, así que había motivos para tener ilusión. ¿Se han cumplido las expectativas? Me temo que no, siendo este "Rec 4: Apocalipsis", sin duda, la más floja de toda la saga.
Que nadie me malinterprete, que tampoco  es ningún insulto a la inteligencia del espectador, pero no aporta nada nuevo. Y ese era uno de los alicientes de esta saga que siempre le había ido tan bien: la capacidad de coger cosas conocidas (porque no nos engañemos, los referentes de las películas previas eran bastante obvios: "El proyecto de la bruja de Blair", "Amanecer de los muertos", "Aliens", "El ejercito de las tinieblas"...) y pasarlo por un nuevo prisma, que generaba la sensación de estar ante algo genuino. Pues aquí esa chispa que hacía elevarse a las demás películas está ausente. El referente es bastante obvio, "La Cosa" de John Carpenter, trasladando la acción de una base antártica a un barco, pero no hay nada que no se haya visto antes. Y lo que es peor, en ocasiones, bastante mejor contado.
No es que Balagueró no sepa rodar secuencias de tensión, ya que las resuelve de manera aceptable y es capaz de aprovechar el claustrofóbico entorno en el que se desenvuelve la película.  También saca moderado partido a buenas ideas, como las cámaras de vigilancia diseminadas por el barco, que utiliza para crear suspense, o momentos totalmente pesadillescos, como esa habitación llena de jaulas de animales, que da el momento más inquietante de la película. En cambio, los momentos de humor, quedan bastante insípidos. A la vista de esta película y de la divertidísima "Rec 3: Origen" queda bastante que era Paco Plaza el que se encargaba de introducir el humor en las películas. Pero no esta lo que está a punto de hacer naufragar a la película, sino la interpretación, y, sobre todo, el guión. Los actores resultan decepcionantes porque, quitando a Manuela Velasco, no exudan la autenticidad que
si que la ocasión requería. De cualquier manera, esto podría tener un pase si el guión, que como ya hemos dicho, está repleto de lugares comunes, tuviera más garra, y lo que es más importante, unos buenos diálogos, que son bastante torpes y reiterativos... A la vista de la carrera de Jaume Balaguero, cada vez, me queda más claro, que aunque sea un buen narrador, como escritor deja mucho que desear, como demuestran "Darkness", "Fragiles" o "Mientras duermes", que adolecían todas ellas de guiones muy mejorables.


Y esto es todo amigos. No hay mucho más que decir de esta película. Unicamente añadir que a la vista de los resultados, y antes de que la cosa empeore más, lo mejor es dar la saga por cerrada.


viernes, 16 de enero de 2015

El juego de Broadway


Riggan Thomson es un actor famoso por interpretar una saga cinematográfica superheroica en los noventa. Para salir del ostracismo profesional en el que se encuentra, se propone dirigir, adaptar y protagonizar en Broadway la obra "¿De que hablamos cuando hablamos del amor" de Raymond Carver. Pero tendrá que vencer más dificultades que las que él espera.

Una de las películas que cuenta con más posibilidades de arrasar en los premios, que prometía una historia original narraba de manera muy heterodoxa. ¿Podía fallar algo? Desgraciadamente, sí.

Vista toda la carrera de Iñarritu, he llegado a la conclusión de que este hombre normalmente no tiene fé en las historias que cuenta. "21 gramos" y "Babel", terminaban resultando pedantes y artificiales por su afán de abarcar el mundo y epatar al espectador con piruetas narrativas y visuales, que una vez vista la película, devenían en innecesarias. Y es una pena, porque este hombre si que saben hacer cine, como demuestran "Amores perros" y "Biutiful", sus mejores y más desnudas películas. Pues en este "Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia)", se ha dejado llevar por su faceta artificiosa más que nunca, volcando todas sus energías en truquitos visuales y narrativos, en lugar de intentar exprimir las ideas interesantes que le brindaba la historia. Porque, a pesar de todo, las tiene.

Aunque el guión es mucho más típico de lo que podría parecer a simple vista, se podría haber sacado algo mejor de aquí. Los momentos de comedía no están mal resuelto, como la secuencia en la que recorre las calles en calzoncillos funcionan. Y los diálogos están bastante bien, aunque eso quizás se deban a la estupenda labor de los interpretes que los recitan. Porque si por algo se recordará la película cuando pase todo el furor de los premios, es por sus actores. La honestidad de Edward Norton y Michael Keaton es brutal. Suyas, juntos o por separado son las mejores secuencias de la película. Y lo son no solo por los buenos actores que son, sino porque se prestan a reflexionar sobre su propia carrera escudándose en sus personajes: Keaton como alguien que 20 años después aun vive a la sombra su mayor éxito; y Norton como un interprete perfeccionista y tocapelotas, al que expulsan de rodajes y que solo da lo mejor de si mismo y se siente completo cuando interpreta, siendo el resto de su vida un desastre por su actitud. También merece la pena reconocer la valentía e ironía de Naomi Watts y su beso lésbico, teniendo en cuenta que la actriz saltó a la fama por "Mullholand Drive", en la que llevaba a cabo una escena lésbica erótica de esas que no se olvidan; y la de Emma Stone, que se brinda a interpretar a una suerte de alter ego suyo si se hubiera dejado llevar por las drogas....
Y aquí acaba lo bueno, por que el resto de lo que ofrece la película es humo.

Lo primero que me molestó fue el machacón solo de batería que sirve de banda sonora a la película, que carga mucho, y que además, está por encima de todo en la pista sonora...
Lo siguiente que me decepcionó, aunque no es lo peor, es lo poco que exprime la faceta fantástica que ofrecía el guión. No se aprovecha realmente el enfrentamiento entre la ficción del personaje y la realidad del actor, más allá de esos chispazos de los poderes que presentan el actor y que no aportan nada, o la que es la más estúpida secuencia de vuelo que se ha visto en una película desde la sonrojante escena que protagonizaba Javier Bardem en la insoportable "Mar adentro". ¿Para que tiene el espectador que ver esto? ¿De que sirve más allá de para que se luzca el departamento de efectos especiales y el director de fotografía? De nada. Fuegos artificiales vacuos...

Porque vamos con lo que todo el mundo habla, el que la película sea un plano secuencia (trucado, claro está). ¿Hace eso que la película sea mejor? En absoluto. Es un pirueta visual virtuosa, pero injustificada y gratuita. ¿En verdad añade algo a la historia? No. Cuando se ha usado bien este recurso narrativo de planos secuencia en el cine ha sido por un motivo. Hitchcock lo hizo en la magistral "La soga" porque se trataba de una historia que trascurria en tiempo real y en un único escenario. Cuando Welles abrió "Semilla del mal" con un plano larguísimo lo hizo para establecer perfectamente el ambiente geográfico y emocional en el que iba a desarrollarse la historia. Cuando lo ha usado De Palma, ha sido por jugar con el espectador en sus historias alambicadas y mareantes en las que nada es lo que parece. Y no hay nada de eso aquí. Da la impresión de que Iñarritu quedó impresionado por la labor de Luzbenski en esa obra masestra que es "Gravity" de su amigo Cuarón, y dijo: "'¡¡¡En la próxima mía voy a hacer lo mismo, pero más burro todavía, aunque no tenga ningún sentido!!"


Y no puedo resistir a acabar la entrada sin llamar la atención sobre que la Marvel no se haya quejado que esta película haya fusilado el aspecto de Halcón Nocturno, que curiosamente era un intento de emular a Batman. El circulo se cierra. Juzgad vosotros mismos

Esta película es una oportunidad perdida, que intenta ser una puesta al día en clave Broadway de una película que también estaba llena de planos largos y guiños metacinematográficos, la estupenda "El juego de Hollywood" de Robert Altman. Pero no lo logra. Y es que la sombra de este director sobrevuela toda la película ¿o es casual que el autor adaptado sea Raymond Carver, autor de la obra a partir de la cual Altman parió su obra maestra "Short Cuts. Vidas cruzadas"?  Ojala Iñarritu en la película de vampiros que está preparando "The revenant", vuelve a recuperar sus pulso...





martes, 13 de enero de 2015

¡¡Cumplimos 3 años!!! + Las películas más esperadas del 2015


Pues burla, burlando ya hemos cumplido 3 años dando la barrila al personal. La cosa ha superado con creces lo que esperabamos cuando un día la gata se animó a crear este blog. Más de 86.000 visitas, 98 seguidores y un montón de comentarios compartidos. Muchas gracias a todos por ello.

Y como viene siendo costumbre también, vamos a abrir el año con la lista de las películas más esperadas.  Aunque es bastante probable que este año, tengamos menos tiempo para visitar las salas de cine... En breve sabréis el motivo. Pero bueno, vamos con las películas a las que más ganas tenemos de hincar el diente. Entre ellas no figura, por ejemplo "Blackhat. Amenaza en la red" del siempre interesantísimo Michael Mann, porque ya la tenemos a la vuelta de la esquina, que sino, estaría aquí.  O "Jupiter ascending" que ya estaba en la lista de los más deseado del pasado año, antes de que se decidiera retrasar su estreno...
Vamos que nos vamos, por orden alfabético:

"2014 hijos de puta" de Enrique Urbizu. Titulo potente para lo nuevo del bilbaino, que, por las escasa informaciones que han trascendido, sin dejar de lado de todo el thriller, se vuelve a acercar a la comedia. Esperemos que mantenga el pulso de sus buenas películas.

"A Hologram for the king" de Tom Tykwer. Tras la excelente "El atlas de las nubes" el realizador alemán retoma a Tom Hanks para contarnos la historia de un hombre de negocios fracasados que viaja hasta Arabia Saudí para venderle a un jeque su nuevo proyecto. Vienendo de quien viene, seguro que es mucho menos convencional de lo que parece.


"American Sniper" de Clint Eastwood. Aunque llevo unos años descolgado de la carrera del maestro, la historia y el trailer de esta película que estuvo a punto de realizar Spielberg prometen mucho.


"Avengers: Age of Ultron" de Joss Whedon. La culminación de la estupenda Fase 2 del Universo Marvel cinematográfico. Así de lejos tiene un pinta alucinante, y aparente ser más compleja y oscura que la anterior, aunque seguro que teniendo a Whedon detrás no le falta sentido de la aventura ni humor. Y encima hoy han estrenado trailer nuevo. Aquí es dejo los dos.




"Fantastic Four" de Josh Trank. Está más que por lo esperado, está por lo misteriosa que está siendo. En una época en la que vemos trailers casi dos años antes del estreno de una película, no se ha visto nada, ni siquiera fotos sobre este reinicio de la Primera Familia del Universo Marvel. Además la buena labor de Josh Trank en su anterior trabajo, "Chronicle" hace albergar esperanzas de que va a superar el mediocrísimo trabajo de Tim Story en las dos películas previas.

"The Good Dinosaur" de Peter Sohn y Bob Peterson. El retorno de Pixar a lo que la encumbró en su día como sello infalible de calidad: una historia terriblemente original con un tema capaz de fascinar a pequeños y grandes. Y el protagonista es un dinosaurio. No se puede pedir más...


"The Hateful Eight" de Quentin Tarantino. Este hombre digan lo que digan por ahí, de lo mejor de si mismo cuando hace películas de género. Y este western claustrofóbico que retoma el tono de "Reservoir Dogs", que estuvo a punto de no llevarse a cabo, tiene pinta de merecer mucho la pena.




"Inside&Out" de Pete Docter y Ronaldo del Carmen.  Lo mismo que el otro proyecto de Pixar, sólo que además tiene ya un trailer impagable



"Map of the Stars" de David Cronenberg. ¿Cronenberg llevando a cabo un sátira sobre el funcionamiento de Hollywood protagonizada por Julianne Moore? Que cuente con mi dinero.


"Midnight special" de Jeff Nichols. El hombre que nos deslumbró con "Take Shelter" y "Mud" se pasa ahora a la ciencia ficción pura, así que habrá que estar allí para ver lo que ha dado de sí.

"Silence" de Martin Scorsese. El neoyorkino vuelve a abrazar su faceta más mística para contar una historia que trata sobre misioneros europeos en Japón en el siglo XVII. Sus películas tienen que ser vistas siempre.




"Spectre" de Sam Mendes. Después de deslumbrarnos con "Skyfall", Mendes sigue con la saga Bond, que esta entrega contará con Monica Bellucci (que nació para trabajar en esta saga) y Christoph Waltz como villano (otro que también estaba predestinado a ello) para contar el regreso de la mítica organización delictiva SPECTRA al universo del villano más célebre de la historia del cine






"St. James Place" de Steven Spielberg. La Barba vuelve a los años 60-70, época que tan buenos resultados le dió en "Atrapame si puedes" y "Munich", para narrar una historia ambientada en la Guerra Fría protagonizada por Tom Hanks y escrita por los hermanos Coen.



"Star Wars: The Force Awakens" de J.J. Abrams. Si había dudas sobre que podría salir de la puesta en marcha de una nueva trilogía, ya bajo los designios de la Disney, el trailer acabó con todas ellas.




"Tomorrowland" de Brad Bird. Este hombre hasta ahora ha sido casi infalible, siendo capaz de resucitar algo que parecía tan muerto como la saga de "Misión: Imposible", así que hay que confiar en él para que saque partido a esta película con aspecto retrofuturista y olor a la Amblin ochentera.


Estas son las elegidas. Como siempre digo, algunas defraudaran, otras deslumbraran, y lo que es aún mejor, aparecerán sorpresas que no figuran aquí y que nos harán recordar porqué seguimos yendo al cine.

miércoles, 7 de enero de 2015

Recuperando clásicos (XVI): "Crimen perfecto"


En los años 50, un antiguo tenista de élite ya retirado en Londres urde un plan para deshacerse de su joven y adinerada esposa, que le engaña con otro hombre, y así quedarse con su fortuna. Para ello enredará en su trama a un antiguo compañero de universidad. Sin embargo, aunque el plan parece perfecto sobre el papel, nada saldrá como se espera.

Es curioso que esta sea la primera película de Hitchcock que comento en el blog. Aunque esta película me gusta, nunca se ha encontrado entre mis favoritas (esas serían "La Soga", "Rebeca", "Náufragos", "Vértigo" y "Frenesí"), cuando me enteré que se había editado la versión en 3D, que recuperaba el formato en el que Hitchcock la concibió, me picó mucho lo curiosidad. Así que algún tiempo después, cuando la película ya ha bajado de precio, me he hecho con ella. Y la verdad es que ha merecido la pena. Porque aunque siempre se ha tenido esta cinta como un trabajo menor y un tanto alimenticio en la carrera del maestro, y si bien es cierto que no se trata de una de sus obras maestras, bien merece un poco de atención.

Lo primero que llama la atención de esta película es que, a pesar de trascurrir practicamente en su totalidad en un único escenario (clara herencia del origen teatral de la historia), el realizador consigue que dicho punto de partida termine pasando casi inadvertido. El acercamiento que tiene a ella no es perezoso, y busca siempre movimientos de cámara que agilicen los diálogos. Así momentos como la conversación entre el marido y el antiguo compañero de universidad, que es el momento que más me gusta, están resueltos con una atención al detalle impresionante. Así, logra trascender lo que los diálogos cuentan para mostrar que nada es tan inocente como aparenta. En esta secuencia hay imagenes como ese plano en el que vemos como Ray Millard deja el bastón del que se ha servido como excusa para hacerle venir a su antiguo compañero para visitarle: una manera directa, concisa y elegante de dar a entender que a partir de ese momentos se acabaron las apariencias y se empiezan a ver las verdaderas intenciones... El intento de asesinato está resuelto con la habitual maestría de Hitchcock, que como siempre solía hacer, rehuye de la sorpresa y describe con antelación todos los pasos al espectador, para así lograr su tan deseado suspense. Pero todo no tiene el mismo nivel, y el tercio final se alarga en exceso y la cosa pierde interés. Cuesta creer que el marido y el amante de la mujer, sean capaces de ponerse de acuerdo, y el juego del gato y el ratón que se plantea no tiene el nivel alcanzado en otras obras maestras del inglés.

Los actores están muy bien: Ray Millard, con su mezcla entre perversidad y tristeza consigue despertar casi simpatía en el espectador, a pesar de lo vil de sus acciones; Anthony Dawson también está muy bien, y viene a ser casi un sosias de Vincent Price; y claro está, Grace Kelly, que en su estreno con Hitchcock brilla en cada momento que aparece, saliendo muy bien parada de secuencias tan duras como su intento de asesinato. El que sale peor parado del plantel es Robert Cummings, que da vida al amante de Kelly, y no consigue aportarle nada de chispa.

Y para acabar, el polémico 3D. Como ya he dicho antes, ha sido uno de los motivos por los que hecomprado la película. No es que sea un fanático del 3D, ni que vea cualquier película porque se estrene en ese formato ni  que crea que este formato puede redimir una mala película ni nada parecido. Pero si que es cierto que me interesan las posibilidades narrativas que puede tener este formato. De los cineastas actuales poca gente (Scorsese, Spielberg, Cuaron, Ang Lee, Baz Luhrmann y pocos más...) en verdad ha sacado partido a este formato. Y como curioso que soy, me interesaba saber que partido había sacado uno de los mayores creadores de formas de la industria del cine de esta herramienta. Aunque el mismo se mostró algo desencantado tras rodarla en ese formato (al parecer dijo: "Se trata de una moda de 9 días, y nosotros llegamos el noveno..."), la verdad es que si que aprovecha las posibilidades que puede llegar a ofrecer este formato. Por un lado, y teniendo en cuenta el origen teatral de la historia, el relieve acerca más la película a la representación escénica, y logra hace que la experiencia del espectador se haga más orgánica. Y en otros momentos, como la secuencia estrella del crimen, la realización también se articula de tal manera que se resalta la disposición de unos objetos sobre otros (las tijeras, la mesa...).



Como ya he dicho, seguro no se trata del trabajo más redondo del maestro, pero que aún así no es despreciable. Y la reedición en 3D es una buena excusa para recuperarla.