martes, 26 de febrero de 2013

Mis películas favoritas de 2012


Como el año pasado, aquí llega la lista de lo favorito del año, totalmente subjetiva e intransferible, y por supuesto, innecesaria. Pero como hacer listas siempre me ha hecho ilusión, pues allá vamos. 
Fue un año un poco raro, ha habido películas muy grandes, obra maestras de hecho, pero también ha habido unas cuantas obras decepcionantes (“Prometheus”, “El asombroso Spiderman”, “Salvajes”), y otras que aunque bastante interesantes, o incluso muy interesantes, no me llenaron lo suficiente como para estar en la lista (“Matalos suavemente”, “Brave”, "Elena", “Millenium. Los hombres que no amaban a las mujeres”, “Extraterrestre”, “El alucinante mundo de Norman”, “Moneyball. Rompiendo las reglas”, "Los Idus de Marzo"). Aun me falta ver alguna película de las que mejor predica tuvieron y a las que les tengo muchas ganas (“Blancanieves”, “Grupo 7”, “Tenemos que hablar de Kevin”, ”Shame”, “Martha Marcy May Marlene”, “The Yellow Sea”, "De oxido y hueso"), pero como en algún momento tiene que ser, y el 2012 cada vez está más lejos. Aquí va la lista de lo que más me ha gustado este año:


Placer culpable: “Los mercernarios 2” de Simon West. Si pasa la historia del cine  será el por el hecho de juntar a las tres estrellas más grandes del cine de acción de los 80, repartiendo estopa además, no como en la primera, que solo se juntaban para hablar… Es previsible, pero aun así tiene una realización más sofisticada que la anterior, más sentido del humor, lográ que Chuck Norris sea capaz de arrancar una sonrisa de manera no involutaria, y demuestra que Van Damme puede llegar a actuar (de hecho compone un villano más que aceptable). Por todo esto me lo pase muy bien viéndola, y toca reconocerlo.



10) “El caballero oscuro. La leyenda renace” de Christopher Nolan /”Los Vengadores” de Joss Whedon. Las dos caras de la moneda del cine superheroico. Si cada una se hubiera parecido un poco más a la otra estarían mucho más arriba en la lista. La primera muy interesante, con momentos inolvidables ( la presentación de Bane, la reclusión y escape de Wayne, o el final, que es simplemente estupendo) pero lastrada por un guión con demasiados agujeros, y algunas actuaciones totalmente risibles (Marion Cotillard). Y “Los Vengadores” muchos más cercana a la cuatricomía de los tebeos, llena de momentos geniales y enormemente ansiados por los fans (la lucha Iron Man-Thor, toda la parte del Helitransporte, o ese plano de la batalla final que salta de un personaje a otro para acabar reuniéndolos) pero que se resiente de una batalla final demasiado larga, y en la que se echa de menos un poco más de audacia, quedando un producto, correctísimo, pero demasiado blanco.



9) “Caballo de batalla” de Steven Spielberg. Si esta película hubiese tenido un mejor actor protagonista (y me refiero al humano, no al caballo, que lo hace de maravilla…), y una música menos machacona, estaríamos de una (otra) obra maestra de Spielberg, porque se trata de una obra con una inventiva visual tremenda.


8) “Argo” de Ben Afleck. La confirmación de que Affleck es un director riguroso y con garra. Yo eché de menos un poco más profundización en la parte que transcurre en Hollywood, pero aun así es una gran película (aunque aun no alcanza el nivel de excelencia que alcanzó con su opera prima “Adios pequeña adiós”).


7) “Looper” de Rian Johnson. La mejor película de ciencia ficción del año. Una trama compleja pero bien explicada, que muestra una de las visiones de la madurez menos complacientes que se han hecho en mucho tiempo (excelente Bruce Willis), y que presenta la mejor secuencia de telekinesis desde que De Palma marcara un hito con “Carrie” y “La Furia”.


6) “TakeShelter” de Jeff Nichols. ¿Relato apocalíptico? ¿Crónica del inicio de una enfermedad mental? ¿Ambas? Que cada uno elija lo que más le plazca, pero cualquiera de las opciones esta estupendamente realizada e interpretada, con Chastain y Shannon pletóricos.


5) “A Scandal in Belgravia” de Paul McGuigan. Si hay algún purista que diga que esto no es una película, que la revise y compruebe como en este episodio de esta serie tan genial, hay más cine que en la mayoría de estrenos del año. Además tiene la extraña capacidad de innovar y a la vez ser fiel al original (esa Irene Adler reconvertida en dominatrix…) Sir Arthur Conan Doyle estaría orgulloso.


4) “Skyfall” de Sam Mendes. Ya es una de las mejores películas de la saga. Por fin desde que Daniel Craig encarna a 007 tenemos una película Bond que no se avergüenza de serlo (¡¡¡Están Q, Moneypenny!!!). Divertida, sexy, sofisticada (sobre todo gracias a la luz de Roger Deakins), violenta. Y lo que es más importante: la capacidad de lograr mostrarnos facetas de Bond no explotadas hasta ahora a la vez que es tremendamente respetuoso con sus orígenes (toda la parte final en Escocia).


3) “Moonrise Kingdom” de Wes Anderson. Un reflejo del inicio de la adolescencia tierno y a la vez descarnado, que mantiene las señas de identidad de Anderson (la excelente banda sonora; las representaciones teatrales escolares). Y que nos deja la mejor escena de beso del año.


2) “La invención de Hugo” de Martin Scorsese. El mejor homenaje al cine que he visto en mucho tiempo. Una película totalmente coherente con la carrera de su autor, que reivindica los origenes del cine ahora que todo lo antiguo parece que apesta, pero que a la vez hace uso de todas las tecnologías a su alcance para que el cine siga siendo una herramienta para hacer soñar.


1) “La vida de Pi” de Ang Lee. La sorpresa del año para mi. Compleja, exuberante, entrañable, cruel, mística, terrenal. Todo eso y mucho más. Una reflexión sobre el poder y la necesidad tanto de la Fe (sea religiosa o no) y de la imaginación y el poder de las historias para hacer frente a la vida. Inigualable.

viernes, 22 de febrero de 2013

Nuestra quiniela 2013



Como el año pasado, volvemos a presentar nuestra quiniela para los Oscars. Como el pasado año también hay una cena en juego, así que no es ninguna tontería. Esperemos que este año le toque sacudir la cartera a León... Alla vamos:


Pelicula

"Argo" (León) / "El lado bueno de las cosas" (La gata con gafas)


Director

David O. Russell (León) / Ang Lee (La gata con gafas)


Actor

Hugh Jackman


Actriz

Jennifer Lawrence (León) /  Naomi Watts (La gata con gafas)


Actor de reparto

Tommy Lee Jones


Actriz de reparto

Anne Hathaway


Guion Original

"Moonrise Kingdom" (León) / "La noche más oscura" (La gata con gafas)


Guión Adapatado

"Lincoln" (León) / "Argo" (La gata con gafas)


Ahora os toca dejar las vuestras


ACTUALIZADO TRAS LOS PREMIOS

Ya paso el carnaval. Ha sido una gala muy repartida. 
"Argo" cumplió las expectativas. Es una buena película, que reflexiona sobre la política y homenajea a Hollywood. Todo el mundo contento. Solo ha faltado la nominación a Affleck.
No se si Day Lewis, por muy bien que lo haga, merece ya estar en la historia con tres premios al mejor actor principal, pero bueno, hay esta. 
Bien por Ang Lee, que ha dirigido la que para mí es la mejor película del año. 
Las actrices estaban cantadas, y nos alegramos por ellas.
Tarantino ha pillado su segundo oscar, merecido, aunque no estaría mal que le hubiesen nominada también a la dirección. Y Waltz, esta muy bien, pero cualquiera podría haberlo ganado (por lo menos no ha ido para De Niro...)
Y Adele ha triunfado con la mejor canción del año, que reconoce a "Skyfall", aunque el pobre Deakins, que es uno de los mejores directores de fotografía del momento, tendrá que seguir esperando su merecidísimo premio...
Esto es todo amigos.

jueves, 14 de febrero de 2013

Películas para ocasiones (III): "El hombre tranquilo"


Pues hoy es el día de San Valentín, que como todo el mundo sabe es el patrón de los centros comerciales y las floristerías. No es que sea muy devoto yo de este santo, pero aún así me da la oportunidad de hablar de una película de la que hace tiempo que tenía ganas de hablar "El hombre tranquilo". Mi película de amor favorita, y probablemente una de las mejores de todos los tiempos.

Sean Thornton (John Wayne) nacido en Irlanda aunque criado en EE.UU. regresa a su pueblo natal Innisfree con la intención de comprar y establecerse en la granja donde nació y olvidarse de una oscuro episodio de que aun le atormenta. Al llegar allí se enamora profundamente de Mary Kate Danagher (Maureen O´Hara), pero para casarse con ella tendrá que hacer frente a su caracter bravo y peleón, y lo que es peor, su hermano Red, un auténtico botarate.

John Ford anduvo durante muchos años intentando poner en pie esta producción, con la que volvía a la Irlanda de la provenía su familia, y para lograrlo tuvo que acudir a un estudio que sobre todo distribuía películas de serie B, Republic Pictures, y además prometerles que rodaría antes un western, que fue "Rio Grande", con las estrellas de la película. El estudio tuvo que quedar encantado, ya que las dos funcionaron muy bien en taquilla, y además con "El hombre tranquilo", John Ford logró su cuarto y último Oscar. Por cierto, Innisfree no existe, y la película se rodó en Cong, un pueblo delicioso, que merece mucho la pena visitar.

Esta obra, aunque trata temas universales que afectan a cualquier relación amorosa, es un cuento. Ya desde el primer momento se nos introduce en la historia a través de un narrador y un montaje de imagenes idílicas de Eire, todo ello en un Technicolor que resalta la intensidad de los colores (y que ganó el Oscar). La película está ambientada en una Irlanda totalmente idealizada (no hay que olvidar que el director aunque tenga ascendencia irlandesa, ve la historia con los ojos de un visitante de los pintoresco de un nuevo país), en la que no hay pena que se arregle con una buena pinta de cerveza negra, o mejor aun con una buena pelea en la que participe todo el pueblo, y en la que los católicos son capaces de aplaudir al pastor protestante del pueblo. De hecho, al final de las películas, todos los personajes salen despidiendose mirando a la cámara, lo que aumenta la sensación de fábula de todo el relato.

A pesar de que tenga esa ambientación de cuento y que hayan pasado 60 años desde que se estrenó, los temas que trata no han envejecido ni un ápice, ya que son problemas que siempre han aparecido (y aparecerán) en cualquier relación de pareja como son el exceso de orgullo y la tozudez y la incapacidad para ponerse en la piel del otro para intentar arreglar los problemas. Temas tan viejos como el mundo.

Pero que no se asusten los que no la hayan visto, ya que todo esto esta narrado de una manera visualmente fascinante, y lo que es mejor, muy divertida. John Ford era un fenómeno a la hora de crear planos, como demuestra la secuencia en la que Thornton ve por primera vez a Mary Kate, la secuencia de amor que culmina en el cementerio (una de las escenas más apasionadas que nunca he visto), la divertidísima pelea final, o por supuesto la que es la secuencía más famosa de la película: el beso en la cabaña.  Rodado casi con un sentido del suspense alucinante es simplemente fascinante (no es una coincidencia que Spielberg la homenajeara en "E.T."..).




 Los actores están todos muy bien. John Wayne era una estrella muy carismática, pero no era muy buen actor, pero Ford sabía sacar siempre lo mejor de él, y en este caso quizás haga la interpretación que más me gusta, dando vida a un hombre moderno libre de las tradiciones, ¡¡y que prefiere plantar rosas antes que patatas!! Mauren O´Hara está deliciosa como esa mujer tozuda y de mecha corta, es impagable el momento, en el que decide confesarle sus problemas maritales al sacerdote, pero como le parecen muy escandalosos, decide contarselos en ¡¡Gaélico!!. Pero el que roba la función es Barry Fitzgerald, que da vida al cochero del pueblo, que haces las veces de celestina, y que tiene a su cargo los mejores diálogos de la cinta.

En fin, todo el mundo debería ver esta película (sobre todo cuando editen el Blu-Ray que acaba de salir en EE.UU. por estos lares...), por lo menos, una vez en la vida, y si son más, y en compañia de la persona en la que se ama, mucho mejor. Así que los que aun la tengan pendiente, que se apliquen el cuento.

jueves, 7 de febrero de 2013

El esclavo cool



Tras haber rehecho las blaxploitation ("Jackie Brown"), el cine de artes marciales ("Kill Bill"), el cine de progama doble y serie Z ("Death Proof") y las películas de guerra ("Malditos bastardos), ahora le tocaba el turno al género que más le ha influido en su carrera, el spaghetti-western, y la verdad es que la ha quedado bastante redonda.

La película nos cuenta la historia de Django (Jamie Foxx), un esclavo que mientras es transportado por unos negreros es liberado por el Dr Schultz (Christoph Waltz), un dentista reconvertido en cazador de recompensas, para que le ayude a dar con tres fugitivos que está buscando. Tras realizar esta empresa, surge la amistad entre ellos, y Schultz acepta ayudar a Django en la búsqueda y rescate de su mujer Bromhilda (Kerry Washington), que ha sido vendida al despreciable terrateniente Calvin Candie (Leonardo DiCaprio).

Mucho tiempo llevaba Tarantino acechando el spaghetti-western (¿o es que no lo son, aunque sea encubiertos, "Kill-Bill" y "Malditos bastardos"?) como para no terminar hincándole el diente. Hasta que finalmente lo que tenía que pasar ha pasado y aquí tenemos "Django desencadenado". Era un paso del todo lógico, pero había que cogerlo con pinzas, ya que Tarantino es capaz de elaborar maravillas, pero también mediocridades.



La película tiene dos partes bien diferenciadas. La primera es la que se inscribe por completo en el spaghetti-western, con un montón de referencias al genero en general, y a Leone en particular. No es casual que los protagonistas sean una pareja de cazarecompensas, como en "El bueno, el feo y el malo", o ese hiperrealismo tan característico del genero que se ve tanto en la actitud agresiva de los personajes (el Oeste tuvo que ser un sitio muy violento en el que no cabía la caballerosidad ni la misericordia) como en la ambientación y caracterización de los personajes (quizas desde "Los señores del acero" de Verhoeven no se veían tantos personajes desaliñados y con los dientes picados en una película, no librandose ni el antaño niño bonito DiCaprio...)
En la segunda parte el tono cambía bastante, y se acerca al tono que presentaban las películas de los 70 que trataban el tema de la esclavitud negra, muy descarnado y nada condescendiente. Llama la atención en este tramo la capacidad de Tarantino para distinguir la violencia de tebeo que se disfruta por el espectador, de la violencia que existió (latigazos, ataques por perros, marcajes a fuego, encierros...), y que, aunque es mostrada de manera más sutil, no por ello, pierde fuerza, quedando marcadas estas secuencias durante todo el metraje en el espectador. No es una visión nada complaciente del pasado de EE.UU. Aun así, en esta parte encontramos también unos cuantos tiroteos muy bien rodados y con la sangre salpicando por doquier.
De entrada, daba mucho miedo la duración, ya que el mayor fallo de Tarantino es, sin duda, su autoindulgencia, y su incapacidad de meter la tijera antes de que el público se termine hartando de sus chistes o filigranas visuales (hay unos cuantos ejemplos a lo largo de su filmografía...). Pero en este caso, le ha quedado bastante ajustada la cosa: la historia da para aguantar bien las más de dos horas y media de metraje, y sus dialogos son chispeantes y divertidos, sin quedar reducidos a chistes y guiños que, en ocasiones, unicamente parecían hacerle gracía a si mismo. De hecho, tenemos la que probablemente sea la secuencia más divertida de toda la filmografía de Tarantino: el intento de linchamiento de los heroes por parte de un proto Ku Klux Klan, que incluye un salto temporal de esos que le hicieron famoso en sus inicios. Además, lo que podría haber sido un pegote durante la última media hora de película, queda muy bien, y no se hace pesado en absoluto.
Los actores están todos muy bien, ya que una de las cosas que mejor hace Tarantino, a mi entender, es dirigir actores. Más allá de la pareja que forman Django y Schultz, que encarnan a la que quizás sea la mejor relación fraternal que ha mostrado nunca el director, los que roban las secuencias son los villanos a los que dan vida DiCaprio y Samuel L. Jackson. El primero de ellos compone a un repugnante negrero que se ampara en la pseudociencia para justificar su negocio, vicioso y perverso (atención a la relación con su hermana viuda...). Y el segundo da vida al que quizás sea el mayor hallazgo de la película, ese esclavo negro que ejerce de manera delegada la violencia con igual o más saña que el patrón para lograr mantener su estatus en la hacienda (atención a su última secuencia, que es simplemente inolvidable...)
La realización no desmerece en absoluto al guión. El director ha sabico controlar bien la duración de las secuencias manteniendo el suspense (cosa que no siempre ha hecho...) y además es capaz de elaborar de jugar con elipsis, saltos en el tiempos, tics visuales del spaghetti western (como los zooms...) sin caer en el exceso, y logrando que estos enriquezcan la película sin entorpecerla. Es capaz incluso de darnos alguna imagen de una belleza tremenda, como ese plano de la sangre salpicando el algodón, excelente metafora visual de la esclavitud.
En cuanto a la parte técnica, la fotografía, como siempre que esta a cargo de Robert Richardson, es muy buena, aunque no alcanza las cotas de excelencia que alcanzó en "Kill Bill" o "La invención de Hugo". Y por último, la música, como siempre en Tarantino, estupenda y ecléctica como pocas, yendo de Luis Bacalov, con el estupendo tema de la entretenida película a la que se rinde homenaje en el titulo, hasta el hip-hop con un curioso tema, "Unchained", que mezcla a 2Pac con James Brown, pasando por el imprescindible Johnny Cash, con la canción que da disco al ultimo volumen de las American Recordings, "Ain´t no grave", y por supuesto, unos cuantos temas de Ennio Morricone.

La película es una gozada de principio a fin. Totalmente recomendable. Aquí tenéis una selección de sus estupendas cancinoes:






lunes, 4 de febrero de 2013

Alma y Alfred


Desde que supe que se iba a poner en marcha este "Hitchcock", se me pusieron los dientes largos, y es que una personalidad tan fascinante como la del orondo londinense, puede dar para mucho. Si alguien duda al respecto, que se lea la biografía que le dedicó Donald Spoto, que además de estar muy bien escrita, da una imagen bastante acertada de la compleja y contradictoria personalidad de Hitch.
La película sitúa al espectador en un momento de inflexión en la carrera de Hitchcock: venía de triunfar con "Con la muerte en los talones" entre público y crítica, pero aun así, la industria ya pensaba en él como en alguien que ya había dado todo lo que tenía que ofrecer. Así que como acto de autoafirmación y contradiciendo a los más cercanos, el director decidió poner en marcha una película de terror de bajo presupuesto, llena de sangre y desnudos, que adaptaba un libro que a su vez se inspiraba en los crimenes reales de Ed Gein, uno de los más retorcidos psicopatas de la Historia. A pesar de ser probablemente el director de más éxito de su momento, no faltaron multitud de problemas con la censura, los estudios, los actores, y con su más importante colaboradora, su mujer, Alma Reville.

Esta película la disfrutarán sobre todo los amantes del cine en general, y de Hitchcock en particular (que deberían ser los mismos...): permite al espectador ver los entresijos del rodaje de "Psicosis" y del sistema de estudios y la censura de la época. Es una gozada ver el ambiente que rodeó realización del proyecto: preparación, rodaje, postproducción y promoción. Además nos adentra en la atípica relación que mantenían Alfred y Alma como matrimonio y como colaboradores. Es en estos momentos en los que mejor funciona la película. Vemos la inseguridad y el egocentrismo del cineasta, pero también su audacia y su genio creador. Y en cuanto a Alma, somos participes de su resignación ante el (merecidísimo) tirón mediático y reconocimiento popular del que disfrutaba su esposo, aunque también se nos permite experimentar sus momentos de hartazgo por el ninguneo (injustificado) que sufría.

Esta película tiene aciertos y desaciertos en todos los aspectos:
- El guión en general logra mantener el interés, aunque hay dos cosas que lo deslucen. Una son los insertos oníricos en los que Hitchcock conversa con Ed Gein, que no aportan nada a la trama y se hacen bastante aburridos. Y otra es que la película se acaba convirtiendo en la típica historia de superación tan en boga en estas fechas (esta cinta se estrenó en temporada de premios, aunque solo ha tenido suerte en maquillaje), con un cartelito final de esos que explican que todo acabó bien, algo que queda forzado, y además falta a la realidad, ya que obvia por completo la tormentosa relación que tuvo el cineasta con Tippi Hedren, de la que los dos, cada uno a su manera, salieron muy perjudicados...
- En cuanto a los actores, todos están bastante bien (incluidas las en ocasiones muy irregulares Scarlett Johanson y Jessica Biel), aunque a Hopkins se le va la mano con el aspecto bufonesco del personaje. Cualquiera que haya visto sus películas y sus series, sabe del sentido del humor de Hitchcock, pero aquí lo explotan en exceso, lijando demasiado las facetas más oscuras del personaje, probablemente para evitar que sea demasiado antipático al público. Le hubiese ido bien un poco más de perversión a la hora de dar vida al personaje.
- Y por último la realización. Tiene momentos hechos con mucho desparpajo: el empiece y el final, que son un homenaje a los monólogos con los que el Maestro empezaba su serie; la presentación del proyecto en sociedad; el rodaje de la secuencia de la ducha; o la promoción y el estreno de la película, divertidísimos. Pero como ya he comentado anteriormente, hay otros en los que se echa de menos más perversión, reduciendo a insinuaciones aspecto muy importantes de la personalidad del cineasta (como ocurre con la obsesión que en ocasiones desarrollaba por las actrices de sus películas), que quedan como meros apuntes a pie de página, como si le diera miedo escandalizar a la platea al explotar estos aspectos. Y también están los bajones de ritmo que se producen a lo largo de la película, que a pesar de durar unos 100 minutos, se puede hacer algo aburrida por momentos.

En fin, esta obra tiene su interés (dudo que algún amante del cine no lo encuentre), pero este viene sobre todo por el hecho real que sirve de origen a todo (el rodaje de una de las películas más importante de la historia por parte de uno de los mayores creadores de lenguaje cinematográfico) que por los valores de la película en si misma.