Seamos honestos: así de lejos,
esta serie no es que resulte muy atractiva. Lo más normal es verla como un
burdo intento de servirse del auge de la televisión actual para tomar un
personaje icónico e intentar aprovecharse del nombre para sacar más partido a
una idea ya agotada (como demostraron las muy mediocres “El dragón rojo” y
“Hannibal. El origen”). Afortunadamente, si uno se libra de los prejuicios (a
mí me costó unos cuantos meses y la reseña que le dedico TFV para decidirme),
se encuentra con una serie más que interesante.
Lo primero que hay que agradecer
es la inteligencia que han demostrado sus creadores para alejarse de todos los
precedentes cinematográficos del personaje. Y es que a pesar de que en los
títulos figure como basada en el primero de los libros en el que aparece Lecter
(“El dragón rojo”, que generó dos adaptaciones: la primera irregular a cargo de
un primerizo Michael Mann y la segunda absolutamente mediocre y prescindible a cargo del temible Brett Ratner,
especialista en destrozar franquicias), de ella unicamente toma los personajes
principales, desarrollando una trama del todo nueva y estableciendo un universo
y una relación entre los protagonistas ausentes en las adaptaciones previas.
Y es que lo que más llama la
atención de esta serie es la valentía a la hora de mostrar una sociedad
completamente enfermiza: todos los personajes principales tienen algo que les hace
sentirse aislados, o los convierte directamente en monstruos.
Por un lado el investigador Will Graham (estupendo Hugh Dancy), es
contratado por el FBI para investigar los delitos más retorcidos por su
capacidad para ponerse en el lugar del asesino y reproducir el crimen, algo que
logra sufriendo aparatosas y terroríficas visiones. Su don terminara haciendo
mella en su vida, ya de por si bastante solitaria y desordenada (vive rodeado
de los perros abandonados que va encontrando y comiendo comida precocinada…),
convirtiéndola en una pesadilla que le hará dudar de su propia cordura. En
cambio, Hannibal (brillante Mads Mikelsen, que logra alejarse de las encarnaciones previas del psiquiatra) se presenta como el reverso oscuro de Graham: tras su fachada
de refinamiento y educación y savoir faire culinario, se esconde un monstruo
que persigue corromper lo que le rodea mediante la manipulación y el crimen.
Eso sí, daría lo que fuera por que me invitara a cenar a su casa, porque cocina
unas cosas alucinantes (la malo es cuando tu te conviertes en el plato
principal, pero sin riesgo no hay emoción…).
La presentación que se hace de
los crímenes contribuye mucho a enrarecer el tono de la propuesta, ya que todos
los asesinatos son presentados de manera muy recargada y excesiva, quedando convertidos en muchas ocasiones en
macabras esculturas. Este ambiente enfermizo que se respira en la serie ayuda
mucho también la luz, que convierte algunas de las escenas en terroríficos
cuadros vivientes. Hasta los apuntes cómicos tienen un reverso tétrico. Por
ejemplo la estupenda secuencia en la que vemos a Lecter cocinando: se intercalan las imágenes en las que se le ve buscando ideas en recetarios, con otras en las que busca en su tarjetero direcciones de gente que le sirva materia prima para sus platos...
Y aunque una serie de televisión
es siempre producto de colaboración y se le suele dar el mérito al creador, en
este caso Bryan Fuller (cuyo trabajo previo desconozco) no hay que pasar por
alto la labor de los directores que están detrás de la mayoría de los
capítulos. Entre ellos que encontramos a
gente tan interesante como David Slade (la interesante “30 días de
noche”), John Dahl (que en los 90 hacía peliculones como “Red Rock West”),
Guillermo Navarro (que es el cinematógrafo habitual de Guillermo del Toro), o
Peter Medak (que hoy ha caído en el olvido, pero que hay que recordar que es
el director de “Al final de la escalera”…).
Como nota anecdótica, apuntar la
conexión hispánico con dos curiosidades: el famoso cocinero José Andrés ha sido
contratado como consejero gastronómico, y probablemente por eso, en un momento
de la serie, vemos a Lecter ¡¡¡Partiendo y comiendo jamón ibérico!!! No sabe
nada el tió…
Tengo entendido que en EEUU el jamón es ilegal, si te pillan con ello en el aeropuerto te lo quitan y te puedes meter en un lío.
ResponderEliminarNo sé qué me ha echado más para atrás de lo que cuentas, que el poli tenga visiones o que todo sea tan gore...
A mí me lo quitaron en su día en el aeropuerto... sniff!! Todavía no se lo he perdonado.
EliminarTanto como un lío no, no hay que subestimar los sobres de correos.
Doctora: En la vida hay muchas cosas ilegales que molan, así que en ocasiones hay que jugarsela para disfrutar de cosas buenas.
EliminarLiet: Yo a USA no he llevado jamón, si que lo he hecho a UK, y en plena epidemia de fiebre aftosa además... Iban entre los paquetes de compresas de mis compañeras de piso y tuvimos la suerte de que no nos lo encontraran. Nos supo a teta.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarVimos en casa los dos primeros capitulos y la dejamos, no nos pareció con la calidad suficiente habiendo tantas series buenas por el mundo en estos tiempos. Y mira que el prota y el tema nos molaba, pero no cuajó.
ResponderEliminarLas expectativas lo son todo en la vida, yo no es que le tuviera muchas ganas, pero al final me animé y la ví y me he encontrado con una de esas sorpresas que nos alegran el día....
EliminarSaludos
Aproveché este verano para ver todos los capítulos seguidos y la he disfrutado bastante...siempre me ha desconcertado Lecter y esa manera caprichosa de actuar en el sentido de que actúa por curiosidad...
ResponderEliminarestoy deseando ver como continúa la serie en su segunda temporada
Yo también tengo ganas de ver como resuelven la situación en la que acaba la serie, que es muy sugerente y tiene mucho potencial. Esperemos que se lo curren y no nos decepcionen...
EliminarSaludos
Hombre, David Slade, el de Hard Candy, peli recién vista. 30 días de oscuridad tampoco está mal. Un tío a tener en cuenta. La serie me tira lo justo, y eso que dicen que Mikelsen está fantástico y a pesar también de que esa atmósfera turbia no deje de atraerme. Un abrazo, León.
ResponderEliminarDavid Slade es un tio interesante, pero como ya comento, el resto de plantel de directores no esta nada mal: Medak, Dahl... Gente con oficio y que tiene un huequito en mi corazón cinéfilo. Te animo a que veas la serie, que está bastante conseguida.
EliminarUn abrazo