domingo, 27 de octubre de 2013

Y este año disco nuevo...(XX): Arcade Fire


Pues esta semana estrena disco la mejor y más inesperada banda surgida en lo que va de siglo, y mis canadienses favoritos, junto con Jim Carrey y David Cronenberg: Arcade Fire. Para celebrarlo vamos a repasar su carrera disco a disco.
De primeras un repaso a sus inicios. Surgidos de la escena artística de Montreal, decidieron que "lo más punk que podían hacer con semejante origen, era hacer pop". Y vaya que si lo hicieron. Y eso que todo parecía abocado a que acabaran haciendo performances junto con algún predicador ambulante, porque si nos fijamos en los miembros de la banda uno por uno, no encontramos lo que sería esperable en una banda de rock: el meollo y las voces de la banda son el matrimonio formado por Win Butler, que antes de ser cantante se licenció en estudio de textos religiosos antiguos ¿¿¿???, y  Regine Chassagne una canadiense de origen haitiano; pero es que entre los miembros encontramos también mormones y hasta cuaqueros, esa curiosa y minoritaria rama del cristianismo que reniega de los dogmas y que se reune en sus templos no para rezar, sino para reflexionar en silencio.
Una vez puestos en antecedentes, vamos a lo que de verdad importa, sus discos.
Primero de todo, aclarar que antes que los discos, en 2002, publicaron un EP llamado "Arcade Fire" o "Us Kid Know", que, como tantas otras veces, ganó relevancia tras el éxito de "Funeral". Incluye canciones como "Old Flame", "My heart is an apple" o una versión primeriza de "No cars go", que merecen muy mucho la pena. Os dejo las dos primeras para que os entre el gusanillo.






"Funeral" (2004): Su estreno y a día de hoy su mejor disco. Nadie se esperaba una cosa como esta en el año 2005, que fue cuando lo descubrí. Ese alubión de tristeza, melancolía, pero también épica y llamada a la acción envuelto en una instrumentación cuidada hasta el límite que incluía instrumentos como xilófonos, tubas o acordeones descolocó y fascinó a todo el mundo. Tenía un sonido retro que sonaba rabiosamente moderno que te capturaba más a cada escucha. Y fueron muchas escuchas.
La canción: "Neighbourhood 1 (Tunnels)" Tuvieron el bueno ojo de abrir el disco con la mejor canción que han compuesto hasta ahora. Aun recuerdo la primera vez que la escuché, con esa sencilla melodía de piano que continua repitiendose y a la que se van uniendo cada vez más instrumentos hasta alcanzar una potencia alucinante. Ese sonido repetitivo me recordó ya desde el principio a la maquinaria de un tren a vapor poniendose en marcha, como si la banda nos invitara a unirnos a su viaje... Yo no me he arrepentido de subirme.
El pero: ¿Hay que encontrarle un pero a todo? Voy a poner uno para que la gente no diga que estoy totalmente cegado y rendido a ellos (que casi lo estoy): la voz de Butler. Tiene muy poquita. En los discos da el pego, pero en directo se nota más que no da para mucho. Poco importa si tienen canciones tan potentes.

“Neon Bible” (2007): Después de haberlo petado entre la crítica y la parroquia indie, se lanzaron a conquistar (comercialmente) el mundo. El nombre lo tomaron de la opera prima y póstuma del malogrado John Kennedy Toole, de la que tomaron la obsesión por los predicadores espectáculo y por la inocencia perdida, y sobre esa base, hicieron este disco, su obra más comercial y accesible, en el que llevaron al cubo la épica del trabajo previo, logrando una disco de rock barroco (que además fue grabado en una iglesia). Tocaron todos los instrumentos posibles (si en el anterior había acordeón y arpa, aquí metieron zafonas, y mandolinas), llegaron a utilizar a una coral militar húngara para grabar los coros, y elevaron el protagonismo del piano hasta límites pocas veces vistos en la música pop en la canción “Intervention”. Tocaron el estrellato en lo que a ventas se refiere, aunque a algunos se les atragantó tanta épica. 
La canción: “Oceans of noise”. Podían haber sido otras muchas, como ese ejercicio de blues eléctrico que es “(Antichrist Television Blues)”, o la cañera “No cars go”, pero esta melancólica melodía no ha dejado de fascinarme desde el día que la oí. Y después de haberla disfrutado en directo, ni te cuento.
El pero: Hay que reconocer que quizás si que se trate de un disco que impresiona mucho al principio, pero que no aguanta tan bien el paso del tiempo como sus otras obras (de hecho es el disco del que menos temas recuperan en directo). Pero aun así tiene un puñado de canciones inolvidables.


“The Suburbs” (2010): Demostrando que son más inteligentes y humildes que lo que la gente pensaba, echaron el freno en lo que a épica se refiere, y realizaron su disco más rockero y más largo ¿El resultado? El que a día de de hoy es mi disco favorito. "Funeral" es mejor, pero "The suburbs" es mi favorito ¿Y por qué? Pues imagino que tendrá algo de nexo generacional o algo así, pero es el disco que más me emociona y el que más cercano siento a mí. La manera de utilizar as imagenes apocalípticas  que plantean "Deep blue" y "Suburban Wars"   como metáforas de la preadolescencia que tan bien reflejan "We used to wait", "Month of may" o "Wasted hours" me parecen sublimes. Este disco siempre me trae a la mente otra de mis debilidades, como son las películas de Spielberg en los 80, con esas barriadas y esa erupción traumática en la adolescencia. Algo que a lo que también ayuda el mediometraje que les dirigió Spike Jonze con la música del disco.
La canción: "Wasted hours" No se el resto de la humanidad, pero la representación que hacen de esos momentos en los que no tenías nada que hacer en verano me sigue poniendo los pelos como escarpias todas las veces que la escucho, y ya van unos cuantos de cientos de veces... Me acuerdo de esas (escasas) tardes de verano en las que todos tus amigos estaban fuera y tu estabas aburrido como un hongo en casa, esperando que pasara el tiempo y envuelto en una sensación rara
El pero: Hay gente que dicen que sobran canciones. Para mí no, me parece un disco muy personal y superior a su trabajo previo. Nunca me quejaré de que algo que me gusta dure mucho...


Y la próxima semana...


"Reflektor" (2013): Con el culo prieto me tienen. Un disco de casi 80 minutos con 13 canciones. Ahí es nada... Con una giro anunciado a la electrónica y producción  por parte del alma de los añorados LCD Soundsystem, James Murphy, el primer adelanto, "Reflektor" me descolocó horrores en el primer contacto, a lo que ayudo mucho este tambíen desconcertante video. Tiene de todo: bongos, electrónica, coros etnicos, coros de Bowie... ¿No serán demasiadas cosas? Con las sucesivas escuchas le he ido cogiendo el punto, pero me sigue pareciendo demasiado larga (casi 8 minutos...). Lo que si que me ha quedado claro es que por lo menos un pepinazo total tiene, como es "Here comes the night time", que, junto a "We exist" y "Normal person", adelantaron en un especial de Saturday Night Live dirigido por el también amiguete Roman Coppola, en el que encontramos caméos de Ben Stiller, Bono, James Franco, o Michael Cera. En dos días saldremos de dudas...


miércoles, 23 de octubre de 2013

Carne humana


Seamos honestos: así de lejos, esta serie no es que resulte muy atractiva. Lo más normal es verla como un burdo intento de servirse del auge de la televisión actual para tomar un personaje icónico e intentar aprovecharse del nombre para sacar más partido a una idea ya agotada (como demostraron las muy mediocres “El dragón rojo” y “Hannibal. El origen”). Afortunadamente, si uno se libra de los prejuicios (a mí me costó unos cuantos meses y la reseña que le dedico TFV para decidirme), se encuentra con una serie más que interesante.

Lo primero que hay que agradecer es la inteligencia que han demostrado sus creadores para alejarse de todos los precedentes cinematográficos del personaje. Y es que a pesar de que en los títulos figure como basada en el primero de los libros en el que aparece Lecter (“El dragón rojo”, que generó dos adaptaciones: la primera irregular a cargo de un primerizo Michael Mann y la segunda absolutamente mediocre y  prescindible a cargo del temible Brett Ratner, especialista en destrozar franquicias), de ella unicamente toma los personajes principales, desarrollando una trama del todo nueva y estableciendo un universo y una relación entre los protagonistas ausentes en las adaptaciones previas.

Y es que lo que más llama la atención de esta serie es la valentía a la hora de mostrar una sociedad completamente enfermiza: todos los personajes principales tienen algo que les hace sentirse aislados, o los convierte directamente en monstruos.

Por un lado el investigador Will Graham (estupendo Hugh Dancy), es contratado por el FBI para investigar los delitos más retorcidos por su capacidad para ponerse en el lugar del asesino y reproducir el crimen, algo que logra sufriendo aparatosas y terroríficas visiones. Su don terminara haciendo mella en su vida, ya de por si bastante solitaria y desordenada (vive rodeado de los perros abandonados que va encontrando y comiendo comida precocinada…), convirtiéndola en una pesadilla que le hará dudar de su propia cordura. En cambio, Hannibal (brillante Mads Mikelsen, que logra alejarse de las encarnaciones previas del psiquiatra) se presenta como el reverso oscuro de Graham: tras su fachada de refinamiento y educación y savoir faire culinario, se esconde un monstruo que persigue corromper lo que le rodea mediante la manipulación y el crimen. Eso sí, daría lo que fuera por que me invitara a cenar a su casa, porque cocina unas cosas alucinantes (la malo es cuando tu te conviertes en el plato principal, pero sin riesgo no hay emoción…).
La presentación que se hace de los crímenes contribuye mucho a enrarecer el tono de la propuesta, ya que todos los asesinatos son presentados de manera muy recargada y excesiva,  quedando convertidos en muchas ocasiones en macabras esculturas. Este ambiente enfermizo que se respira en la serie ayuda mucho también la luz, que convierte algunas de las escenas en terroríficos cuadros vivientes. Hasta los apuntes cómicos tienen un reverso tétrico. Por ejemplo la estupenda secuencia en la que vemos a Lecter cocinando: se intercalan las imágenes en las que se le ve buscando ideas en recetarios, con otras en las que busca en su tarjetero direcciones de gente que le sirva materia prima para sus platos...
Y aunque una serie de televisión es siempre producto de colaboración y se le suele dar el mérito al creador, en este caso Bryan Fuller (cuyo trabajo previo desconozco) no hay que pasar por alto la labor de los directores que están detrás de la mayoría de los capítulos. Entre ellos que encontramos a  gente tan interesante como David Slade (la interesante “30 días de noche”), John Dahl (que en los 90 hacía peliculones como “Red Rock West”), Guillermo Navarro (que es el cinematógrafo habitual de Guillermo del Toro), o Peter Medak (que hoy ha caído en el olvido, pero que  hay que recordar que es el director de “Al final de la escalera”…).


Como nota anecdótica, apuntar la conexión hispánico con dos curiosidades: el famoso cocinero José Andrés ha sido contratado como consejero gastronómico, y probablemente por eso, en un momento de la serie, vemos a Lecter ¡¡¡Partiendo y comiendo jamón ibérico!!! No sabe nada el tió…






viernes, 18 de octubre de 2013

10 años sin Manuel Vázquez Montalbán


Hoy 18 de Octubre,se cumplen 10 años desde que Manuel Vázquez Montalban muriera, así que voy aprovechar esta ocasión para rendirle homenaje a mi escritor español favorito.
Cultivó un montón de géneros con interesantes incursiones en el ensayo (“La aznaridad”, “Autobiografía del general Franco”), el teatro (“Cuarteto”) e incluso los poemas. Pero si por algo pasará a la historia, además de por su labor enciclopédica y divulgadora de la gastronomía, será por su obra novelística, y sobre todo por la serie Carvalho
Con su estilo rico y culterano, este hombre logró con la saga de Pepe Carvalho la crónica más lucida que yo he leído sobre la historia española desde la Transición hasta el inicio del siglo XXI. Y es que Montalbán utilizó al personaje, para sobre una base de novela negra, transitar todo tipo de géneros, desde la sátira política “Roldan. Ni vivo ni muerto”, hasta el género de aventuras “Los pájaros de Bangkok”, pasando por la política ficción “Asesinato en el comité central” o ese broche de oro con forma de libro de viajes que fue “Milenio Carvalho”.

Carvalho es un personaje único. No cuesta reconocer al personaje como una alter ego parcial del autor: antiguo militante del Partido Comunista, que reniega de ideologías; amante de la gastronomía como acto supremo de expresión del refinamiento y también la brutalidad humana; erudito y calcinador de libros por el daño que le han hecho a su personalidad… Además es fascinante como es capaz de pasar del localismo, con esa Barcelona que es una con el personaje, a una universalidad inabarcable (Thailandia, Holanda, Argentina, EE.UU., Marruecos, Francia…), para acabar dando la vuelta al mundo en su última novela. Es por eso que a mí siempre me gustó leer sus novelas cuando me encontraba de viaje: me sentía más cercano a Pepe cuando me encontraba lejos de casa.

Si hay algún descarriado que nunca se ha acercado a Carvalho, yo le recomendaría empezar con “Tatuaje” (auténtica primera novela del personaje, aunque antes estuvo “Yo maté a Kennedy”, pero que según cuenta la leyenda, nació en una sobremesa etílica de la apuesta sobre si era capaz de escribir una novela negra en 15 días …), para seguir con “Asesinato en el cómite central” (en él se investiga el asesinato de un remedo de Carrillo…), la fascinante “Los pajaros de Bangkok”, “El Balneario” (en la que el autor, como Unamuno, se llega a enfrentar con el personaje…), o “El premio” (en la que hace un retrato irónico y descarnado de la burguesía española de los 90). Y si se es amante de la cocina, es también una muy buena idea acercarse a algunos de los interesantes y lujosos libros que escribió repasa la gastronomía ibérica.


A Vázquez Montalbán, la muerte, en una de esas casualidades literarias que superan a la ficción, le encontró en el aeropuerto de Bangkok a la edad de 65 años. Una muerte muy acorde con su afán viajero, pero no hubiera estado de más que se hubiera producido 10, o mejor, 20 años más tarde, para que el autor hubiera podido arrojar a través de los ojos de Carvalho su punto de vista sobre los atentados del 11-M, el auge y posterior desmorone del ladrillo, y por supuesto la crisis y la manera en que han lidiado con ella los políticos de este país. Da mucha pena pensar en lo que nos hemos perdido… Os dejo con estupendo documental que le dedicaron hace poco

domingo, 13 de octubre de 2013

Y este año disco nuevo...: (XIX) Pearl Jam



Uno de los acontecimientos musicales del otoño para mí es el regreso de Pearl Jam (el otro sería el "Reflektor" de Arcade Fire, pero ya llegaremos a él...).

Pearl Jam son la banda de rock más importante surgida en los últimos 25 años. Y esta afirmación tiene valor tanto musical como personal. Me explico. Ha habido otros grupos de rock que han sacado discos estos años, algunos de ellos quizás mejores a alguno de que los han sacado los de Seattle, pero ninguno ha mantenido un nivel medio tan alto (aunque ha también tiene sus bajones...) como ellos. Son todo un ejemplo de coherencia, honestidad y fidelidad a un estilo, del que, a día de hoy no abunda. Y luego a nivel personal, son una banda que me ha acompañado en los momentos más importantes de mi vida (a veces de manera casual, y otras por que yo quería que estuvieran ahí) tanto en sus discos como sus directos.


Aunque casi todos los que conozcan la banda lo saben, Pearl Jam nació de las cenizas de la banda de Seattle Mother Love Bone. El cantante de aquella banda Andrew Wood murió por sobredosis de caballo. La banda decidió seguir adelante y buscó cantante. De manera bastante casual, unas cuantas cintas con música para tres canciones llegaron a manos de un surfero insomne que trabajaba en una gasolinera de nombre Eddie Vedder. Vedder, tomando experiencias propias (en la adolescencia descubrió que el que creía que era su padre no lo era...) puso letra a esas canciones, que darían lugar a "Alice", "Once" y "Footsteps", que funcionan como una historia en tres partes, al estilo de lo que hacían sus admirados Queen, y a la genial "Black". Devolvió las canciones al grupo y estos quedaron encantados. El surfero se fue a vivir a Seattle y aportó a la banda la mejor voz rock de los últimos 30 años. Bueno y el nombre, que según la leyenda, hace referencia a la mermelada alucinogena que supuestamente elaboraba la abuela de Vedder. Y el resto es historia. Ah, bueno, y recordar que de la desdichada muerte de Wood, también dio origen a la banda homenaje "Temple of the dog". Aqui teneís "Hunger Strike" para corroborarlo:



"Ten" (1991): Un puñetazo en la mesa. Con él marcaban cual era su parcela dentro del grunge pujante: si Nirvana se acercaba al punk, Soundgarden al heavy, Alice in Chains a la psicodelia, el referente de Pearl Jam iba a ser el hard rock de los 70.  Emoción, rabia, energía, épica. Uno de esos discos que impactan desde la primera escucha, pero que no se disuelven, sino que te acompañan durante mucho tiempo.
La canción: "Black". Es una elección complicada. Baladón épico de esos de quedarte afónico cantando.
Otras: Pues casi cualquiera. Además de la trilogía "Once", "Alive, y "Footsteps", "Jeremy", "Garden", "Why go", "Release", o las bonus tracks "State of love and trust", "Dirty frank".

"Vs" (1992): Durante algún tiempo mi disco favorito de la banda. Logra mantener toda la potencia del predecesor, sonando más compacto y meditado. Otra disco imprescindible para cualquiera que ame el rock.
La canción: "Rearviewmirror" La he oido un numero absurdo de veces. Esta canción era de esas que me hacía rebobinar el cassette una y otra vez para oirla de nuevo.
Otras: Pues igual que el anterior, casi todas: "Daughter" "Elderly woman behind the counter in a small town", "Rats", "Dissident", "Animal", "Indifference"...



"Vitalogy" (1994): Un buen disco, sin duda, pero que, a mí parecer, desmerece un poco de los anteriores. Me parece por momentos un tanto frío, demasiado meditado. Desde luego que tiene grandes canciones, y con él empezaron la costumbre de introducir canciones, que parecían mantras, que algunos les sacaban de quicio (y que a veces si que es cierto que parecían tomaduras de pelo), pero que a mí siempre me gustaron, como "Bugs" o "Aye Davanita".
La canción: "Corduroy". Una pepinazo increible que rara vez falta en sus conciertos.
Otras canciones: Hombre, aunque no haya tantas como en los discos previos, hay unos cuantos musts: "Spin the black circle", "Not fot you", "Nothingman", "Better Man"...

"No code" (1996): ¿La obra maestra de Pearl Jam? Probablemente. A muchos les descolocó su cambió en el sonido, que se acercó a la psicodelia y al folk, y practicamente sin singles ni subidones de adrenalina. Aun así, yo creo que lograron un disco fascinante, que ha ido ganando con el paso del tiempo, y que les hizo crecer mucho musicalmente.
La canción: "Smile". Un baladón perfecto. Si tienes la suerte de ver como Eddie saca la armónica en un concierto, preparate para vivir uno de los mejores momentos que se pueden disfrutar en un directo.
Otras: Un puñado. "Off he goes", "Hail hail", "Who you are", "Around the bend", "Sometimes"...

"Yield" (1998): Un disco que no goza de mucha prédica, pero a que a mí me convence más que, por ejemplo "Vitalogy". Sigue la senda de "No code", pero tiene más agarraderos épico-rockeros, que dan como resultado un disco bastante completo y con muchas, muchísimas escuchas.
La canción: "All those yesterdays" Pildora meláncolico-romántica que se convierte en un estupendo broche para el disco.
Otras: Tampoco faltan otras cancionacas: "Given to fly", "Do the evolution", "Wishlist", "No way"...



"Binaural" (2000): Con este disco empiezan la travesía musical por el desierto, que tendría su culmen (y su fín afortunadamente) en el siguiente disco. Un disco gafe tanto en la concepción como en la gira: bloquea creativo y divorcio de Vedder, ingreso en desintoxicación del guitarra Mike McCready, pelea con las promotoras de conciertos que desembocó en que Pearl Jam editará discos de todos los directos de la gira, y como guinda, la catastrofe del festival de Roskilde, en la que una avalancha durante su actuación se saldó con la muerte de 9 espectadores...
La canción: "Soon forget". Una rareza interpretada en solitario por Vedder con ukelele. Una auténtica gozada, aunque luego el amigo Eddie se lo creyó demasiado, y años más tarde sacó un disco en solitario con canciones tocando el ukelele. Una esta bien, pero tantas seguidas, termina por hacerse un poco bola...
Otras canciones: No es que anden sobrados, pero alguna hay. Ahí están "Light Years" y "Nothing as it seems".

"Riot Act" (2002): Con este disco tocaron fondo. Así de claro. Es su disco más sombrio y falto de energía. Me lo compré en su día, y no lo habré escuchado más de 4 o 5 veces.
La canción: Complicado. Yo diría que "I´m Mine".
Otras canciones: Si me ha costado elegir la buena...







"Pearl Jam" (2006): Este disco fue la recuperación (parcial, a mí no me parece tan redondo como se dijo en su día) del buen camino. Cumple demasiados peajes necesarios de la comercialidad (las canciones hubieran quedado mejor más asperas), pero por lo menos se alejan de los caminos transitados en el disco anterior
La canción: "Inside Job". Un cierre atmosférico y emotivo que dejaba buen sabor de boca y parecía un aviso de que aquí no acababa la cosa.
Otras canciones: Los singles "Life wasted" y "World Wide Suicide" no estan nada mal



"Backspacer" (2009): Con este disco confirmaban que lo del anterior trabajo no había sido un espejismo, y que estaban dispuestos a defender con uñas y dientes su lugar en el Olimpo del rock. Funciona muy bien como compendio de su sonido (es el disco que recomendaría a alguien que no los conozca para que se haga una idea de su sonido), aunque algunos le dirán por eso que se echa de menos un poco de personalidad y riesgo, aunque creo que es algo perdonable por el puñado de grandes canciones que ofrecen...
La canción: "Just breathe" Un baladón de los que hacen época. Algunos dirán que es un poco moñas y mojabragas, pero a día hoy a mí me sigue emocionando...
Otras canciones: "Unthought known". Está sin duda entre las mejores canciones de la banda. "The Fixer" y "Gonna see my friend" también merece un respeto.

Y hasta aquí lo que nos han dado hasta ahora. El próximo trabajo "Lightning Bolt" sale este mes y en los adelantos nos han mostrado una balada ("Sirens") y un tema rockero ("Mind your maners"). A mí me han convencido bastante los dos y cruzo los dedos para que no sean los únicos aciertos (bueno y tan bien para que se pasen por aquí de gira...). Os dejo con ellos y con un corto en el que explicación la creación del disco y en el que vemos a Vedder ¡¡¡¡escribiendo las letras de las canciones en una maquina de escribir!!!!






miércoles, 9 de octubre de 2013

Flotando en el cine


Mientras Dra. Ryan Stone (Sandra Bullock) se encuentra en un paseo espacial preparando el telescopio Hubble para un experimento, una tormenta de chatarra espacial hará que ella y el veterano astronauta que la acompaña, Matt Kowalski (George Clooney) se queden a la deriva en una situación desesperada.

Esas tres líneas son el argumento de una película que marca un hito en cuanto al uso del 3D y los efectos especiales como herramienta narrativa. Para mí además de eso, se trata de una grandísima película: no le aplico el calificativo de obra maestra a falta de verla otra vez, ya que se trata de una de esas experiencias cinematográficas que te sobrepasan y pueden nublar un poco el juicio. Me imagino que la sensación con la que salí del cine fue la misma que tuvieron los espectadores que vieron la primera proyección de los Lumiere en Paris.

Voy a empezar defendiendo los supuestos puntos débiles de la película (que para mí no lo son en absoluto) que mucha gente esta argumentando (algunos bastante bien, como aquí y aquí) para restarle méritos a la película: su guion.

Por ahí se le achaca que, para tratarse de una película de ciencia ficción, se queda corta de miras, y no trata los temas elevados y abstractos que siempre han definido al género. Y es que esta es la peor manera de acercarse a esta cinta: no nos encontramos ante una obra de ciencia-ficción. Esta película es una historia de supervivencia muy próxima a las geniales “Naufrago”, “El pianista” o “Soy leyenda”. La ambientación es en el espacio pero  lo que ocurre podría estar pasando ahora mismo, y no hay robots, tecnología inexistente, distopías ni nada por el estilo. Es conveniente tener esto claro para que no haya decepciones.

Otra pega que se le ha puesto a la película es  que los personajes son demasiado planos y que  no resultan creíbles. ¿Qué esperaba la gente? Esta es una historia que transcurre durante unas horas, y conocemos a los personajes cuando ya está todo en marcha. Desde luego que se tira de algún que otro tópico para definirlos (el trauma familiar de Bullock, la actitud canalla de Clooney) pero el añadirles matices hubiera precisado, bien insertar flashbacks (mil y una veces vistos y de los que afortunadamente se prescinde), bien mostrar los previos de la misión en la Tierra (algo que también nos han enseñado en multitud de ocasiones). Así que yo creo que han tomado la decisión correcta. Además que el personaje de Clooney sea plano es completamente lógico por el punto de vista desde el que se nos narra la película: si se conocen desde hace solo algunas horas o algunos días y nuestra percepción de la película es la de Sandra Bullock, ¿no es totalmente coherente que la definición del personaje de Clooney sea también así, con unos cuantos apuntes?

Una vez superada esta defensa de la película (lo siento, pero me parece que se está llevando más palos de los que se merece…) toca hablar de sus fortalezas, que no son pocas. A partir de aquí los que quieran llegar vírgenes a la película, que dejen de leer.

Como ya he comentado al principio, esta película marca un hito a nivel técnico. Pero lo que es más importante es que este virtuosismo no es un artificio, sino que hace avanzar la historia. Amparado por el ya mítico cinematógrafo Emmanuel “Chivo” Lubezki, Cuarón lleva al paroxismo los planos secuencia de su interesante pero algo irregular trabajo previo “Hijos de los hombres”: la cámara flota totalmente inmune a las leyes de la gravedad, generando una inmersión pocas veces vivida, como deja patente la fascinante primera secuencia, en la que queda en manos del espectador elegir. Otros momentos que llaman mucho la atención son aquellos en los que la cámara, llevando al extremo la narración subjetiva que sostiene toda la película, se introduce dentro del casco de astronauta, para hacernos partícipes de su desesperación. Y como también pasaba en “Hijos de los hombres” Cuarón sigue manteniendo buena mano a la hora de crear imágenes inolvidables, como aquella en la que Bullock se va flexionando mientras hasta alcanzar la posición fetal para mostrar su renacer espiritual (a riesgo de sonar demasiado zen, comparto al 100% lo que plantea la película: las mayores dificulatades para realizar algo están siempre dentro de uno mismo)  También es muy interesante el uso que se hace del sonido (las transmisiones de radio, los ruidos dentro del traje…) aunque no tanto de la banda sonora, un tanto machacona, y que termina restando efectividad a los momentos de suspense a base de anticiparlos demasiado.

Sería injusto resaltar toda la parte técnica sin reconocer el estupendo trabajo que realiza Sandra Bullock. En general huyo de sus películas (la comedía romántica de la que suele ser abanderada es el género que menos me interesa en el mundo…), pero aquí cumple sobradamente. Y no era fácil, ya que en la mayoría de las secuencias se encuentre sola, así que no puede recurrir a que su compañero de actuación le marque el ritmo ni dedicarse a dar solo réplicas supuestamente ingeniosas.


Por si no ha quedado claro, recomiendo verla a cualquiera que le guste el cine y tenga dos ojos para disfrutar de 3D: el paso del tiempo la pondra en su lugar en la historia del cine y creo que será muy alto.

sábado, 5 de octubre de 2013

Heisenberg ha muerto. Larga vida a Heisenberg.


Walter White nos ha dejado. Y Heisenberg también. Nos va a quedar el consuelo de que nos ofrecerán pequeñas dosis de Saul para que no le añoremos tanto, pero el cabrón más grande que saliera nunca de un hombre modélico, ya no nos acompañará más.

Ya en su día hablamos de ella, pero no esta de más darle un repaso a "Breaking Bad" ahora que ya ha acabado. Y es que lo que nos ha quedado es todo un manual de todo lo que pueden (podemos) llegar a ocultar las personas: ese es para mí el gran tema de la serie. Y es que todos, absolutamente todos los personajes principales de la serie ocultan algo.

A partir de aquí spoilers a cascoporro, así que si alguien lo lee, que asuma las consecuencias.

El caso más obvio es de Walt White, pero el resto no se quedan atrás: Skyler y su infidelidad; Marie y su cleptomanía; Hank y sus ataques de pánico; Jessie y su insondable necesidad de amar y ser amado… Pero bueno, esto podrían ser la típicas contradicciones que todo buen personaje tiene que tener, pero es que la cosa se extiende mucho más: un entrañable abuelo resulta ser el matón-arreglador más implacable del estado; el mayor traficante de metanfetamina de suroeste es el respetable y respetado dueño de una cadena de restaurantes que todo el mundo adora; una sofisticada ejecutiva no duda ni un ápice en ordenar matanzas (sin ensuciarse jamás las manos, por supuesto, que ordinariez) si eso le lleva a ganar más dinero; un tranquilo vendedor de aspiradores es un maestro en crear falsas identidades y hacer desaparecer prófugos… En el panorama que presenta la serie todo esta corrupto y esconde cosas: los interruptores guardan píldoras mortales; auténticas fábricas de droga se ocultan bajo lavanderías; hay montañas de dinero en guardamuebles; y las plantas del jardín contienen venenos letales.

Para mostrar todo esto, la serie ha seguido una evolución modélica que, dejando tristemente de lado el sentido del humor del que hacía gala la serie en las primeras temporadas, le ha llevado a crecer exponencialmente en cada temporada tanto en público con en crítica, sin caer ni en los temidos alargamientos de historia innecesarios ni finales abruptos. Un ejemplo de contención y de claridad de ideas por parte de su creador Vince Gilligan. El broche para todo esto ha sido un final en el que todas las tramas se han cerrado y en el que las dos vertientes del protagonista Heisenberg y Walter White, han encontrado su fin. Algunas de las situaciones han sido resueltas a la manera de White (el acuerdo al que llega con los Black) y otras a la manera de Heisenberg (la liberación de Jesse y el final de los asquerosos neonazis y de la aun más despreciable Lydia…) Además  se  ha dejado claro lo que se tantas veces se ha insinuado, que Walter White quizás se convirtiera en Heisenberg para dejar a su familia en una buena situación, pero luego continuó siéndolo por la sensación de poder y control que tenía, y que le permitían resarcirse de toda una vida de frustraciones. Por eso, el estupendo plano final que nos muestra a Walter falleciendo con una sonrisa insinuada en los labios, nos deja con la duda de cual será el motivo de su sonrisa ¿Sonrie Walter White por haber dejado a su familia un futuro presumiblemente bueno? ¿Es Heisenberg el que sonríe por haber logrado la hazaña de haberse convertido en el narcotraficante de metanfetamina más grande del mundo? ¿O es una mezcla de los dos?...


Una gran serie sin duda, que será recordada por mucho tiempo y que debe servir de ejemplo a la hora de encarar una ficción televisiva por su rigor y por lo claro que ha demostrado tenerlo su creador desde el principio.


martes, 1 de octubre de 2013

Irekita egunsenti arte


Alex de la Iglesia es un director a cuyos estrenos siempre acudo emocionado. Desde que a los 15 años me conquistara con “El día de la bestia” (una película que me hizo darme de que el cine español valía mucho la pena, tanto su presente como su pasado), nunca me he perdido un estreno suyo en salas. Creo que no se ha valorado suficientemente su importante labor dentro del cine español (de hecho algunos se han dedicado a defenestrarle después de su valiente presidencia y también valiente definición de la Academia de las ciencias y las artes cinematográficas), ya que ha sido pionero a la hora de elaborar cine de género sin complejos (ha sido pionero a la hora de usar efectos especiales y secuencias de acción) en nuestro país. Cine de género que a pesar de que entronca totalmente con la tradición española tanto en el fondo (en sus películas no cuesta encontrar referencias que van desde Cervantes a Berlanga, pasando por Goya y Mortadelo y Filemón) como en la forma y la elección de actores (también ha sido uno de los más importantes rescatadores de actores del olvido de nuestra cinematografía), es muy exportable y derrocha personalidad por los cuatro costados. De sus películas en ocasiones he salido muy contento y otras algo menos, pero nunca me ha dejado frío. Así que con esta,  "Las brujas de Zugarramurdi", que sobre el papel pintaba bastante bien, no iba a ser menos.

Dos ladrones (Hugo Silva y Mario Casas) tras dar un palo en una tienda de compro oro en plena Puerta del Sol, emprende una huida hacía Francia pero por el camino, y al pasar por la localidad navarra de Zugarramurdi, es encontraran con una familia de brujas (Terele Pavez, Carmen Maura y Carolina Bang) que tienen unos planes muy distintos para ellos…

La historia como se ve no es un dechado de original, y sobre el papel cuesta no reconocerla como una versión de “Abierto hasta el amanecer” sustituyendo la frontera mejicana por el Baztan y pasada por el prisma de Alex de la Iglesia, con sus referentes y sus obsesiones. Ya queda claro con los, como es habitual en él, excelentes títulos de crédito (¿Por qué casi nadie, no ya en España, sino en el mundo cuida como él los títulos de crédito?). El bilbaino siempre vende la coartada del entretenimiento en los medios para promocionar sus películas (que tienen que ser vistas por mucha gente, ya que casi siempre maneja presupuesto abultados), pero rara vez se queda ahí la cosa. Tras las risas, la acción, el sexo y la sangre suele haber siempre reflexiones bastante interesantes e incomodas sobre temas como la locura, la ambición, la amistad, la familia o el sentido de la vida… El espectador va a pasar la tarde al cine riéndose, y siempre se rie, pero entre carcajada y carcajada, el director siempre dispara dardos envenenados. A veces esta mezcla funciona (casi, aun no ha hecho una obra redonda) a la perfección (“El día de la Bestia”, “Crimen Ferpecto”, “La comunidad”), y en otras ocasiones la cosa, aunque nunca falta de interés, le queda más indigesta (“Balada triste de trompeta”, “La chispa de la vida”).

En “Las brujas de Zugarramurdi” hay muchas cosas que funcionan de maravilla, y de hecho la primera hora de película es casi intachable. El atraco y posterior huida están muy bien rodados y los diálogos son ingeniosos e hilarantes con la guerra de sexos como tema de fondo, con descacharrantes reflexiones sobre la relación entre los hombres y mujeres en la actualidad. La llegada a Zugarramurdi mantiene nivel y logra ese punto tan complicado y que tan bien maneja de la Iglesia, la fusión entre el terror y el esperpento, logrando una atmósfera que invita igualmente a la carcajada y al escalofrío. La primera visita a la mansión de las brujas está bien, pero después de ella se produce uno de los problemas más frecuentes en el cine de de la Iglesia: la incapacidad de mantener ese ritmo tan potente que se ha marcado desde el principio.

Desde este momento tampoco es que se eche a perder del todo la cosa. No faltan los momentos hilarantes, como esas cachondas referencias (que me imagino que no se disfrutarán tanto fuera de Euskadi), a los clichés con la que se nos define a los vascos -“Somos secotas, pero cuando se es nuestro amigo, ya se es para siempre” ¡¡¡cuantas veces habré oído este maldito tópico!!! o esa imagen que da del matriarcado vascos tan destroyer, utilizando a Carlos Areces, Santiago Segura y la transexual Topacio para interpretar a mujeres... Ni tampoco las imágenes poderosas marca de la casa (esa Carmen Maura hablando mientras camina por el techo es de las que se recuerdan mucho tiempo..), que hasta en una película tan anodina como “La chispa de la vida” aparecían puntualmente. Pero hay una cierta sensación de descontrol de la historia y de situaciones y decisiones de los personajes inverosímiles (incluso dentro del contexto de la historia), que por momentos parece dedicarse a dar vueltas sin mucho sentido, como esos planos de Mario Casas perseguido por las brujas que se repiten casi como si estuvieran en un capitulo de Scooby Doo, hasta que pierden la gracia. Afortunadamente, todo eso se recupera en el akelarre final, del que había oído que le había quedado muy excesivo, pero que a mi parecer está rodado con bastante buen pulso y que hace que la película remonte. Mención especial para el monstruo, mezcla entre los trolls de la simpática “Troll Hunter” y la Venus de Willendorf y el gargantua de las atracciones de feria. Otra cosa sería el epilogo, en el que de la Iglesia busca la ambigüedad de “La semilla del diablo” o “La profecía”, algo que si que logró en “El día de la bestia”, pero que aquí, a mi parecer, queda algo desdibujado y se siente forzoso en exceso.

Pero como casi siempre pasa con las películas de este hombre, rueda con tanta convicción y se disfruta tanto con la película, que uno termina por perdonárle los defectos. Hay gags totalmente brillantes, como todo lo relativo al hombre de Badajoz, que protagoniza las secuelas más hilarantes.  Además están los actores, que siempre se le han dado muy bien a de la Iglesia. No es una sorpresa que Terele Pavez y Carmen Maura estén geniales como es normal en ellas, pero si que llama la atención que saque de Hugo Silva, Mario Casas y Carolina Bang las mejores interpretaciones que recuerdo haberles visto.

Una película excesiva, divertida e imperfecta, como todas las de este hombre, pero que brinda carcajadas y emoción, y rebosa mucha más energía que su anémica propuesta anterior. Habrá que seguir esperando la película perfecta de Alex de la Iglesia, pero mientras siga realizando películas ferpectas con tanta pasión y energía como está, siempre estaré esperando con muchas ganas su  trabajo. Ojala que no tardemos mucho en tener noticias de su próximo proyecto.