Pues ya estaba tardando mucho esta película en aparecer por aquí, pero eso va a quedar arreglado, ya que el otro día saqué un rato y volví a disfrutar de esta obra maestra.
Finales del siglo XX en una ciudad norteamericana cualquiera. Jack (Edward Norton) es un alto empleado de uan empresa automovilística, que a pesar de aparentemente tenerlo todo para no ser infeliz, lo es totalmente. Su insomnio le lleva a probar de todo, hasta que descubre que la única manera de dormir es hacerse pasar por enfermo terminal y acudir a grupos de autoayuda, para así sentir la cercanía de la gente. Esto es solo el principio de una espiral que le llevará a conocer a personas límite como Marla (Helena Bonhan-Carter) y Tyler Durden (Brad Pitt) que le harán replantearse su vida y sacarán facetas completamente desconocidas de él.
A PARTIR DE AQUI ABSTENERSE LOS QUE NO HAYAN VISTO LA PELÍCULA ¡¡Y QUE LA VEAN DE UNA VEZ!! ¡¡PERO YA MISMO!!
¡Como me la jugó el cabrón de David Fincher! Ahí estaba yo con mis amigos el día del estreno, 5 de
Noviembre de 1999, con 18 años y ganas de ver lo nuevo del tío que había dirigido "Seven" y "The game", que eran buenos thrillers y tal. Pero de ahí a estar preparado para que Fincher demoliese mis cimientos como hacen con los edificios del final de la película, había un trecho... Y es que esta película es todo un collejón en el pescuezo. Es para mí generación lo que para la generación de los 60 fue "El graduado": una llamada a despertar y darse cuenta de que la vida no es todo lo que llevan años intentando hacer que creas. Ser consciente de esto de esto te va doler tanto como las hostias que se ven en la película. Pero al igual que le pasa a los personajes, gracias a todo este sufrimiento, es posible que aprendas a valorar más las cosas que tienes en la vida y el alcance de tus capacidades.
El origen de esta película hay que buscarlo en la novela del mismo nombre de Chuck Palaniuhk, que desconozo, pero que habiendo leído tres o cuatro obras de su autor, seguro que se trata de una debil hilazón de episodios entre humorísticos y truculentos con más o menos gracía... De ahí podría haber salido algo meramente entretenido como lo fue por ejemplo "Asfixia", la otra adaptación que se ha hecho de una obra de este hombre. Pero afortunadamente ahí estaba David Fincher, el mejor realizador surgido en los últimos 20 años, que ya había intentado hacerse con los derechos de la novela, pero no pudo, y que por esas cosas de la vida, le fue ofrecido el proyecto cuando Danny Boyle lo rechazo. Y quizás Boyle hubiera logrado algo bueno, pero yo creo que unicamente Fincher era el director capaz de destruir todo con esta película.
Porque esta es la película más punk de todos los tiempos. O por lo menos la más punk que yo me he echado a la cara. ¿Por qué que puede haber más punk que ridiculizar a los grupos de autoayuda y crecimiento para ensalzar un grupo de autodestrucción que finalmente es retratado como una cuadrilla de borregos descerebrados sin cabeza capaz de acatar cualquier orden que se les dé sin plantearse motivos o consecuencias? Tal y como lo retrata esta película son igual de tontos (o de listos, según como se mire) los grupos de autoayuda y los grupos antisistema o antiglobalización o como quiera llamarse. No es el pertenecer a algo lo que te hace mejor o peor persona, sino la reflexión que te haya motivado a hacerlo. Por eso yo siempre he pensado que esta película debería formar parte del programa educativa de todos los institutos. Pero estoy convencido que va a ser más fácil que se descubra el bacon light a que ocurra esto, pero la esperanza es lo último que se pierde...
A PARTIR DE AQUI ABSTENERSE LOS QUE NO HAYAN VISTO LA PELÍCULA ¡¡Y QUE LA VEAN DE UNA VEZ!! ¡¡PERO YA MISMO!!
¡Como me la jugó el cabrón de David Fincher! Ahí estaba yo con mis amigos el día del estreno, 5 de
Noviembre de 1999, con 18 años y ganas de ver lo nuevo del tío que había dirigido "Seven" y "The game", que eran buenos thrillers y tal. Pero de ahí a estar preparado para que Fincher demoliese mis cimientos como hacen con los edificios del final de la película, había un trecho... Y es que esta película es todo un collejón en el pescuezo. Es para mí generación lo que para la generación de los 60 fue "El graduado": una llamada a despertar y darse cuenta de que la vida no es todo lo que llevan años intentando hacer que creas. Ser consciente de esto de esto te va doler tanto como las hostias que se ven en la película. Pero al igual que le pasa a los personajes, gracias a todo este sufrimiento, es posible que aprendas a valorar más las cosas que tienes en la vida y el alcance de tus capacidades.
El origen de esta película hay que buscarlo en la novela del mismo nombre de Chuck Palaniuhk, que desconozo, pero que habiendo leído tres o cuatro obras de su autor, seguro que se trata de una debil hilazón de episodios entre humorísticos y truculentos con más o menos gracía... De ahí podría haber salido algo meramente entretenido como lo fue por ejemplo "Asfixia", la otra adaptación que se ha hecho de una obra de este hombre. Pero afortunadamente ahí estaba David Fincher, el mejor realizador surgido en los últimos 20 años, que ya había intentado hacerse con los derechos de la novela, pero no pudo, y que por esas cosas de la vida, le fue ofrecido el proyecto cuando Danny Boyle lo rechazo. Y quizás Boyle hubiera logrado algo bueno, pero yo creo que unicamente Fincher era el director capaz de destruir todo con esta película.
Porque esta es la película más punk de todos los tiempos. O por lo menos la más punk que yo me he echado a la cara. ¿Por qué que puede haber más punk que ridiculizar a los grupos de autoayuda y crecimiento para ensalzar un grupo de autodestrucción que finalmente es retratado como una cuadrilla de borregos descerebrados sin cabeza capaz de acatar cualquier orden que se les dé sin plantearse motivos o consecuencias? Tal y como lo retrata esta película son igual de tontos (o de listos, según como se mire) los grupos de autoayuda y los grupos antisistema o antiglobalización o como quiera llamarse. No es el pertenecer a algo lo que te hace mejor o peor persona, sino la reflexión que te haya motivado a hacerlo. Por eso yo siempre he pensado que esta película debería formar parte del programa educativa de todos los institutos. Pero estoy convencido que va a ser más fácil que se descubra el bacon light a que ocurra esto, pero la esperanza es lo último que se pierde...
Pero la manera que tiene Fincher
de remover conciencias es más sutil de lo que podría parecer. Lo que visto de
manera (muy) superficial, podría ser tomado como una apología de la violencia
(violencia que es mostrada en todo su crudeza, salpicando al espectador con fluidos y huyendo de toda banalización), es
en realidad una llamada a volver a entrar en contacto con nosotros mismos y a
reflexionar sobre el mundo que nos rodea y el papel que jugamos en él. A veces
ese aprendizaje viene a base de hostias, pero bienvenidas sean si nos hacen despertar
e intentar cambiar esta sociedad pasteurizada en la que vivimos. Y siguiendo con las interpretaciones erróneas, otra chorrada más que se oye sobre esta película es que es machista. A mi parecer no lo es en absoluto, ya que los hombres son retratados como seres bastante infelices y con el cerebro y el corazón bastante huecos: lo mismo se apuntan a un grupo de autoayuda que se unen a un club paraterrorista de tintes sectarios. Solo hay que ver la delirante evolución del personaje de Robert Poulson: de culturista de éxito a depresivo emasculado con pechos gigantes para acabar como el primer martir del club de la lucha. Un carrerón, vamos. Además, aunque salgan pocos personajes femeninos (basicamente, solo sale uno, Marla), no creo que salga peor parado que los personajes masculinos en el balance final de la película.
Hasta ahora me he limitado a
hablar de la trama de la película, que está muy bien, pero si por algo a pasado
a la Historia esta cinta es por la puesta en escena de Fincher. Tomando siempre un punto perspicaz e irónico, que impregna todo el metraje de la película con un humor con bastante mala uva, hace un compendio
de cine total, utilizando todas las técnicas imaginables: rupturas de la cuarta
pared, planos imposibles, ralentis, imágenes subliminales, escenas en las que
el negativo parece a punto de salirse del rollo, bullet time, cámaras capaces
de atravesar edificios, flashbacks, flashforwards… Todo eso y mucho más, pero
sin caer nunca en lo gratuito: todo son pistas que van
introduciendo al espectador en este mundo fascinante y haciendo que cada vez
tenga menos agarraderos, para terminar de descolocarle con el final. ¡Ay, el final! Es un giro que te hace replantearte todo lo que has visto hasta ese momento,
pero que no es el objetivo único de la película. De hecho, el verla conociendo
la sorpresa, aumenta su capacidad de sugestión, un poco como pasa en su
contemporánea “El sexto sentido”. Así uno se va dando cuenta como Tyler Durden
y Jack no hablan a la vez con nadie en la misma escena, o como no hay ningún
plano de Durden en el que la cámara este por encima de la altura del hombro de
Jack. O que la atracción homosexual que por momentos se siente entre Jack y Tyler Durden, no esta ahí solo para provocar a la platea.
Por último los actores, que
entran en el juego y dan lo mejor de si mismos. Brad Pitt está aquí en el que
probablemente sea el papel de su carrera y no duda en poner toda la carne en el
asador, metafórica y explícitamente hablando… Es de agradecer aquí que no tuviera
ningún miedo a insinuar la citada homosexualidad latente en la relación entre Jack y Tyler Durden,
asumiendo la mayoría de sus escenas con medio pubis al aire y prestándose a
vestir en muchas secuencias una bata rosa que le convierten en toda una ama de
casa. Edward Norton, que ya venía despuntando, se confirmo
como uno de los mejores actores de su generación con su interpretación en este
película y en “America History X”. Y Helena Bonhan-Carter empezó a cambiar aquí
la imagen de chica-buena-en-películas-de-época para dejar de ducharse y
peinarse e ir asumiendo su papel como futura señora de Burton. También
merece una mención el simpático trabajo que realiza Meat Loaf en una de sus dos imprescindibles incursiones en el cine (la otra sería su
interpretación de Eddie en “The Rocky Horror Picture Show"). Y Jared Leto, del que lo mejor que podemos decir es que encaja muy bien la paliza que le pegan.
A nivel técnico, esta cinta, como todas las de Fincher es impecable. La fotografía es estupenda con estilo oscuro y ocre que destaca el aspecto humano y marginal de la película, y que saca mucho partido a los recintos cerrados, que son la mayoría de la película. Y el montaje es de los que hacen época, con un estilo ágil fascinante, imitado hasta la extenuación por un montón de directores que han venido después con la intención de hacer sus películas rápidas y cañeras. Sin el mismo resultado, por supuesto. Y por supuesto la música. Además de la banda sonora electrónica a cargo de los Dust Brothers, suena Tom Waits, y sobre todo los Pixies. Nunca he sido mucho de los Pixies, pero la imagen de los edificios derrumbandose con "Where is my mind?" de fondo, es una de esas secuencias que no se olvidan.
Aunque también tengo que reconocer que la película tiene un bajón de ritmo cuando lleva unos 90 minutos de metraje, a partir del momento en el que los miembros del Club de la Lucha se encierran en el caserón y empiezan a vivir como una secta. Aquí la cosa se hace algo monótona. Pero afortunadamente, a partir del momento en el que desaparece Durden, la cosa remonta y no para hasta el soberbio final.
En fin, una de las mejores películas de los 90, y probablemente la cinta cuya visión más me ha afectado en la vida. Me da igual si alguien piensa que soy un pesado, insisto: todo ser humano debería verla. Y varias veces mejor que una.
Aunque también tengo que reconocer que la película tiene un bajón de ritmo cuando lleva unos 90 minutos de metraje, a partir del momento en el que los miembros del Club de la Lucha se encierran en el caserón y empiezan a vivir como una secta. Aquí la cosa se hace algo monótona. Pero afortunadamente, a partir del momento en el que desaparece Durden, la cosa remonta y no para hasta el soberbio final.
En fin, una de las mejores películas de los 90, y probablemente la cinta cuya visión más me ha afectado en la vida. Me da igual si alguien piensa que soy un pesado, insisto: todo ser humano debería verla. Y varias veces mejor que una.
Me gusta muchísimo El club de la lucha; yo también creo que de las mejores de los 90, por lo menos de las que he visto. Me gusta el mensaje que ofrece, eso de que pienses por ti mismo y saca las conclusiones que te parezcan sin manipulaciones, actuando en consecuencia, eso de desechar lo que te quieren vender como si fuera una verdad o lo mejor para ti sin ningún tipo de mentalidad crítica, eso de que nos están durmiendo y hay que despertar para sentirnos más libres. La mayoría de las influencias que tenemos no deberían valernos… está muy bien. Es una peli antisistema total; seguro que es por esto, a parte de porque en general es un peliculón, por lo que le tengo tanta simpatía también.
ResponderEliminarEs cierto, Boyle seguro que hubiera hecho otra grandísima peli, o incluso Winterbotton. Creo que tienen un estilo al que le iría algo como El club de la lucha.
Estupenda entrada, León. Un saludo.
Es un peliculón de principio a fin. Y con un mensaje muy importante, a favor de pensar por uno mismo. Por eso insisto en que la deberían poner en todos los institutos. En cuanto a su mensaje, dudo mucho que ahora se la dejasen hacer a nadie con ese pastón tuvo Fincher... Los productores yanquis se han vuelto bastante cobardes en este siglo.
EliminarWinterbotton y Boyle hubieran hecho algo digno, pero dudo que hubieran alcanzada el nivel de maestría de Fincher.
Gracías por pasarse por aquí.
Un abrazo
Mr. Leon, ¡pedazo de pelicula! Magistral en todo sentido, un clasico; uno de esos films que con el paso del tiempo se pone cada vez mejor. Hace poco tiempo atras lei de Palahniuk: " Fantasmas ", se lo recomiendo, gran lectura. Saludos y muy buena entrada.
ResponderEliminarMr Belknap, la verdad es que el tiempo la está tratando muy bien, y es que cuesta mucho ver una película de este tipo hoy en día. En cuanto a la novela "Fantasmas", lamento discrepar, pero tengo que decirle que es una de las novelas que he leido de Palahniuk, y me dejó un pelín frio. Me quedo con "Asfixia" o "Nana", aunque me parece que no pasan de ser una sucesión de anécdotas con más o menos gracia.
EliminarGracias por pasarse por aquí y saludos
Sin duda, una joya de película. Genial tanto en el apartado técnico como en el guión y las interpretaciones (¿existirá alguien capaz de olvidarse del misterioso Tyler Durden?).
ResponderEliminarPor cierto, el personaje de Edward Norton no se llama Jack, es más, en ningún momento se menciona su nombre (que yo recuerde, Jack es simplemente el personaje al que pertenecen los órganos que se mencionan en un libro que encuentra el narrador).
Saludos!!!
Tyler Durden está ya grabado para siempre en el ideario popular cinematográfico. Un personaje inolvidable como la película. En cuanto al nombre, he utilizado el de Jack por que es la manera en la que se refieren los actores y el director a él en los documentales. Bueno, por eso y porque es más corto que escribir el narrador... JEJEJE
EliminarSaludos
Pues la vi hace tiempo; Fincher me encanta. Amén del plantel de actores; soy adicta a Edward y Helena. Y Brand, en este film está para comérselo.
ResponderEliminarComo bien dices, recoge la esencia de películas de culto. La revisaré.
Un abrazo, Anna
Anna: Cualquier oportunidad es buena para recuperarla. Norton y Bonham Carter está tremendos. Y Brad Pitt logró aquí la que probablemente sea su interpretación más icónica. Una auténtica gozada.
EliminarUn abrazo