lunes, 30 de diciembre de 2013

Bodas, bodas y más bodas


El otro día nos apetecía reirnos un rato, y siguiendo las recomendaciones de algunos amigos y acordandonos de lo simpática que estuvo "Promoción fantasma", nos decidimos a ver la comedia española "3 Bodas de más".

El argumento es tan simple como la peor pesadilla de cualquier solter@: que tus tres exnovi@s te inviten el mismo día a sus bodas. La protagonista Ruth (Inma Cuesta en su primer papel totalmente cómico cumpliendo sobradamente) empujada por su orgullo, decide acudir a las bodas de sus ex. Para poder sobrellevarlo ira acompañada de su actual becario y recurrirá al ron-cola para superar el papelón. Mala combinación. A pesar de todo en una de las bodas encontrará a su principe azul, aunque luego nada será como parece. Hasta aquí puedo contar...



Como ya hemos dicho Imma Cuesta funciona bastante bien construyendo una especie de Bridget Jones española, pero si la película genera carcajadas entre el público es sobre todo por la presencia de Paco León y Berto Romero. Estos dos televisivos actores son de sobra conocidos, y cuando aparecen en pantalla es imposible no reirte, como queda claro en la divertidísima secuencia que abre la película, o en la boda de Mikel, el personaje que interpreta Paco León, que sigue demostrando que es mejor actor de comedia física de esta país.

El resto de los actores están también bastante graciosos, excepto Quim Gutierrez, que tiene que tener un agente buenísimo, porque sino, no se explica que un actor tan chungo trabaje en tantas películas. Los hay con suerte...








Siguiendo la moda iniciada por "La boda de mi mejor amiga", hay un momento escatológico y se subeun poco el tono de las bromas para que no quede la típica comedia romántica blanda. Y entre gracia y gracia la historia de amor va surgiendo y al final termina funcionando bien.


Muy recomendable para pasar una tarde divertida y desconectar de la rutina diaria. Es graciosa y no es larga, por lo que se ve muy a gusto. Que nadie busque la salvación del cine, aunque imagino que nadie entre a esta película buscándola

Y por cierto ¡¡¡¡Feliz 2014 a todo el mundo y gracias por aguantarnos/apoyarnos otro año más!!!!


jueves, 26 de diciembre de 2013

Un viaje hacia alguna parte


Retomando a Bilbo con su recién adquirido anillo, continuamos el viaje de los enanos y Gandalf decididos a vencer a Smaug y recuperar el tesoro bajo la montaña de sus antepasados.

Menos mal que en este "El hobbit: La desolación de Smaug" el señor Peter Jackson se ha dignado a contarnos cosas, porque después de la timada que fue la presentación de esta forzada trilogía, uno fue al cine empujado por afán completista más que otra cosa, pero esperandose lo peor. Vale que la primera fue una timada con algún momento para enmarcar, como el juego de las adivinanzas entre Smeagol y Bilbo, pero timada a fin de cuentas.




Este película deja claro que lo que se nos contó en la primera podía haberse resumido tranquilamente en una hora y haber cometido en este trilogía en un díptico de tres horas cada uno... Pero bueno, lo hecho, hecho está, así que mejor nos olvidamos de pecados pasados y disfrutamos de esta entretenida película.

Lo mejor de la película es que pasan bastantes cosas, y aunque en ocasiones hay cosas que si se sienten algo estiradas, lo que se nos cuenta tiene razón de ser, y no son meras secuencias de videojuego para distraer a la platea durante dos horas y media. Las secuencias de acción resultan más emocionantes porque queremos que los personajes superen esa dificultad, no porque haya unos movimientos de cámara enrevesados y unos monstruos muy vistosos. Lo que no quita para que las secuencias de acción estén muy bien rodadas, y que Jackson haya tenido el buen ojo de darles un tono más aventurero y menos tétrico que las de la otra trilogía, lo que es coherente con el tono más distendido de esta novela. En este aspecto son modélicos la emocionante y divertida huida de la ciudad de los elfos, y como no, el inicio del enfrentamiento con Smaug. Me gustó mucho la secuencia y la manera en la que se muestra la manera de luchar de los enanos, más basada en la inteligencia que en la pericia con la espada. Por supuesto que queda pendiente de ver la culminación en la próxima película, pero desde luego que ha empezado de manera notable.

Los personajes están más trabajados. Si en la primera los enanos se convertían en monigotes practicamente intercambiables unos con otros, en esta todos acaban con una personalidad definida, lo que hace que el espectador se interesa más por lo que les pase a todos, incluido los desvelos amorosos con el elfico-enanísticos. Y Jackson muestra que cuando quiere es un director capaz de crear imágenes fascinantes sin necesidad de inflarlo todo de efectos digitales, como esas monedas de plata que caen de la panza del dragón anunciando su presencia. El que tuvo retuvo.


Lo que acabo de comentar no quita para reconocer que los efectos especiales son bastante espectaculares, y lo han dado todo con Smaug, logrando que el personaje funcione más que bien. Es una pena que en mi ciudad no estrenen en V.O.S. (bueno, ni tampoco en 48fps...) para poder disfrutar de la fascinante voz del mejor Sherlock Holmes que nunca ha habido, Bennedith Cumberbatch. Por cierto, su amigo Watson está también muy bien en esta película, como es habitual en él. El actor que si está bastante mal es Orlando Bloom. Mucho peor que en sus anteriores interpretaciones como Legolas. No sé si es por que ya sabemos lo mal actor que es (le hemos visto echar a perder cosas como la interesante "El reino de los cielos"), o por que al haberlo introducido un poco con calzador, le falta fuste al personaje.

En el balance negativo de la película está, ademas de los (escasos) estiramientos forzados, toda la trama relativa a Gandalf, que se hace un poco pesada y se siente un poco forzada para enlazar esta saga de películas con la trilogía del anillo. Pero bueno, aun así no desluce demasiado el conjunto.

Recapitulando, una película que mejora la anterior película y que me ha convencido para pasar por caja el próximo mes de diciembre. Esperemos que esta entrega no haya sido un espejismo y la saga siga esta tendencia ascendente.


viernes, 20 de diciembre de 2013

Amores universitarios


Aunque se ha hecho esperar diez años desde su genial "Middlesex", compramos hace unos meses este "La trama nupcial", pero servidor no ha podido hincarle el diente hasta este pasado mes aprovechando las vacaciones.

Este libro nos cuenta el triangulo amoroso que se establece entre Madeleine, Leonard y Mitchell son tres compañeros de promoción en la universidad de Brown en 1982, año de su graduación.

Así leído puede parecer que la historia va a ser una chorrada, y que para ver triángulos amorosos podemos ver cualquier teleserie de universitarios. Pero no podemos olvidar que este hombre fue capaz de, partiendo de la historia de un transexual, crear una novela rio y contarnos la deliciosa historia de una familia de ascendencia griega en los EE.UU. del siglo pasado. Aquí un inciso: ¡¡¡Que alguien fiche a Ang Lee para que dirija esta adaptación, por Dios!!! Superada esta llamada de atención que no conducirá a nada, sigamos con el tema que nos ocupa. En este caso la novela es menos ambiciosa y se nos cuentan unicamente unos cuantos años de la vida de los personajes, lo que hace que el final quede un tanto abrupto, que deja al lector pelín insatisfecho.

Si en la anterior novela ya se veían varios apuntes autobiográficos, en este el autor parece haber aumentado más la carga personal. Los personajes tienen la misma edad que él tenía cuando estaba acabando la carrera, y uno de ellos es, al igual que él, de ascendencia griega. Esto no tiene que ser en si mismo malo, pero yo creo que en este caso reduce la capacidad de el lector de identificarse con los personajes. Tampoco ayuda a empatizar que en ocasiones, y sobre todo al principio del libro, se extienda demasiado dando un montón de referencias literarias sobre la literatura romántica del siglo XIX y sobre el movimiento litereario deconstructivista de los 70-80. Aunque en parte esta justificado, ya que la novela juega un poco a ser un ejercicio metaliterario y a deconstruir la citada novela romántica (algo así como lo que hizo Michel Faber en "Flor blanca, pétalo carmesí" de Michel Faber), le falta un poco más de ironia y de distancia para que ese enfoque funcione del todo.




Pero bueno, no hago más que decir defectos, y no quiero que quede la sensación de que es un mal libro, ya que no lo es en absoluto. La novela se lee a gusto, gracias a la escritura de por Eugenides. Es un placer dejarse llevar por las anécdotas que cuenta del pasado de los personajes, con ese estilo rico pero a la vez sencillo que tan bien maneja el autor. Los pasajes en los que describe tanto la enfermedad mental de uno de los personajes como la busqueda espiritual de otro de ellos son intensos  y conmovedores sin caer en lo escabroso, algo que ya demostró hacer de maravilla en sus anteriores novelas con temas como la transexualidad o el suicidio en "Las vírgenes suicidas". No creo que nadie vaya a sentir que sea una perdida de tiempo el haber leido la novela.

Da un poco pena que no haya mantenido el nivel de "Middlesex", pero es que pocas novelas lo logran. Puede seguir contando conmigo cuando saquen su próximo trabajo. Para despedirse la canción de Talking Heads de la que sale la cita que abre la novela "Once in a lifetime":



martes, 17 de diciembre de 2013

No es país para abogados


Abogado, del que nunca sabremos su nombre, es un abogado de bastante éxito de El Paso. Para poder empezar una vida mejor a su futura esposa, decide meterse en trapicheos. Por una parte pone en marcha una operación de tráfico de droga, y por otra, se asocia con un mafioso hortera para abrir un club. Las dos cosas irán por separado y no tienen por que dar problemas. Pero como siempre pasa en el cine negro, todo se complicará...

"El consejero" tenía que verla sí o sí. Ya estaba en mi lista de lo más esperado del año. No podía dejar escapar el primer guión para cine de Cormac McCarthy, un escritor que debería ser leido por cualquiera que sepa leer. Además, el contar tras las cámaras con Ridley Scott, que con los años se ha ido convirtiendo en uno de los narradores más sólidos del cine norteamericano, solo hacía que aumentar mi interés. Pero claro, no había que confiarse, que la historia del cine esta plagada de churros que partían de muy buenos mimbres. Además el poster les ha quedado horrible, con todas esas caras fotoshopeadas...
Afortunadamente, en esta caso, si que ha salido de todo esto una buena película.
Y es una buena película por varios motivos.

El primero es el guión. Si bien la historia es la típica del cine negro (un hombre que se mete en negocios turbios pensando que puede controlarlo y termina explotandole en la cara), los personajes y los diálogos elevan el conjunto muy por encima de la media del cine negro actual. Una de las múltiples virtudes de McCarthy es que es capaz de describirte un personaje contando como prepara una fogata o como ensilla un caballo. Así de simple. Es tal la maestría que tiene a la hora de describir acciones, que consigue capturar el alma del personaje. Pues eso, al igual que en la estupenda "No es país para viejos" está en la película y Scott ha sabido sacarle todo su partido. Pero no queda ahí la cosa, ya que cuando los personajes hablan dicen cosas fascinantes, densas y divertidas. Esto da a lugar a secuencias de esas que se te quedan en la memoria durante varios días.

El segundo son las actuaciones. Fassbender está tan estupendo como siempre, y Bardem y Pitt cumplen con su habitual solvencia. La que peor está es Penelope Cruz, aunque también hay que reconocer que tiene el personaje menos jugoso. Pero si hay alguien que roba la película, es Cameron Diaz. A mí siempre me ha parecido mejor actriz de lo que se piensa, pero es que aquí, consciente de que el personaje es un regalo, la actriz pone toda la carne en el asador y realiza una actuación que rezuma sensualidad y terror a partes iguales. Sería algo así como la versión femenina y choni del personaje de Chigurh en la adaptación de los Coen. Es una pena que la película no haya funcionado bien y no vayan a nominarla a premios, pero estaría totalmente merecido un reconocimineto para Diaz. Aparte de los protagonistas, los secundarios están igualmente geniales como Bruno Ganz, o los recuperados Rosie Perez y Ruben Blades, este último recitando el diálogo más alucinante de la cinta.

Y por último, pero no por ello menos importantes, la realización de Ridley Scott. Ya superado su vena videoclipera y su afán por decir que si a todo y que le llevo a realizar horrores como "La teniente O´Neill", sigue demostrando que es un maestro en sacar lo mejor del material y los profesionales con los que trabaja, aquí lleva una labor que puede parecer funcional, pero que va dejando apuntes muy interesantes. Es muy interesante el uso de los primeros planos. Por un lado aumenta la intensidad de las interpretaciones. Pero es que además, a base de ver hasta la mínima arruga, cicatriz e imperfección de las estrellas (hay que aplaudirles el valor a los interpretes en una industria que les arrincona, sobre todo a las mujeres, cuando llegan a mediana edad), uno puede sentir toda la vida que llevan a sus espaldas los personajes. Pero no es el único acierto. El manejo que muestra de los momentos de violencia (verbal y física) y suspense (venga de diálogos o de secuencias mudas) tiene gran nivel. Y como casi siempre en sus películas el acabado visual es estupendo, con una banda sonora estupenda del para mí desconocido Daniel Pemberton, y un gran trabajo de Darius Wolski en la iluminación.


El único pero no es relativo a la película en si misma. En mi ciudad solo se estrenan películas en dobladas. Según que películas, me gustaría verlas en V.O.S. pero no es posible hasta que no me la compro y la veo en casa. Digo todo esto, porque me parece una desconsideración por parte de los actores españoles que trabajan en películas extranjeras, que no se doblen a sí mismos. Y Bardem y Cruz son de los que nunca lo han hecho, lo cual me fastidia mucho. ¿En EE.UU. hay actores que se doblan a sí mismo aunque no sea su lengua materna (me viene a la mente Jodie Foster, que se dobla a sí misma en frances...) y los actores de aquí pasan de doblarse a su mismo idioma? No me cabe en la cabeza. Luego se sorprenderan de que la gente les coja manía...


Una gran película que esta pasando injustamente inadvertida y que se está llevando palos, cuando lo que se merece son las laureles. Espero que el tiempo la ponga en su lugar. Animarse a verla todo el mundo. Y leer a McCarthy también, por supuesto.

lunes, 9 de diciembre de 2013

¿La historia de los mutantes definitiva?


Sé que iba a tarde, y que algunos lo consideraran casi un sacrilegio, pero hasta ahora no había leido este "Dios ama, El hombre mata". Considerada por muchos la historia definitiva de La Patrulla-X, por un motivo u otro (despiste, pereza, dificultada para conseguirlo...) nunca había caído en mis manos esta novela gráfiva, pero ahora que por fin lo he hecho, la verdad es que si que es un tebeo que ralla un nivel muy alto.

Un militar retirado convertido en telepredicador extremista de masas, ha puesto en marcha una campaña, tanto pública como encubiertamente, para erradicar a los mutantes a los que considera una ofensa a Dios. Todo esto pondrá a La Patrulla-X al borde de su extinción, viendose obligada a aliarse con Magneto, el mutante más peligroso y poderoso.

Al leer el argumento es fácil encontrar similitudes entre esta historia y el argumento de "X-men: X2", y es que se basaron parcialmente en este historia para hacer la que, para mí, es la mejor película que a día de hoy se ha hecho sobre los mutantes (que me perdonen los fans de la estupenda "X-men: Primera generación"...).

La historia esta bien. Tiene todo ese dramatismo que tan bien manejaba Claremont en sus buenos tiempos y sus célebres diálogos larguísimos, que en este caso no se hacen pesados. Hay momentos particularmente brillantes, como las torturas psicológicas que Stryker realiza sobre los mutantes, o el final que esta muy bien resuelto, con Magneto brillando como el gran personaje que es. En cuanto al dibujo, tengo que reconocer que a pesar de haber oido hablar mucho de él por su trabajo en "Astro City", nunca había visto el trabajo de  Brent C. Anderson, y la verdad es que sus dibujos dramáticos y su buena narrativa hacen que el tebeo vuele más alto. También llama la atención el color, que esta lejos de los colores chillones de los tebeos para darle un tono más apagado, lo que acentua el tono realista de la historia y la hace mucho más dramática.
La actual edición de Panini la verdad es que es una gozada, y aunque a mí no me suelen gustar mucho los extras en esto de los tebeos, en esta ocasión tengo que reconocer que me han parecido muy interesantes, por todo lo que revelan sobre la concepción, realización e influencia de esta historia.
La verdad es que para hacer esta historia, los de Marvel pusieron toda la carne en el asador con este tebeo, que era la primera novela gráfica que iba a estar protagonizada por La Patrulla-X. Le permitieron a Claremont adoptar un tono más oscuro y sacarla fuera de la continuidad de los tebeos, lo que le permitió contar con una alineación muy icónica (aunque yo echo en falta a Pícara...), y poder jugar más con el suspense de las consecuencias de lo que se está narrando.
Además, entre los extras encontramos algunas de las páginas que elaboró el mismísimo Neal Adams (como ya he dicho en Marvel no escatimaron para que este tebeo hiciera historia...), al que finalmente se le cruzó el cable y terminó abandonando el proyecto, algo que, al contrario de la fama de los autores podría parecer, terminó beneficiando a la historia.


Una gran historia que puede ser leida y disfrutado por amantes de los mutantes, y también por aquellos que simplemente disfrutan con las buenas historias. Puede ser un buen regalo navideño. Y al loro con el video que es cachondísimo de verdad.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Y este año disco nuevo... (XXI): Belako


Para romper un poco el hielo después de la desaparición por motivos que creo ya quedaron bastante claros, vamos hoy con una entrada ligera, pero no por ello menos interesante.

Sé que normalmente hablo en esta sección de grupos que están a punto de publicar disco y repasamos la carrera para ponernos un poco a tono para el nuevo trabajo. Pero en en esta ocasión por aquello de que estamos poco a poco aclimantandonos a la vida de nuevo, vamos a hablar de un disco que lleva unos meses publicado, pero que merece bastante la pena. El disco se llama "Eurie" (lluvia en euskera) y sus autores son los mungitarras Belako.

Nacidos en 2011, su sonido recuerda mucho al post-punk de Joy Division (esas lineas de bajo...), lleno de energía, oscuridad y ritmos potentes. Ya de primeras llamaron la atención ganando varios concursos de maquetas, entre ellos los de Radio 3 y Euskadi Gaztea. Y este año ya han participando en varios festivales y han teloneado a gente como Crystal Castles, o incluso al mítico Elvis Costello.  Ahi es nada.

Yo los descubrí gracias a un amigo que siempre me anda descubriendo cosas que nos convenció para ir a un concierto gratuito que daban aquí. Como no había mucho mejor plan, allá que fuimos. Y para nuestra sorpresa dieron un conciertazo. En directo derrochan energía y a pesar de su insultante juventud, (algunos de ellos no pasan de los 20 palos...) tienen un sonido pulido y alejado del magma ruidoso en el que en ocasiones se convierte el punk.

Recomiendo a todo el mundo que los escuche, (y así siempre podreís decir que los conoceís cuando empiecen a salir en las listas de los mejor de este año, que queda muy cool...) Y el que reciba su visita en su ciudad, que aproveche a verlos, porque merecen muy mucho la pena. Al loro con ellos, que si siguen así pueden llegar muy, muy lejos.
Os dejo con su singleS "Beautiful World" y "Sea of confussion". Dos pelotazos.




miércoles, 13 de noviembre de 2013

Granujas con superpoderes


Mark Millar es un tío listo. Quizás demasiado. Triunfó con algunos de los mejores tebeos de la pasada década (los primeros volúmenes de “Ultimate X-Men” y “The Ultimates” y su arco en “The Authority”) y se hizo un nombre. Y como de tonto no tiene un pelo, anticipándose al boom de los superhéroes, se dio cuenta que el negocio estaba en tener la propiedad sobre los personajes, para venderlos para videojuegos, muñequitos, camisetas, caramelos, o la madre del cordero de la pasta, películas. El problema es que, a mí entender, y quitando “Chosen” y el primer “Kick Ass”, este hombre trabaja mejor sobre personajes ajenos que propios: ahí están sus citados primeros arcos en el universo Ultimate para corroborarlo, o también “El viejo Logan”, “The Authority”, “Superman. Hijo del pueblo”. También ha hecho churros trabajando para las grandes, como el decepcionante ultimo arco de “The Ultimates”, su(s) prescindible(s) etapa(s) en “Los cuatro fantásticos” (los ultimatizados, y los de toda la vida también), o la muy tramposa “Civil War”... Cuando se dedica a creaciones propias, el Millar buen escritor se va de parranda para dejar paso el Millar publicista, (otra faceta en la que es un auténtico fenómeno y es que este tío podría vender neveras a los esquimales…), que siempre está más interesado en llamar la atención de los estudios a base de lanzar nombres al aire como posibles directores o protagonistas de la futura adaptación cinematográfica y de provocaciones (pueriles en muchos casos). De esta vertiente mercantilista de Millar han salido el segundo Kick Ass (bastante mediocre), y “Nemesis”, en el que se dedicó a fusilar sin gracia y con muchas estridencias “El caballero oscuro” de Nolan.

Su antepenúltimo (después están los venideros “The secret service” y “Jupiter´s Legacy”…) invento ha sido ha sido fusilar la saga “Ocean´s Eleven”, pasándola por su particular matiz superheroico-gamberro. Y la verdad es que por lo menos en este caso le ha quedado una cosa simpática y entretenida, más interesada en contar una historia distraída que en llamar la atención. Como debería ser.

La premisa es simple pero efectiva. Un supervillano, Johnny Bolt, de nuevo en libertad tras pasar una larga temporada en el talego, se entera de que su mentor tiene una deuda enorme con un supervillano mafioso. Y una fecha límite para saldarla antes de pagar con su cabeza… Para ello recluta un grupo de supervillanos y urde un plan que consiste en dar el golpe fuera de USA, donde hay superhéroes a tutiplén. Mucho mejor hacerlo en un sitio donde no haya superheroes ¿Y que mejor país para dar el golpe que la vieja piel de toro, donde el único que tiene superpoderes parece ser Barcenas? Pues eso, a España que se vienen.


Queda claro, así, a un golpe de vista en que se ha inspirado el escocés para crear la trama: la saga de ladrones que creó Steven Soderbergh. El problema de todo es que no solo se ha inspirado, sino que se ha dedicado prácticamente a cambiar detalles sueltos. Algunos dirán que todas las películas de grupos presentan escenas de reclutamiento, pero es que aquí se ha apropiado de prácticamente todos los recovecos de la trama...  Y esto, claro, termina haciendo la historia bastante predecible. Aun así, tengo que reconocer que,como me encantan este tipo de historias, he disfrutado bastante el tebeo: se hace ameno, y se agradece que se prescindan de estridencias vacuas.

Del dibujo no he hablado hasta ahora, pero es que tampoco merece mucho comentario. Leinil Francis Yu ha mejorado bastante en su narrativa (aun me dan escalofríos de pensar en los primeros tebeos que leí de este hombre: no había manera de seguir la historia), pero yo nunca entenderé la fama de estrella de la que goza este dibujante. Aquí cumple profesionalmente. Y poco más.


Un tebeo divertido, que, si nada se tuerce, será adaptado al cine por el amiguete Nacho Vigalondo, otro tío que es puede acabar siendo brillante, pero que mientras nos lo termina de demostrar (y “Open Windows” pinta que puede ser su confirmación), nos ha ido dejando claro que, como publicista, nadie puede igualarle. Aquí os dejo con el simpático teaser que rodó el también amiguete Borja Cobeaga, que ojala consiga también levantar un proyecto pronto.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Ahora si que si.


En mi escala personal e intransferible relativa a las adaptaciones del Universo Vengador, “Thor” se encontraba en un la parte baja-media (solo por encima de la insufrible “Iron Man 2”) del escalafón . Era entretenida y tenía algún buen momento, pero a pesar de tener a un director de renombre (el mismísimo Kenneth Brannagh), el resultado final quedaba bastante descafeinado. Uno no ardía en deseos de ver la continuación, pero como uno es bastante marvelita, y se ha pasado toda la niñez (¿la niñez? ¡¡¡Toda la vida!!) esperando que hicieran películas de superheroes, no puedo pasar sin verlas. Y menos mal, por que termina siendo una experiencia muy agradable.

Los Elfos Oscuros, una raza que estuvo a punto imponer la oscuridad en todo el universo, y que lleva milenios desterrada tras ser vencida in extremis por Bor, padre de Odín, regresa ahora comandada por Malekith, con la intención de hacerse la dueña del Universo, valiéndose para ello del Eter, una fuente de poder prácticamente infinita, que ya intentaron manejar y que está protegida en los muros de Asgard. Por estas casualidades de la vida, la novieta terrícola de Thor, la científica Jane Foster, acaba enredándose con el citado Eter, lo que hará que se vea complicada en una trama que puede acabar con todo el universo conocido.

No soy un gran lector de Thor, pero eso no quita para que reconozca que la etapa de Walter Simonson en la serie, es una de las mejores etapas que ha tenido una serie Marvel: amenazas más grandes que la vida, ciencia ficción, seres alucinantes, y peleas que te dejaban con la boca abierta (es inolvidable el uso narrativo que hizo de las onomatopeyas). Pues todas estas cosas se echaban a faltar en la primera película. Pero sus creadores se han puesto las pilas y han logrado meter (casi) todo eso en la película.

Todo es mejor que la anterior entrega. Aunque el inicio se hace un pesado, poco a poco la película va ganando en emoción y ritmo, planteando situaciones que si bien no son la repanocha de la originalidad, si que hacen que el espectador se vaya metiendo poco a poco en la historia. No sé si el mérito de que el conjunto funcione  bien es de Alan Taylor (un artesano curtido en practicamente todas las series que ha realizado la HBO, que al parecer tuvo muchos problemas durante el rodaje) o del estudio que tiene detrás, aunque todo indica que se trata más de los segundo, como viene siendo tónica habitual en todas las películas provenientes del estudio.

Los personajes están mucho más trabajados, lo que hace que personajes como Heimdall (defendido con su habitual fuerza por Idris Elba), se sientan más creibles y jueguen un papel importante en la trama. La relación entre Thor y Foster está también mejor tratada, y si hasta ahora parecía la típica historia de amor impuesta por el guión, ahora tenga más sustancia. A esto también ayuda que Portman se muestra menos constreñida (que es la actitud más habitual de esta actriz…) en el papel de la científica, defendiendo algunos chistes con
bastante gracia incluso. Mr. Pataki sigue igual de cachas e igual de guapo (según la gata con gafas), pero también sigue igual de limitado como actor… El resto de los actores (Rene Russo, Anthony Hopkins, Ray Stevenson…) cumplen, pero tampoco se dejan la piel en el empeño. Pero si hay un actor que roba la función ese es Tom Hiddleston en su papel de Loki, que realiza aquí su mejor caracterización del Dios de la Mentira, capaz de inspirar igualmente terror y lástima.

La ambientación también es una mejora importante respecto a la anterior entrega. Han tenido la feliz ocurrencia de hacer que la parte que transcurra en la Tierra ocurra en Londrés, lugar que a mí entender le sienta mucho mejor a Thor que el desierto de Nuevo México de la anterior entrega. Pero también la presentación que hacen de Asgard tiene mucho más sentido de la maravilla y espectacularidad que la anterior entrega: las edificaciones mitólogicas condicionan el desarrollo de la acción (la cárcel, el asedio por las naves espaciales…) y se quitan de encima ese tufo a cartón-piedra que desprendían en la anterior aventura del rubiales.

Pero si algo impacta de la película son esas batallas que se suceden en la segunda mitad de la película (de las que hay en la primer acto mejor olvidarse, porque son rutinarias a más no poder…) que ¡¡¡son puro Simonson!!! El asedio a Asgard, la recuperación del Eter y la batalla final a saltos entre Londres y otros planetas ya están por derecho propio entre las mejores batallas que ha dado el universo Vengador.

La primera escena post-créditos es todo un delirio freakie. Y la segunda es un alivio romántico para las novias de los marvelitas que se han quedado esperando pacientemente diez minutos a que pasen los infinitos créditos por imposición…

Una película que si bien no alcanza el nivel de “Iron Man 3”, lo roza. Va de más a menos y se disfruta mucho. Y lo que es más importante, deja con ganas de más… Si hubieran aligerado la primera hora y hubieran entrado antes en el meollo, estaríamos ante una de las mejores película de Marvel. Seguro que Walt Simonson, salió con una sonrisa de oreja a oreja de verla. Solo falta que en la próxima salga Bill Rayo Beta...


sábado, 2 de noviembre de 2013

No disparen al pianista


El otro día entre la variada oferta cinematográfica, cuando fuimos al cine con los amigos tuvimos a bien decidirnos por ver “Grand Piano”, que vino a ser una película de consenso, a la que nadie vetaba de primeras. Y resulta que esa es la fortaleza y a la vez la debilidad de la película: su corrección.

Tom Selznick (Elijah Wood) es el pianista más brillante de su generación, que tras intentar acometer la partitura más complicada compuesta y acabar en un desastre, se alejó de la música durante 5 años. Ahora y con motivo de rendir homenaje al que fue su mentor, vuelve a dar un concierto, que genera tremenda expectativa por ver que ha sido del antaño prodigio. Justo antes de iniciar el concierto, recibe una llamada en la que le amenazan con matarle en el acto si no ejecuta de manera perfecta la pieza con la que fracasó tan estrepitosamente.

Viendo el argumento cuesta no acordarse de la(s) genial(es) “El hombre que sabía demasiado” del gran Alfredo. Pero cuando uno ve la película, el que viene a la mente no este, sino De Palma. Aunque claro, De Palma solo hay uno…

Como ya he comentado en la introducción, lo peor de esta película es su tibieza, que le impide elevar el vuelo. Hay en ella buenos momentos, sobre todo en sus dos primeros actos, y se nota que está realizada por alguien que ama el cine. Hay momentos de buen cine, con la cámara moviéndose de manera sinuosa por ese decorado cerrado que es el auditorio donde se celebra el concierto. Y el suspense está aceptablemente bien llevado (sin pasarse tampoco: que nadie se tome sumial para ir a ver esta película...), con secuencias simpáticas, como aquella en la que el pianista se dedica a enviar un sms sin dejar de tocar el piano y todo lo que esto genera (hay otro divertido guiño a De Palma relativo al uso de la pantalla partida). Además hay que agradecerle al autor que sea capaz de narrarnos el trauma del pianista sin caer en los tan manidos flashbacks-que-explican-el-origen-de-un-trauma.

Pero eso no termina por ser suficiente. Y es que si hasta el final la puesta en escena ha podido sostener el endeble guión,  cuando la historia enfila su último tramo, la edificación se viene abajo… El final queda forzado y un poco absurdo, sin añadir algunas explicaciones que se hubieran agredecido para aclarar un poco todo el asunto. Pero peor que el final es aun esa suerte de epílogo que cierra la película. Un servidor esperaba encontrarse con una broma perversa tipo “Carrie”, y lo que hay es una secuencia irrisoria que no afea todo el conjunto.

Elijah Wood cumple bien con su ya típico papel de joven en apuros, y el villano encarnado con John Cusack se te olvida en cuanto abandonas la sala. No se ha esforzado mucho, la verdad...





Una propuesta parcialmente fallida que se deja ver sin aburrir, sobre todo por su escaso metraje,pero que daba para más. Eso sí, hay que reconocerle la valentía de realizar un cine de género, comercial y exportable, que es uno de los caminos que la maltrecha cinematografía española debería seguir. Cuantas más películas se realicen aquí, se producirán más bodrios, pero también más maravillas. Para despedirnos, "Daniel", del disco de Elton John "Don´t Shoot Me, I´m Only the Piano Man", que viene al pelo para cerrar esta entrada...


domingo, 27 de octubre de 2013

Y este año disco nuevo...(XX): Arcade Fire


Pues esta semana estrena disco la mejor y más inesperada banda surgida en lo que va de siglo, y mis canadienses favoritos, junto con Jim Carrey y David Cronenberg: Arcade Fire. Para celebrarlo vamos a repasar su carrera disco a disco.
De primeras un repaso a sus inicios. Surgidos de la escena artística de Montreal, decidieron que "lo más punk que podían hacer con semejante origen, era hacer pop". Y vaya que si lo hicieron. Y eso que todo parecía abocado a que acabaran haciendo performances junto con algún predicador ambulante, porque si nos fijamos en los miembros de la banda uno por uno, no encontramos lo que sería esperable en una banda de rock: el meollo y las voces de la banda son el matrimonio formado por Win Butler, que antes de ser cantante se licenció en estudio de textos religiosos antiguos ¿¿¿???, y  Regine Chassagne una canadiense de origen haitiano; pero es que entre los miembros encontramos también mormones y hasta cuaqueros, esa curiosa y minoritaria rama del cristianismo que reniega de los dogmas y que se reune en sus templos no para rezar, sino para reflexionar en silencio.
Una vez puestos en antecedentes, vamos a lo que de verdad importa, sus discos.
Primero de todo, aclarar que antes que los discos, en 2002, publicaron un EP llamado "Arcade Fire" o "Us Kid Know", que, como tantas otras veces, ganó relevancia tras el éxito de "Funeral". Incluye canciones como "Old Flame", "My heart is an apple" o una versión primeriza de "No cars go", que merecen muy mucho la pena. Os dejo las dos primeras para que os entre el gusanillo.






"Funeral" (2004): Su estreno y a día de hoy su mejor disco. Nadie se esperaba una cosa como esta en el año 2005, que fue cuando lo descubrí. Ese alubión de tristeza, melancolía, pero también épica y llamada a la acción envuelto en una instrumentación cuidada hasta el límite que incluía instrumentos como xilófonos, tubas o acordeones descolocó y fascinó a todo el mundo. Tenía un sonido retro que sonaba rabiosamente moderno que te capturaba más a cada escucha. Y fueron muchas escuchas.
La canción: "Neighbourhood 1 (Tunnels)" Tuvieron el bueno ojo de abrir el disco con la mejor canción que han compuesto hasta ahora. Aun recuerdo la primera vez que la escuché, con esa sencilla melodía de piano que continua repitiendose y a la que se van uniendo cada vez más instrumentos hasta alcanzar una potencia alucinante. Ese sonido repetitivo me recordó ya desde el principio a la maquinaria de un tren a vapor poniendose en marcha, como si la banda nos invitara a unirnos a su viaje... Yo no me he arrepentido de subirme.
El pero: ¿Hay que encontrarle un pero a todo? Voy a poner uno para que la gente no diga que estoy totalmente cegado y rendido a ellos (que casi lo estoy): la voz de Butler. Tiene muy poquita. En los discos da el pego, pero en directo se nota más que no da para mucho. Poco importa si tienen canciones tan potentes.

“Neon Bible” (2007): Después de haberlo petado entre la crítica y la parroquia indie, se lanzaron a conquistar (comercialmente) el mundo. El nombre lo tomaron de la opera prima y póstuma del malogrado John Kennedy Toole, de la que tomaron la obsesión por los predicadores espectáculo y por la inocencia perdida, y sobre esa base, hicieron este disco, su obra más comercial y accesible, en el que llevaron al cubo la épica del trabajo previo, logrando una disco de rock barroco (que además fue grabado en una iglesia). Tocaron todos los instrumentos posibles (si en el anterior había acordeón y arpa, aquí metieron zafonas, y mandolinas), llegaron a utilizar a una coral militar húngara para grabar los coros, y elevaron el protagonismo del piano hasta límites pocas veces vistos en la música pop en la canción “Intervention”. Tocaron el estrellato en lo que a ventas se refiere, aunque a algunos se les atragantó tanta épica. 
La canción: “Oceans of noise”. Podían haber sido otras muchas, como ese ejercicio de blues eléctrico que es “(Antichrist Television Blues)”, o la cañera “No cars go”, pero esta melancólica melodía no ha dejado de fascinarme desde el día que la oí. Y después de haberla disfrutado en directo, ni te cuento.
El pero: Hay que reconocer que quizás si que se trate de un disco que impresiona mucho al principio, pero que no aguanta tan bien el paso del tiempo como sus otras obras (de hecho es el disco del que menos temas recuperan en directo). Pero aun así tiene un puñado de canciones inolvidables.


“The Suburbs” (2010): Demostrando que son más inteligentes y humildes que lo que la gente pensaba, echaron el freno en lo que a épica se refiere, y realizaron su disco más rockero y más largo ¿El resultado? El que a día de de hoy es mi disco favorito. "Funeral" es mejor, pero "The suburbs" es mi favorito ¿Y por qué? Pues imagino que tendrá algo de nexo generacional o algo así, pero es el disco que más me emociona y el que más cercano siento a mí. La manera de utilizar as imagenes apocalípticas  que plantean "Deep blue" y "Suburban Wars"   como metáforas de la preadolescencia que tan bien reflejan "We used to wait", "Month of may" o "Wasted hours" me parecen sublimes. Este disco siempre me trae a la mente otra de mis debilidades, como son las películas de Spielberg en los 80, con esas barriadas y esa erupción traumática en la adolescencia. Algo que a lo que también ayuda el mediometraje que les dirigió Spike Jonze con la música del disco.
La canción: "Wasted hours" No se el resto de la humanidad, pero la representación que hacen de esos momentos en los que no tenías nada que hacer en verano me sigue poniendo los pelos como escarpias todas las veces que la escucho, y ya van unos cuantos de cientos de veces... Me acuerdo de esas (escasas) tardes de verano en las que todos tus amigos estaban fuera y tu estabas aburrido como un hongo en casa, esperando que pasara el tiempo y envuelto en una sensación rara
El pero: Hay gente que dicen que sobran canciones. Para mí no, me parece un disco muy personal y superior a su trabajo previo. Nunca me quejaré de que algo que me gusta dure mucho...


Y la próxima semana...


"Reflektor" (2013): Con el culo prieto me tienen. Un disco de casi 80 minutos con 13 canciones. Ahí es nada... Con una giro anunciado a la electrónica y producción  por parte del alma de los añorados LCD Soundsystem, James Murphy, el primer adelanto, "Reflektor" me descolocó horrores en el primer contacto, a lo que ayudo mucho este tambíen desconcertante video. Tiene de todo: bongos, electrónica, coros etnicos, coros de Bowie... ¿No serán demasiadas cosas? Con las sucesivas escuchas le he ido cogiendo el punto, pero me sigue pareciendo demasiado larga (casi 8 minutos...). Lo que si que me ha quedado claro es que por lo menos un pepinazo total tiene, como es "Here comes the night time", que, junto a "We exist" y "Normal person", adelantaron en un especial de Saturday Night Live dirigido por el también amiguete Roman Coppola, en el que encontramos caméos de Ben Stiller, Bono, James Franco, o Michael Cera. En dos días saldremos de dudas...


miércoles, 23 de octubre de 2013

Carne humana


Seamos honestos: así de lejos, esta serie no es que resulte muy atractiva. Lo más normal es verla como un burdo intento de servirse del auge de la televisión actual para tomar un personaje icónico e intentar aprovecharse del nombre para sacar más partido a una idea ya agotada (como demostraron las muy mediocres “El dragón rojo” y “Hannibal. El origen”). Afortunadamente, si uno se libra de los prejuicios (a mí me costó unos cuantos meses y la reseña que le dedico TFV para decidirme), se encuentra con una serie más que interesante.

Lo primero que hay que agradecer es la inteligencia que han demostrado sus creadores para alejarse de todos los precedentes cinematográficos del personaje. Y es que a pesar de que en los títulos figure como basada en el primero de los libros en el que aparece Lecter (“El dragón rojo”, que generó dos adaptaciones: la primera irregular a cargo de un primerizo Michael Mann y la segunda absolutamente mediocre y  prescindible a cargo del temible Brett Ratner, especialista en destrozar franquicias), de ella unicamente toma los personajes principales, desarrollando una trama del todo nueva y estableciendo un universo y una relación entre los protagonistas ausentes en las adaptaciones previas.

Y es que lo que más llama la atención de esta serie es la valentía a la hora de mostrar una sociedad completamente enfermiza: todos los personajes principales tienen algo que les hace sentirse aislados, o los convierte directamente en monstruos.

Por un lado el investigador Will Graham (estupendo Hugh Dancy), es contratado por el FBI para investigar los delitos más retorcidos por su capacidad para ponerse en el lugar del asesino y reproducir el crimen, algo que logra sufriendo aparatosas y terroríficas visiones. Su don terminara haciendo mella en su vida, ya de por si bastante solitaria y desordenada (vive rodeado de los perros abandonados que va encontrando y comiendo comida precocinada…), convirtiéndola en una pesadilla que le hará dudar de su propia cordura. En cambio, Hannibal (brillante Mads Mikelsen, que logra alejarse de las encarnaciones previas del psiquiatra) se presenta como el reverso oscuro de Graham: tras su fachada de refinamiento y educación y savoir faire culinario, se esconde un monstruo que persigue corromper lo que le rodea mediante la manipulación y el crimen. Eso sí, daría lo que fuera por que me invitara a cenar a su casa, porque cocina unas cosas alucinantes (la malo es cuando tu te conviertes en el plato principal, pero sin riesgo no hay emoción…).
La presentación que se hace de los crímenes contribuye mucho a enrarecer el tono de la propuesta, ya que todos los asesinatos son presentados de manera muy recargada y excesiva,  quedando convertidos en muchas ocasiones en macabras esculturas. Este ambiente enfermizo que se respira en la serie ayuda mucho también la luz, que convierte algunas de las escenas en terroríficos cuadros vivientes. Hasta los apuntes cómicos tienen un reverso tétrico. Por ejemplo la estupenda secuencia en la que vemos a Lecter cocinando: se intercalan las imágenes en las que se le ve buscando ideas en recetarios, con otras en las que busca en su tarjetero direcciones de gente que le sirva materia prima para sus platos...
Y aunque una serie de televisión es siempre producto de colaboración y se le suele dar el mérito al creador, en este caso Bryan Fuller (cuyo trabajo previo desconozco) no hay que pasar por alto la labor de los directores que están detrás de la mayoría de los capítulos. Entre ellos que encontramos a  gente tan interesante como David Slade (la interesante “30 días de noche”), John Dahl (que en los 90 hacía peliculones como “Red Rock West”), Guillermo Navarro (que es el cinematógrafo habitual de Guillermo del Toro), o Peter Medak (que hoy ha caído en el olvido, pero que  hay que recordar que es el director de “Al final de la escalera”…).


Como nota anecdótica, apuntar la conexión hispánico con dos curiosidades: el famoso cocinero José Andrés ha sido contratado como consejero gastronómico, y probablemente por eso, en un momento de la serie, vemos a Lecter ¡¡¡Partiendo y comiendo jamón ibérico!!! No sabe nada el tió…






viernes, 18 de octubre de 2013

10 años sin Manuel Vázquez Montalbán


Hoy 18 de Octubre,se cumplen 10 años desde que Manuel Vázquez Montalban muriera, así que voy aprovechar esta ocasión para rendirle homenaje a mi escritor español favorito.
Cultivó un montón de géneros con interesantes incursiones en el ensayo (“La aznaridad”, “Autobiografía del general Franco”), el teatro (“Cuarteto”) e incluso los poemas. Pero si por algo pasará a la historia, además de por su labor enciclopédica y divulgadora de la gastronomía, será por su obra novelística, y sobre todo por la serie Carvalho
Con su estilo rico y culterano, este hombre logró con la saga de Pepe Carvalho la crónica más lucida que yo he leído sobre la historia española desde la Transición hasta el inicio del siglo XXI. Y es que Montalbán utilizó al personaje, para sobre una base de novela negra, transitar todo tipo de géneros, desde la sátira política “Roldan. Ni vivo ni muerto”, hasta el género de aventuras “Los pájaros de Bangkok”, pasando por la política ficción “Asesinato en el comité central” o ese broche de oro con forma de libro de viajes que fue “Milenio Carvalho”.

Carvalho es un personaje único. No cuesta reconocer al personaje como una alter ego parcial del autor: antiguo militante del Partido Comunista, que reniega de ideologías; amante de la gastronomía como acto supremo de expresión del refinamiento y también la brutalidad humana; erudito y calcinador de libros por el daño que le han hecho a su personalidad… Además es fascinante como es capaz de pasar del localismo, con esa Barcelona que es una con el personaje, a una universalidad inabarcable (Thailandia, Holanda, Argentina, EE.UU., Marruecos, Francia…), para acabar dando la vuelta al mundo en su última novela. Es por eso que a mí siempre me gustó leer sus novelas cuando me encontraba de viaje: me sentía más cercano a Pepe cuando me encontraba lejos de casa.

Si hay algún descarriado que nunca se ha acercado a Carvalho, yo le recomendaría empezar con “Tatuaje” (auténtica primera novela del personaje, aunque antes estuvo “Yo maté a Kennedy”, pero que según cuenta la leyenda, nació en una sobremesa etílica de la apuesta sobre si era capaz de escribir una novela negra en 15 días …), para seguir con “Asesinato en el cómite central” (en él se investiga el asesinato de un remedo de Carrillo…), la fascinante “Los pajaros de Bangkok”, “El Balneario” (en la que el autor, como Unamuno, se llega a enfrentar con el personaje…), o “El premio” (en la que hace un retrato irónico y descarnado de la burguesía española de los 90). Y si se es amante de la cocina, es también una muy buena idea acercarse a algunos de los interesantes y lujosos libros que escribió repasa la gastronomía ibérica.


A Vázquez Montalbán, la muerte, en una de esas casualidades literarias que superan a la ficción, le encontró en el aeropuerto de Bangkok a la edad de 65 años. Una muerte muy acorde con su afán viajero, pero no hubiera estado de más que se hubiera producido 10, o mejor, 20 años más tarde, para que el autor hubiera podido arrojar a través de los ojos de Carvalho su punto de vista sobre los atentados del 11-M, el auge y posterior desmorone del ladrillo, y por supuesto la crisis y la manera en que han lidiado con ella los políticos de este país. Da mucha pena pensar en lo que nos hemos perdido… Os dejo con estupendo documental que le dedicaron hace poco