Mucho se está hablando de esta película, (para el que esto firma, la más esperada del año), tanto de manera positiva y negativa, y por aquí no íbamos a ser menos.
Intentaré hablar de la cinta sin desvelar argumentos de la trama en exceso, aunque vaya a ser un poco difícil, así que si alguien no la ha visto, casi mejor que no siga leyendo.
El director se enfrentaba aquí al mayor reto de su carrera, y es que superarse a si mismo mejorando la que hasta este momento es la mejor película de superheroes que se ha hecho, "El Caballero Oscuro", no era tarea fácil.
Por aquello de empezar a sintentizar un poco, diré que no ha logrado superar la entrega previa, lo que no significa que haya hecho una mala película, sino más bien lo contrario, logrando una película mejor que "Batman begins" (que no estuvo nada mal...) y dandole un cierre estupendo a su periplo sobre el hombre murciélago.
Como ya se ha dicho por ahí, la película comienza ocho años después de lo transcurrido en la anterior. Batman está ausente tras los hechos ocurridos al final de la entrega anterior, Bruce Wayne esta deteriorado física (usa bastón, detalle que se podrían haber ahorrado, la verdad...) y socialmente, habiendo quedado convertido en un sosias de Howard Hughes, como alguien recuerda en un momento dado. Mientras, en la ciudad, gracias al supuesto sacrificio y cuasi-canonización de Harvey Dent, se ha creado una ley que ha eliminado el crimen organizado. Pero claro, si todo fuese así de perfecto no tendríamos película. Y es en este momento cuando aparece Bane, un delincuente despiadado, de una fuerza física brutal, y gran inteligencia, que tras secuestrar y casi matar al comisario Gordon, pone en marcha un plan para acabar con la ciudad, aboliendo todo tipo de leyes y convirtiendo a Gotham en una suerte de comuna aislada. Ante este panorama, Batman/Bruce Wayne sale de su retiro y vuelve a las andadas, encontrándose por el camino a nuevos personajes, como Catwoman, de moral indefinida que influirá mucho en el devenir de los hechos, y a John Blake, policia interpretrado por Joseph Gordon-Levitt, que parte de una posición completemente idealista que irá cambiando a lo largo de la historia.
Al contrario de lo que hacemos otras veces, voy a empezar por las cosas flojas de la película.
Sus mayores problemas son de guión, que no es tan sólido como el de "El Caballero Oscuro", en el que todas las acciones de los personajes eran lógicas y coherentes con su manera de ser y el modo en el que se venían comportando. Aquí, en ocasiones, los personajes parecen avanzar como por ventoleras, que chirrian un poco. Esto se ve, por ejemplo, en el personaje de Catwoman, por lo demás bastante bien defendido por Anne Hathaway, que cambia de postura de un momento a otro sin entenderse muy bien la causa. Lo mismo podríamos decir del jefe de policía al que da vida Matthew Modine, que es mostrado como alguien bastante cobarde y poco comprometido por su trabajo, para, en un momento dado cambiar por completo de actitud, lo que, a mi parecer, queda como un intento del director de no dar mala imagen de la polícia, algo que queda muy alejado del ambiente malsano y corrupto que reinaba en la anterior entrega, con el Joker corrompiendo todo y a todos.
Otro de los fallos que se pueden encontrar a la película es que, para hacer avanzar la trama, se sirven de casualidades e ideas muy pilladas por los pelos, que mientras la estás viendo, por lo menos en nuestro caso, te las crees gracias a la convicción con la que están contadas, pero que luego, si piensas un poco en ellas, se caen por su propio peso (recuperaciones físicas increíblemente rápidas, enamoramientos a la velocidad de la luz, la capacidad de desvelar una identidad secreta por una simple mirada...)
También se le puede achacar que en algún momento recurra a sorpresas o giros inesperados, para darle más emoción a la trama, lo que, además de resultar algo "facilón", no resulta tan sorpresivo como se pretende si se ha prestado atención a lo narrado anteriormente y se conoce medianamente los tebeos del personaje. Tal vez sea esto lo que más me haya decepcionado, viniendo la película de la gente que, sin recurrir a estos trucos, logró en "El Caballero Oscuro" una intensidad pocas veces vista en el cine comercial de los últimos tiempos.
Ahora lo bueno, que es mucho.
Me ha encantado la coherencia que esta obra da a la trilogía. En esta entrega se viven las consecuencias de lo ocurrido anteriormente.
Si la anterior película hablaba de la necesidad que la ciudad tenía de un héroe y de un símbolo de pureza como Harvey Dent en tiempos difíciles, y como para lograr esto se recurría a la mentira y a negar el sacrificio y las buenas obras de Batman, en esta vemos como lo que se construye sobre la mentira, se viene abajo en cuanto la verdad empieza a asomar. Así, personajes como Alfred y el comisario Gordon (inmensos como siempre Michael Caine y Gary Oldman), cansados de haber alentado una mentira para mantener intentar no hace sufrir a los que querían y mantener el orden de las cosas, la confiesan, lo que rompe relaciones y precipita desastres.
Otra cosa que me ha gustado mucho es la reaparición de la Liga de las sombras, y la necesidad de que Batman/Bruce Wayne sufra y recupere el miedo para renacer como persona y como mito. Se puede entender que alguien no se trague esta parte de la película por un exceso de épica y frases grandilocuentes, pero a nosotros nos convenció.
En cuanto a el villano, no se le pueden poner pegas. No asusta tanto como el Joker, principalmente debido a que este tenía un objetivo menos tangible y más abstracto que el actual, lo que lo convertía en alguien del todo impredecible y peligroso, pero sin embargo, sirve para introducir reflexiones sobre la situación socioeconómica actual. No es gratuito, que, para acabar con todo el sistema que maneja la ciudad, que el considera que precisa ser purificada, empiece con la ocupación de la Bolsa (clara referencia al movimiento "Occuppy Wall Street") y continue con la destrucción de un estadio de fútbol americano (el opio del pueblo, que vendría a sustituir a la religión...) en el que da un discurso populista en el que promete limpiar la ciudad de corrupción y perversión, enarbolando unos principios que recuerdan a los de la Revolución Francesa, y que al igual que estos (libertad a los presos encerrados por leyes injustas, juicios populares, igualdad de oportunidades, instauración de un nuevo orden social..), a pesar de parecer prometedores y justos sobre el papel, a la hora de ser puestos en práctica, solo sirvan para dar rienda suelta a nuestros más bajos instintos. Es muy jugoso el perverso detalle de que el juez sea el demente Jonathan Crane, el Espantapajaros, el único villano que aparece en los tres capítulos de la serie, y que sus condenas solo puedan ser muerte, o exilio a través del rió cubierto de hielo quebradizo que bordea Gotham (o sea, muerte por exilio, como se reconoce en un momento de la película...).
Aquí habrá algunos que piensen que se podía haber llevado un poco más allá esta idea, mostrando al pueblo dejandose llevar por la vorágine y el egoísmo (como pasaba en la inquietante secuencia del barco de la anterior entrega), pero si bien el pueblo no se muestra activo a favor de la revolución, tampoco lo hace en contra de ella, siendo Batman y los agentes de policía los que se levantan contra el orden dictado por Bane. Esta idea se puede ver como un reflejo de la pasiva actitud de la sociedad actual ante la, a todos los niveles asfixiante, situación que nos rodea...
Tambien resulta muy interesante la evolución de John Blake, el personaje interpretado por Joseph Gordon-Levitt, que pasa de policía idealista que cree en la Justicia, pudiéndose ver como una versión joven del comisario Gordon, a alguien completamente descreído con respecto a esta tras ver la actuación de algunos de sus compañeros durante el sitio de Gotham, lo que le lleva a abandonar su trabajo y a acercarse más a la actitud de Batman frente al crimen, como demuestra el emotivo último plano dedicado a él.
Técnicamente la película irreprochable: la luz; el montaje; unas secuencias de acción espectaculares y en la que no se pierde ni un solo detalle de lo que ocurre. Si acaso, la música de Hans Zimmer se hace notar demasiado, pero no esta nada mal.
Por último, el final. La conclusión de la película es muy coherente con la visión del personaje que ha ido dando Nolan, resultando emotiva y valiente, y con un plano final ambiguo, que es el cierre perfecto para la trilogia, que no olvidemos, no es el Batman de los tebeos, si no el de Christopher Nolan. Una gozada de película.
Por aquello de empezar a sintentizar un poco, diré que no ha logrado superar la entrega previa, lo que no significa que haya hecho una mala película, sino más bien lo contrario, logrando una película mejor que "Batman begins" (que no estuvo nada mal...) y dandole un cierre estupendo a su periplo sobre el hombre murciélago.
Como ya se ha dicho por ahí, la película comienza ocho años después de lo transcurrido en la anterior. Batman está ausente tras los hechos ocurridos al final de la entrega anterior, Bruce Wayne esta deteriorado física (usa bastón, detalle que se podrían haber ahorrado, la verdad...) y socialmente, habiendo quedado convertido en un sosias de Howard Hughes, como alguien recuerda en un momento dado. Mientras, en la ciudad, gracias al supuesto sacrificio y cuasi-canonización de Harvey Dent, se ha creado una ley que ha eliminado el crimen organizado. Pero claro, si todo fuese así de perfecto no tendríamos película. Y es en este momento cuando aparece Bane, un delincuente despiadado, de una fuerza física brutal, y gran inteligencia, que tras secuestrar y casi matar al comisario Gordon, pone en marcha un plan para acabar con la ciudad, aboliendo todo tipo de leyes y convirtiendo a Gotham en una suerte de comuna aislada. Ante este panorama, Batman/Bruce Wayne sale de su retiro y vuelve a las andadas, encontrándose por el camino a nuevos personajes, como Catwoman, de moral indefinida que influirá mucho en el devenir de los hechos, y a John Blake, policia interpretrado por Joseph Gordon-Levitt, que parte de una posición completemente idealista que irá cambiando a lo largo de la historia.
Al contrario de lo que hacemos otras veces, voy a empezar por las cosas flojas de la película.
Sus mayores problemas son de guión, que no es tan sólido como el de "El Caballero Oscuro", en el que todas las acciones de los personajes eran lógicas y coherentes con su manera de ser y el modo en el que se venían comportando. Aquí, en ocasiones, los personajes parecen avanzar como por ventoleras, que chirrian un poco. Esto se ve, por ejemplo, en el personaje de Catwoman, por lo demás bastante bien defendido por Anne Hathaway, que cambia de postura de un momento a otro sin entenderse muy bien la causa. Lo mismo podríamos decir del jefe de policía al que da vida Matthew Modine, que es mostrado como alguien bastante cobarde y poco comprometido por su trabajo, para, en un momento dado cambiar por completo de actitud, lo que, a mi parecer, queda como un intento del director de no dar mala imagen de la polícia, algo que queda muy alejado del ambiente malsano y corrupto que reinaba en la anterior entrega, con el Joker corrompiendo todo y a todos.
Otro de los fallos que se pueden encontrar a la película es que, para hacer avanzar la trama, se sirven de casualidades e ideas muy pilladas por los pelos, que mientras la estás viendo, por lo menos en nuestro caso, te las crees gracias a la convicción con la que están contadas, pero que luego, si piensas un poco en ellas, se caen por su propio peso (recuperaciones físicas increíblemente rápidas, enamoramientos a la velocidad de la luz, la capacidad de desvelar una identidad secreta por una simple mirada...)
También se le puede achacar que en algún momento recurra a sorpresas o giros inesperados, para darle más emoción a la trama, lo que, además de resultar algo "facilón", no resulta tan sorpresivo como se pretende si se ha prestado atención a lo narrado anteriormente y se conoce medianamente los tebeos del personaje. Tal vez sea esto lo que más me haya decepcionado, viniendo la película de la gente que, sin recurrir a estos trucos, logró en "El Caballero Oscuro" una intensidad pocas veces vista en el cine comercial de los últimos tiempos.
Ahora lo bueno, que es mucho.
Me ha encantado la coherencia que esta obra da a la trilogía. En esta entrega se viven las consecuencias de lo ocurrido anteriormente.
Si la anterior película hablaba de la necesidad que la ciudad tenía de un héroe y de un símbolo de pureza como Harvey Dent en tiempos difíciles, y como para lograr esto se recurría a la mentira y a negar el sacrificio y las buenas obras de Batman, en esta vemos como lo que se construye sobre la mentira, se viene abajo en cuanto la verdad empieza a asomar. Así, personajes como Alfred y el comisario Gordon (inmensos como siempre Michael Caine y Gary Oldman), cansados de haber alentado una mentira para mantener intentar no hace sufrir a los que querían y mantener el orden de las cosas, la confiesan, lo que rompe relaciones y precipita desastres.
Otra cosa que me ha gustado mucho es la reaparición de la Liga de las sombras, y la necesidad de que Batman/Bruce Wayne sufra y recupere el miedo para renacer como persona y como mito. Se puede entender que alguien no se trague esta parte de la película por un exceso de épica y frases grandilocuentes, pero a nosotros nos convenció.
En cuanto a el villano, no se le pueden poner pegas. No asusta tanto como el Joker, principalmente debido a que este tenía un objetivo menos tangible y más abstracto que el actual, lo que lo convertía en alguien del todo impredecible y peligroso, pero sin embargo, sirve para introducir reflexiones sobre la situación socioeconómica actual. No es gratuito, que, para acabar con todo el sistema que maneja la ciudad, que el considera que precisa ser purificada, empiece con la ocupación de la Bolsa (clara referencia al movimiento "Occuppy Wall Street") y continue con la destrucción de un estadio de fútbol americano (el opio del pueblo, que vendría a sustituir a la religión...) en el que da un discurso populista en el que promete limpiar la ciudad de corrupción y perversión, enarbolando unos principios que recuerdan a los de la Revolución Francesa, y que al igual que estos (libertad a los presos encerrados por leyes injustas, juicios populares, igualdad de oportunidades, instauración de un nuevo orden social..), a pesar de parecer prometedores y justos sobre el papel, a la hora de ser puestos en práctica, solo sirvan para dar rienda suelta a nuestros más bajos instintos. Es muy jugoso el perverso detalle de que el juez sea el demente Jonathan Crane, el Espantapajaros, el único villano que aparece en los tres capítulos de la serie, y que sus condenas solo puedan ser muerte, o exilio a través del rió cubierto de hielo quebradizo que bordea Gotham (o sea, muerte por exilio, como se reconoce en un momento de la película...).
Aquí habrá algunos que piensen que se podía haber llevado un poco más allá esta idea, mostrando al pueblo dejandose llevar por la vorágine y el egoísmo (como pasaba en la inquietante secuencia del barco de la anterior entrega), pero si bien el pueblo no se muestra activo a favor de la revolución, tampoco lo hace en contra de ella, siendo Batman y los agentes de policía los que se levantan contra el orden dictado por Bane. Esta idea se puede ver como un reflejo de la pasiva actitud de la sociedad actual ante la, a todos los niveles asfixiante, situación que nos rodea...
Tambien resulta muy interesante la evolución de John Blake, el personaje interpretado por Joseph Gordon-Levitt, que pasa de policía idealista que cree en la Justicia, pudiéndose ver como una versión joven del comisario Gordon, a alguien completamente descreído con respecto a esta tras ver la actuación de algunos de sus compañeros durante el sitio de Gotham, lo que le lleva a abandonar su trabajo y a acercarse más a la actitud de Batman frente al crimen, como demuestra el emotivo último plano dedicado a él.
Técnicamente la película irreprochable: la luz; el montaje; unas secuencias de acción espectaculares y en la que no se pierde ni un solo detalle de lo que ocurre. Si acaso, la música de Hans Zimmer se hace notar demasiado, pero no esta nada mal.
Por último, el final. La conclusión de la película es muy coherente con la visión del personaje que ha ido dando Nolan, resultando emotiva y valiente, y con un plano final ambiguo, que es el cierre perfecto para la trilogia, que no olvidemos, no es el Batman de los tebeos, si no el de Christopher Nolan. Una gozada de película.
Lo intenté dos veces con 'El Caballero Oscuro' y me dormí. Debía de estar cansado. Un aviso: no soy un loco de los comics ni de sus adaptaciones cinematográficas. Pero lo reconozco, con 'La Leyenda Renace' me lo he pasado fenomenal a pesar, o gracias a, de su larga duración. Espectacular, entretenida, con diálogos chispeantes dignos del mejor cine negro y un Batman más admirable por cuanto más vulnerable parece. Christopher Nolan ha hecho una adaptación memorable. Un saludo!!!
ResponderEliminarPues yo probaría a ver "El caballero oscuro" tras una buena siesta, porque merece mucho la pena... JEJEJE En cuanto a "La leyenda renace" es una conclusión muy digna para la saga, aunque tenga algunos agujeros demasiado grandes en el guíon. Eso sí, todo esto quede olvidado tras un final simplemente genial y muy emotivo.
EliminarSaludos y bienvenido.