miércoles, 28 de mayo de 2014

Recuperando clásicos XIII: "La invasión de los ladrones de cuerpos"


Hacía tiempo que tenía muchas ganas de hablar de esta película. Y aprovechando que el otro día compre el Blu-Ray aproveché para volver a verla y para descubrirsela a la gata con gafas. Y a la gata le encantó, y a mí, tal y como esperaba me sigue pareciendo tan perturbadora como la primera vez que la ví, hará ya casi 20 años, en una de esas emisiones tardias de La2 ¿Porque ya no da películas antiguas en La2, solo cine europeo moderno? ¿Es que ese es el único cine que se merece un hueco en el canal intelectual? Pues vamos aviados...Volvamos con la película. Ya aquel primer visionado me fascinó. Su poster (probablemente mi cartel favorito de toda la historia...)  presidió mi habitación durante muchos años. Y desde hace bastante también, el poster es el fondo de pantalla de mi movil. Con esto dejo claro cuanto me gusta...


A finales de los 50 en el tranquilo pueblo californiano de Santa Mira, pequeñas cosas se empiezan a alterar: niños que refieren que su madre no es su madre; mujeres que de repente consideran que su padre ha sido suplantado por un extraño... Estos casos van a parar al doctor (Kevin McCarthy) de la población, que cuando se trata de casos aislados, lo considera brotes aislados de psicosis, pero cuando los casos se repiten, empieza a sospechar que algo mucho más grave estaba ocurriendo.



¿Hay algo más terrorífico que empezar a dudar de todo lo que nos rodea? Yo creo que no. Y pocas películas lo logran mejor que esta. Y para logralo no hay efectos especiales. Solo tenemos un guión escueto pero muy bien trabajado y la labor del maestro Siegel tras las cámaras. Porque este hombre no anda falto de maravillas en su carrera ("Harry el sucio", "Fuga de Alcatraz", "El seductor", "Dos mulas y una mujer"...) pero aquí firma la que quizás sea su película más rompedora y desasosegante, y que como las grandes obras, funciona a dos niveles.

Empezamos con el más básico, como película de terror.  Pues en este plano funciona de maravilla, ya que la manera que tiene Siegel de ir mostrando una atmosfera idílica que va agrietandose poco a poco  para acabar convertida en una pesadilla es magnífica en la que el protagonista pierde su mundo y todo lo que ama. Hay mucho cine en esta película, como el descubrimiento en casa de la pareja amiga del cadaver
de un humanoide indiferenciado (secuencia en la que el salón es iluminado como si fuera un caserón gótico) o la persecución a través de los montes que rodean el pueblo, que pone los pelos de punta. O el momento de suspense hichtockiano, en que intentan hacerse pasar por conversos (a pesar de que su aspecto ojeroso y descuidado les delata) y quedan al descubierto al no poder evitar sentir. O esa escena en la que un parpadeo marca el paso entre tener alma y ser un autómata


El segundo nivel más alegórico es el que ha hecho más famoso a la película. Esto me da un poco rabia, ya que al tomarla así, se infravalora lo bien que cumple como película de género, pero ya se sabe que los géneros están visto como cosas de chiquillos... Volviendo al tema. Como película concebida en plena inquisitorial Caza de brujas del senador McCarthy, muchos ven esta película como una metáfora de la temida invasión comunista que predicaba este infame senador, que arruinó muchas carreras y creo la tristemente célebre Lista Negra. Otros en cambio, vieron en ella, lo contrario, una crítica al mccarthismo, que se buscaba la conversión absoluta de toda la sociedad sin que hubiera lugar para las voces disonantes, con la población totalmente aterrorizada de mostrar su manera de pensar y temiendo ser
 acusado por los que se consideraban amigos. Yo creo que puede ser las dos cosas, y que a los defensores de una y otra teoría no les faltan argumentos para defenderlas, aunque me parece que hacen que el mensaje de la película sea demasiado dependiente de su  momento de producción, cuando en realidad yo creo el auténtico tema de fondo es tan eterno como la defensa del individualismo. Pero no el individualismo entendido como forma de vida basada en mirar solo por uno mismo, sino como la necesidad que tenemos todo ser humano de reflexionar sobre nuestros valores y no dejarse llevar por la masa en nada: política, religión, consumo. Hay una secuencia no puede ser más aclaradora, que es el momento en el que toda la población del pueblo, al sonido de una sirena se dirige de manera simultanea a recoger vainas de unos camiones. Siegel filma la escena desde una ventana, y la lejanía y la altura hacen que los habitantes del pueblo parezcan hormigas, trabajando de manera ordenada y metódica sin plantearse nada. Si hubiera que definir la película con una imagen, sería esta.

La cinta tiene una estructura de flashback que fue obligada por el estudio para hacerla menos pesimista. Esta imposición,  que desagradaba tanto a Siegel como a su productor Walter Wanger, yo creo que enriquece la película, porque hace más ambiguo el final. Tras esa escena tan negra con McCarthy auyando de desesperación a la camara, hace que a uno como poco le cueste creer un final feliz así ¿Son realmente humanos los que le escuchan? ¿O acaso han optado los alienígenas por otra estrategia para unirlo a su causa?






Con los años vinieron varios remakes. El único sobre el que no puedo opinar porque no he visto es el de los 90, sorprendentemente a cargo de Abel Ferrara, que lo ambientó en un campamento militar. Los otros dos si que los he visto: el mejor es de los 70, a cargo de Phillip Kaufman, traslada la acción a San Francisco y que carga las tintas en el aspecto conspiranoico de la trama (estamos en la resaca del Watergate...) y que funciona muy bien;  y el otro en la decada pasada, realizado por Oliver Hirchsbiegel (aunque en su día hubo rumores diciendo que los Wachowski metieron mano para recomponerlo...), que en lo que más se fija es en el botox de la Kidman y que solo vale para pasar un rato.



Una obra maestra de la ciencia ficción y del cine en general, que está hay para recordarnos lo importante que es reflexionar y no dejarse llevar. Os dejo el trailer original y la película completa, así que no hay excusa para no verla.




viernes, 23 de mayo de 2014

Que Godzilla nos asista...



Un monstruo marino, producto de mutaciones radioactivas provocadas por el hombre décadas atrás, se enfrenta a malvadas criaturas que, animadas por la arrogancia científica de la humanidad, amenazan la vida de los hombres (Fusilado de Filmafinnity).

No lo he hecho nunca, pero hoy he tirado de copiar/pegar la trama de la película porque no sabía muy bien como contarlo. Si empezaba a dar todo los detalles de porque se desencadena la historia, me iba quedar una cosa muy larga y bastante liosa, así que he optado por coger esta sinopsis prefabricada. Más directa. Y también más corta. Que no es cuestión de aburrir al personal. Dice lo que todos sabemos, que es por lo que uno va a ver la película. Bueno, pues ese mismo problema que he tenido yo, es el que tiene la película: en el, por otra parte, encomiable intento de dotarla de alma y profundidad, han terminado embarullando en exceso el asunto, cuando al final los únicos momentos que funcionan a la perfección son aquellos en los que el monstruo aparece en pantalla.

La parte mala de esta complejidad es que se intenta dar empaque a los personajes que acaban teniendo más bien poca chicha. Los personajes que funcionan son los que están interpretados por buenos actores, que lamentablemente son los secundarios: Bryan Cranston (que en el trailer lo venden como casí el prota pero sale muy poco, demasiado...), Ken Watanabe, Sally Jenkins... quedando el protagonista en manos del mediocre Aaron Tyler-Johnson, que no consigue emocionar en ningún momento, ni con sus escenas de acción, ni con su trama familiar, por mucho que Elizabeth Olsen se esfuerce. Además para lograr ese pretendido dramatismo, lo hacen a costa de dosificar (también se puede  decir racanear...) la aparición de los monstruos. Y cómo no salen los monstruo,s, pues acaba resultando aburrida.
Aunque siendo justos, este afán de complejidad es también la causa de algunos de los puntos que hacen a esta película distinta y por momentos interesante.
La cinta tiene varias referencias a las catatastrofes y atentados terroristas ocurridos en el presente siglo y en varios momentos vienen a la mente el 11-S, el tsunami del Pacífico, el colapso de la central de Fukusima... Todas estas desgracias es obvio que han pasado factura a nuestra sociedad, demostrando la imposibilidad del hombre de hacer frente a desastres, aunque casi siempre sean causados por nosotros. La película muestra unos humanos impotentes y bastante gañanes, en especial el ejercito americano. Me cuesta bastante recordar una historia que contando con el apoyo de la tropas yanquis, lo torpedee tanto (así de primeras me viene a la mente "El sargento de hierro" de Eastwood...). No son capaces de ni un solo acto heroico, y para acabar con los monstruos lo que ponen sobre la mesa son auténticas ideas de bombero. Hay que quitarse el sombrero ante la audacia de los autores.
Ante este panorama, aparece Godzilla para solventar la papeleta. En lugar de mostrarlo como un monstruo a vencer, le dan una dimensión mítica y heroica que resulta bastante novedosa, para terminar siendo en una fuerza de la Naturaleza que defiende a la Humanidad. Probablemente esta sea la idea más interesante y fresca de la película (por lo menos en el cine occidental, que en la saga japonesa de la Toho, Godzilla se había erigido en varias ocasiones en el protector de Japón).
Todo lo que he contado es relativo a la historia. Ahora vamos con el aspecto visual, que en el afán por trascender da también una de cal y otra de arena.
Por ejemplo, el diseño de Godzilla mola. Se aleja todo lo posible del tiranosuario gigante que nos vendió Emmerich hace ya 16 años para crear un monstruo más irreal, que mezcla tanto reptiles como mamiferos en su concepción y queda más humanoide y mitológico. Y acaba siendo muy carismático. En cambio, la imagen que da de los MUTOs (así llama el gobierno a los otros monstruos), no es tan convincente, quedando algo asi como el bicho de "Monstruoso" pasado por el prisma del recientemente finado H.R. Giger.



Y en la puesta en escena también aparece esta bipolaridad. Con el citado afán de traer a la mente las ultimas catastrofes, el realizador opta por utilizar las pantallas de televisión y los noticiarios para resaltar la faceta mediática de todas ellas. Esto funcionan en determinados momentos, como en los excelentes títulos de crédito, que resumen la historia del monstruo, o los momentos finales, con divertidos titulares como "El rey de los monstruos. ¿Paladín de la Humanidad?". Pero en otros momentos, que pedían una realización más cinematográfica y recrearse más en los monstruos, tiran demasiado de imagenes en directo, elipsis y visualizaciones fragmentadas.
Hay un montón de citas visuales al Spielberg de "Tiburón", "Parque Jurásico" y "La guerra de los mundos", y esto lo digo como algo positivo: si hay que copiar a alguien mejor copiar a uno de los más grandes. Y la ansiada pelea final está bastante bien resuelta (no tanto como las de "Pacific Rim", eso sí...). Sin embargo, hay que ser justos y reconocerle que cierra la película con un plano muy chulo, y que logra una de las secuencias más bellas que se han visto en lo que va de año: la de el salto de los paracaidistas, que simboliza muy bien el descenso a los infiernos que supone su maniobra. Esperemos que esto no haya sido una hallazgo casual...


Y esto es "Godzilla". Una película irregular y por momentos frustrante, pero tambien original y audaz. Y con una gran partitura de Alexandre Desplat, que se me olvidababa. Cuesta imaginar una película con monstruo más alejada de la, a pesar de sus fallos, menospreciada versión de Emmerich...



domingo, 18 de mayo de 2014

Ha sido un placer, profesor Logan


Pues ha tocado a su fin la etapa de Jason Aaron en "Lobezno y la Patrulla-X". Y es una de la pena, porque junto al estupendo "Daredevil" de Mark Waid y el rompedor "Ojo de Halcón" de Matt Fraction, es la serie Marvel que más me ha hecho disfrutar en estos dos años y la que ha supuesto mi reencuentro con los mutantes después de más de 10 años (en ese tiempo había seguido solo los arcos de Astonishing X-Men de Wheddon y Ellis).

¿Y que ha sido eso tan novedoso que ha hecho Aaron? Pues en realidad no mucho, ya que estas ideas ya había estado presentes en etapas como la de Morrison (todo lo relacionado con los bizarros alumnos de la escuela) y en menor medida Whedon (por el enfoque superheroico que le dió el actual Rey Midas del Universo Marvel cinematográfico). Pero lo que ha hecho este hombre es inyectarle una frescura y una diversión que se añoran en el tebeo superheroíco actual.


Lo que en principio parecía una mera maniobra comercial (poner al personaje más popular de la franquicia al frente del equipo de mutantes) escondía una carta de amor a los mutantes. Tanto a los de toda la vida, a los que ha dado matices muy interesantes, como a toda esa retahila de personajes de nueva creación.  ¿Puede haber mejor idea que hacer del alienígena perteneciente a la raza más pelígrosa del Universo Marvel el personaje más entrañable y bondadoso que se pueda uno imaginar? ¿Que mejor jardín puede tener la escuela que uno de los descendientes de la fundacional isla de Krakoa? ¿Puede el vil Sapo convertirse en el protagonista de la historia de amor más emotiva de todo la saga?¿Hay algo más lógico y a la vez más audaz que convertir a Angel en un iluminado religioso? Pues Aaron logra todo esto con desparpajo y sin que en ningún momento parezca forzado. Los villanos también funcionan bien, y ese nuevo "Club de Fuego Infernal" preadolescente consigue ser repelente y terrorífico. Por si fuera poco, logra sortear los crossovers de manera más que digna, y hasta  en el traídisimo por los pelos cruce con "Inhumano" consigue dar lugar a un número más que digno. Si hasta ha salido airoso del complicado papelón de ambientar números en el futuro, como hace con el entrañable número que cierra su etapa.





Aunque el que ha hecho que esto funcione ha sido Aaron, hay que ser justos y reconocer la buena labor de los dibujantes. Bachalo fue el primer dibujante fijo y el que definió el aspecto visual de la serie, con ese estilo suyo tan especial entre la caricatura y la pesadilla en el que uno se pierde tan a gustito, aunque a veces se hace un poco farragoso de leer. Tras el vino Nick Bradshaw, que tiene un estilo más convencional, con una narrativa clara y limpia pero nada despreciable, con claras influencias de Art Adams. También ha pasado por ella el español Ramón Perez, haciendo una labor más que digna.


Aaron abandonó esta serie para dedicarse a la nueva cabecera de los mutantes "La asombrosa Patrulla-X", pero al final parece ser que su labor ahí también va a limitarse simplemente a un arco argumental, así que todo apunta a que este hombre va a abandonar los mutantes. Y da mucha pena. La colección va a seguir en las manos de otro Jason, Latour, totalmente desconocido para mí, pero no sé siquiera si le daré unos números de prueba por el cariño que he cogido a los personajes. A Aaron le han puesto al frente del próximo macroevento Marvel "Original Sin", del que creo que voy a pasar... Lo que igual si que hago es hacerme con "Scalped", que es con la que se dió a conocer. Desde aquí hago un llamamiento a aquellos que la conozcan para que me digan si merece la pena o no.


En fín, que es una etapa totalmente recomendable y que se le va a echar mucho de menos. Esperemos que Waid y Samne y Fraction y Aja se mantengan muchos años en sus series...El video que cierra está un poco traido por los pelos, pero no me puedo resistir a sacar a a Hugh Jackman haciendo "Wolverine: The musical". ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Este hombre es lo más grande!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


lunes, 12 de mayo de 2014

Yo tengo un primo en América


No mejora la cosa... Si lo último que comenté por aquí fue "Apollo 18", con la última visita al cine que hemos hecho, la cosa no ha remontado el vuelo.

Jorge (Raul Arevalo), un joven treitañero con bastante éxito laboral y a punto de casarse, decide ir a visitar a su primo Juan (Javier Cámara) que vive trabajando de actor en Nueva York. Bueno, de actor, y de varias cosas más para conseguir llegar a fin de mes. Ambos no tiene mucho en común ni nunca han estado muy unidos, pero la experiencia de convivir ese mes será crucial en sus vidas.







En verdad yo quería ver "Snowpiercer", que era de largo el estreno que mejor pintaba de este finde, pero como han salido con ¡¡¡15 copias!!! que me imagino que se habrán quedado en tres o cuatro grandes ciudades (luego dirán que la gente no va al cine: para que la gente vaya la cine lo primero que hay que hace es estrenar películas...), y nos apetecía ir al cine, nos decidimos por ver esta "La vida inesperada". Así de primeras no pintaba mal del todo: guión de Elvira Lindo, que ha escrito algunas cosas que no estaban mal; el cumplidor Javier Cámara de protagonista; y un tono de comedia dramática que podía funcionar. Pues nos traicionaba el olfato, porque la película sabe a poco, muy poco.
Lo peor de esta película es lo superficial que es. La superficialidad nunca supone un problema para mí si se asume y no se busca profundidad. Sin embargo, "La vida inesperada" al contrario de lo que vende el trailer, que la dibuja como más cómica de lo que realmente es (el éxito de "Ocho apellidos vascos" es el ejemplo a seguir...), busca y bastante además, trascendencia y reflexión. Pero por mucho que la busca no la encuentra. La historia de estos personajes no llega a emocionar en ningún momento: uno se emociona con sus dramas, ni tampoco se ríe mucho con sus comedias. Las secuencias cómicas están metidas con calzador, como queda claro en las conversaciones via Skype del personaje de Cámara con su madre, que intenta meter humor costumbrista, pero queda artificial y forzosa. Y eso que Javier Cámara siempre me ha parecido un gran cómico (para mí es el Paul Giamatti ibérico), pero hay secuencias que ni siquiera el salva...

¿Está o no está claro a quien tenían en mente cuando hacían la película?
Y el director, pues bueno, queda claro que ha visto muchas películas de Woody Allen. A pesar de ello, por mucho que intente capturar el espíritu del neoyorkino y llegue a fusilar planos de manera totalmente indisimulada, no lo logra. Allí donde Woody Allen es profundo en su aparente superficialidad, sin remarcar nada, Torregrossa y Lindo buscan hondura y se quedan en la superficie. Y no acaban hay las referencias desafortunadas, porque también se cita a Miguel Mihura y a Federico García Lorca de manera tópica y bastante gratuita.
Y para acabar una cosa que me sacó mucho de la película. Como la historia transcurre en Nueva York, como es lógico, en algunos momentos, los personajes entablan conversaciones con la gente de allí. Bueno, pues en lugar de haberlo subtitulado (no creo que supongan más de un 15% del diálogo de la cinta) ¡¡¡lo han doblado!!! Hubiera sido mucho más coherente dejarlo en V.O.S. para mostrar el hecho que supone ser extranjero. ¿Que necesidad? Se dobla (y bastante mal además), y punto. No sé si lo habrán pedido los actores para camuflar que hablan inglés de aquella manera, o lo ha decidido el director por miedo a que la gente se canse de leer subtitulos...



En fin, que parece que estoy en una mala racha de películas, así que en breve recurriré a un clásico para recordarme lo que mola ver una película buena de verdad.

domingo, 11 de mayo de 2014

Hay un gallego en la Luna.


Normalmente me apetece hablar de cosas que me gustan o que me resultan interesante. No me atrae hablar de cosas que no me gustan, porque suele resultar muy facil hacer sangre y ridiculizarlas, pero ayer vi "Apollo 18", película a la que le tenía bastantes ganas y que resultó una chorrada importante, así que me gustaría advertiros.

A pesar de que el programa de viajes espaciales a la Luna se suspendió oficialmente en 1972 con el "Apollo 17", en realidad no fue así, y años más tarde se envió en secreto el "Apollo 18". La misión fue un desastre y nada se supo de él hasta que recientemente se filtraron unas cintas grabadas durante la misión que esta película recoge.





Bueno pues aunque le costó bastante estrenarse por aquí, yo tenía bastantes ganas de ver este trabajo de Gonzalo Lopez-Gallego, director que me sorprendió muy gratamente con ese interesante survival ibérico que es "El rey de la montaña", una película de la que no se habla mucho (ni en su estreno ni a día de hoy), y que es un buen ejemplo de lo que debería ser el cine de género hecho en España. Hubo que esperar mucho tiempo desde su estreno en USA (donde funcionó aceptablemente bien en taquilla...), y aunque eso a veces da pistas de la calidad del producto, tal y como está hoy en día la distribución en España, pues uno no se puede fiar solo de eso. Además la trama de las misiones ocultas de la NASA y demas conspiranoia es un tema que siempre me ha atraido. Así que cargado de optimismo, me puse a ver la película, pero en poco tiempo mis ilusiones se verían truncadas.

Como ya se ve al leer el argumento, esta película forma parte del género (¿O sería metagénero?) que se ha dado en llamar found footage (o sea, metraje encontrado) y que ha dado bastantes alegrías en los últimos años: "REC", "Monstruoso", "Chronicle", "Paranormal activity"... Pero claro, como estas películas han dado pasta, pues en poco tiempo nos encontramos con una avalancha de cintas que se enmarcan en este género para pillar parte del pastel, y aquí es donde surgen los problemas. Porque cuando este género funciona es cuando la manera de rodar está intimamente ligada a lo que se está contando y se persigue rodar cosas que no serían posibles con la narrativa habitual: en "REC" está justificada por que se busca violentar un género, el reportaje televisivo, y así pillar totalmente por sorpresa al espectador; en "Monstruoso" viene al caso porque se persigue contarnos el evento más grande jamas visto, desde una perspectiva totalmente subjetiva y minimalista, y que mejor manera de hacerlo que con una grabación casera; en "Chronicle" tiene sentido porque refleja el afán que tiene la juventud de hoy en día de registrar todo lo que hacen para luego reflejarlo en las redes sociales; y "Paranormal activity" tiene su razón de ser en el morbo de introducirnos en una relación de pareja y de ver que es lo que pasa mientras dormimos.

Pues en el caso de "Apollo 18", este estilo de grabación no queda justificado por la trama, y a todas luces funcionaría mejor si se hubiera rodado de la manera convencional. Y es que hasta el director parece consciente por momentos, y con el afán de que el público no se aburra, alterna en la misma escena planos tomados desde distintos ángulos, algo que no se suele hacer en este género, ya que choca de lleno con la idea de subjetividad que se persigue. Además tampoco están exprimidas las opciones que brinda este formato. Solo la secuencia en la que uno de los astronautas se interna en una cueva está resuelta con cierta imaginación (aunque tampoco inventa la polvora...), ya que al estar la cueva oscura, lo que vamos viendo son momentos puntuales logrados con los fogonazos del flash de la cámara, con el objetivo de lograr así un mayor sobresalto cuando aparezca el susto.

Esto y poco más, porque tanto la historia (que no saca partido a ideas como que los rusos hayan llegado a la Luna de estrangis) como los diálogos no dan para nada. Y el diseño de los extraterrestres es cutrísimo, son como cangrejos... Bueno sí, otra cosa buena, que la película no llega a la hora y media. Y a pesar de todo, hay momentos en los que se hace aburrida.
Solo puedo decir que ojala este director vuelva a las buenas maneras mostradas en su anterior trabajo y que no siga esta senda.

Y perdón por el chiste que da título a la entrada. Está muy cogido por los pelos, porque el director no es gallego sino madrileño, pero no he podido evitarlo:


jueves, 1 de mayo de 2014

Progresa adecuadamente


La primera entrega de esta nueva entrega del hombre-araña "El asombroso Spider-Man", fue bastante decepcionante y desde luego inferior a lo que hizo Raimi,  incluso la muy irregular "Spiderman 3" me parece superior, pero dejó bastante pasta y todos sabemos que eso manda en Hollywood. Así que ahora, dos años después tenemos en cartel "El asombroso Spider-Man 2. El poder de Electro". Cualquier persona sensata se hubiera abstenido de ir al cine, pero uno, que se pasó toda la infancia y la adolescencia deseando ver películas de los superheroes de la Marvel en la gran pantalla, no se puede contener y acaba picando.

A pesar de las fatigas pasadas en la primera entrega, la vida de Peter Parker parece haber mejorado bastante: va a acabar el instituto, su relación con Gwen Stacy va viento en popa, y cada vez disfruta más de ser Spiderman (yo siempre lo he escrito junto y así lo voy a hacer en esta entrada... El blog es mío y lo escribo como quiero.). Pero su pasado más recóndito y varias decisiones erróneas van a volver desde varios frentes poniendole al límite.







Digamoslo desde ya: hemos mejorado bastante con respecto a la primera película. El principal punto positivo es que los responsables han acertado más con el tono de la película, que logra capturar mejor el espíritu del personaje.

En primer lugar el sentido del humor esta mucho mejor integrado en el personaje y en la película, no se siente metido con calzador, como un aspecto de la película que hay que cubrir para  para contentar a cierto sector del público y del fandom, sino que se ve que forma parte de la manera del personaje de encarar la vida. Secuencias como el enfrentamiento con Rhino que abre la película son una buena muestra de ello. Aunque claro, si tienes un pedazo actor como el grandísimo Paul Giamatti para defender un personaje, aunque sea tan ridículo como este, tienes muchas posibilidades de que funcione.




Unido con el mejor manejo del humor, está el dramatismo, que también está tratado con soltura. La mayoría de las secuencias de drama funcionan bien, ya sea con Tia May o con Harry Osborn (ambos muy bien defendidos por Sally Field de Dana DeHaan, respetivamente). Y todo el tramo final, marcado por la tragedia, se siente valiente y le da un buen cierre a la película. Y la trama relativa a los padres de Peter, aunque no tiene nada que ver con los tebeos, a mí me ha gustado bastante.





Como habrán notado los más avispados, no he nombrado a aun a Gwen Stacy ni a Electro porque sus secuencias son de lo más flojo de la película. La parte del romance no funcionan, no tanto por los actores, que hacen lo que pueden (a pesar de que, por la edad que aparentan tienen que haber repetido un montón de cursos para seguir aun en el instituto...) si no porque los diálogos, que son bastante tontos. Y los bandazos que va dando su relación no resultan nada creibles... De hecho las secuencias en las que no hablan, como aquella en la que Peter le sigue desde las alturas sin ser visto, funcionan mejor que aquellas en las que se ponen a parlotear como cotorras.

Y lo de Max Dillon/Electro, es complicado. Tiene cosas rídiculas y otras que están entre lo más interesante de la película. Max Dillon penca. Electro Aprueba. El principal problema es que no está bien escrito: su desarrollo de nerd adorador de Spiderman a enemigo numero 1 del Lanzaredes es increible, por mucho que Jamie Foxx le eche ganas. Si el personaje se mantiene en pie es gracias al poder visual que tienen sus secuencias: la presentación del personaje en Times Square es de lo mejor de la película con la idea visuales más brillante de la película, el que Electro se vea reflejado en las pantallas de la famosa plaza, viendo saciada así por momentos su ansia de reconocimiento; y luego el enfrentamiento en la central eléctrica, que funciona bastante bien, aunque los poderes del personaje vengan a ser se convierta en la versión 2.0 del Dr. Manhattan de "Watchmen" (o sea, que tampoco descubren la pólvora...). Y otro aspecto que me gustó mucho es su tema musical, formado por voces susurrantes que martillean la mente del personaje con la supuesta humillación sufrida ante Spiderman. Lo más brillante de la partitura meramente correcta.

En cuanto a la labor del director. Pues viene a ser meramente correcta, como pasa siempre que delegan las superproducciones a directores impersonales: es capaz de coordinar bien la labor de equipo y resolver la papeleta con profesionalidad, pero cuando el guión no da para mucho, no es capaz de suplir esas carencias. Eso sí, sería injusto negarle que sabe imprimier cierto sentido de la maravilla al conjunto (algo que se echaba de menos en la primera entrega) y tiene buenas secuencias además de las citadas, como la de la estación de metro abandonada; la pelea final entre Spiderman y el Duende Verde, con Gwen Stacy de por medio; o la triste pero bella secuencia del paso de las estaciones en el cementerio.

Para acabar el tema de las semillas que se plantan para las películas venideras. Aparece Felicia Hardy, pero la verdad es que tiene muy poca chicha su personaje, y a no ser que se sepa que va a ser La Gata Negra, pasa totalmente inadvertida. Y luego hay menciones visuales a Dr Octopus y a El Buitre aunque tampoco es que quede muy claro. Uno de mis sueños es que adapten la versión que hizo el gran Erik Larsen de estos personajes, uno de mis tebeos Marvel favoritos de todos los tiempos. Pero no veo a Marc Webb adaptando el muy tebeístico estilo de Larsen a los tebeos. Veo mucho más a Raimi o Whedon en esa faena...






En fín que me ha parecido aceptable. No va a cambiar la historia del cine ni del cine de superheroes. Sin embargo es bastante más digna que su predesora. Y por lo menos Spiderman no se va quitando la puñetera máscara cada dos por tres. Un poquito de por favor, por Dios.