Como me gustó la primera parte, a dos días de que acabe el Mundial de futbol, aprovecho la ocasión para dar por cerrado deste díptico brasileño que me ha dejado bastante buen sabor de boca.
Lo primero que hay que dejar claro es que, esta película,
aun manteniendo bastantes conexiones con la primera "Tropa de Élite"
(de hecho yo diría que es necesario haberla visto para entender esta
continuación), es bastante distinta a ella. Si en aquella nos encontrabamos con
una historia más coral que buscaba ofrecer un retrato del crimen en la favela,
en este caso lo que se busca narrar es la lucha de un hombre contra la
corrupción del sistema. Para establecer un simil: si la primera seguía la senda
de "Traffic" o "Syriana", aquí estaríamos más cerca del
cine de Michael Mann con "El dilema" y "Heat" como
referencia. Y es que la sombra del director de Chicago se proyecta muy alargada
sobre esta "Tropa de Elite 2".
Al igual que las mejores películas de Mann, esta
protagonizado por un hombre de extrema profesionalidad que lucha contra el
sistema por lo que el cree que es justo. Divorciado de su mujer y con una
relación no tan buena como el querría con su hijo ya adolescente, su trabajo es
el centro de su vida. Secuencias como aquella en la que llega a su casa, que en
la anterior entrega veíamos ocupada por su hijo y su mujer, y en la que ahora
todo se ve vacio y aséptico, son una buena muestra de ello. Pero la historia no
queda solo en eso ni tampoco en una mera fotocopia de la primera. En lugar de
ceñirse a la corrupción de la favela, aquí la fotografía de la corrupción se
amplia para mostrar sus ramificaciones hasta los más altos estamentos, tanto
políticos como policiales. Si que tengo que decir que aquí en algún momento
bordea la parodia a la hora de presentar a algunos políticos, pero luego si uno
piensa en las actuaciones de algunos presidentes de Latinoamerica como Chavez o
Kischner, o en los bochornosos circos políticos que se montan aquí en España,
pues casi que termina resultando creible...
Y en lo relativo a la puesta en escena también se siente la
influencia del realizador de "Alí". Hay varios momentos que podían
estar sacados de "Corrupción en Miami" o "Heat". El aspecto
visual se aleja del tono de reportaje de la primera entrega y se torna más
estilizada. No sé si se debera a haber contado con más medios o a un cambio de
intención del realizador, o a las dos cosas, pero aunque hay algo de la
inmediatez que había en la primera entrega, se trabaja más el suspense y el
montaje es más reposado. Hay buenas secuencias de tensión, como la operación
para sofocar el motín en la prisión que abre la cinta, que aprovecha muy bien los
monitores de vigilancia para aumentar la tensión, o la misión en la que se acaba con la última favela que no estaba bajo el control de los policías corruptos. Pero si algo llama la atención es el tratamiento de la violencia. Si en "Tropa de Elite" los asesinatos eran todos bastante descarnados y captados con una cámara más nerviosa, aquí las muertes se muestran de manera más frontal y desapasionada. La violencia deja de ser un acto impulsivo para volverse casi un trámite burocrático, lo que la hace más terrorífica, como esa secuencia en la que dos sicarios de la milicia policial corrupta arrancan los dientes del cadaver calcinado de una periodista para evitar que sea reconocido: la actitud de los pistoleros es la misma que tendrían unos funcionarios municipales mientras riegan parque públicos o reparan el asfalto... Impresionante.
monitores de vigilancia para aumentar la tensión, o la misión en la que se acaba con la última favela que no estaba bajo el control de los policías corruptos. Pero si algo llama la atención es el tratamiento de la violencia. Si en "Tropa de Elite" los asesinatos eran todos bastante descarnados y captados con una cámara más nerviosa, aquí las muertes se muestran de manera más frontal y desapasionada. La violencia deja de ser un acto impulsivo para volverse casi un trámite burocrático, lo que la hace más terrorífica, como esa secuencia en la que dos sicarios de la milicia policial corrupta arrancan los dientes del cadaver calcinado de una periodista para evitar que sea reconocido: la actitud de los pistoleros es la misma que tendrían unos funcionarios municipales mientras riegan parque públicos o reparan el asfalto... Impresionante.
En fin, una buena película, que quizás carece de la frescura de la primera, pero que lo suple con un guión y una puesta en escena más elaboradas. No se me ocurre mejor elogio para estas dos pelícuals que decír que me han gustado tanto como para atreverme a ver el remake de "Robocop" que estrenó este año Jose Padilha. Y eso son palabras mayores viniendo de un defensor a ultranza de Verhoeven, que para más inri, padeció recientemente el infame remake de "Desafío total". Con eso lo digo todo.
Veo que cumples tus promesas, ja, ja. Pues si la comparas con "Heat" (nada menos), va a haber que verla. La verdad es que tal y como está a punto de terminar el mundial para el país brasileño (todavía le puede quedar otro mal trago, que gane Argentina la copa), en lo deportivo, económico y social, el mundo violento de "Tropa de élite" tiene más protagonismo que el que se desearía.
ResponderEliminarSaludos.
Las amenazas hay que cumplirlas siempre, que sino pierden su valor. Más que a "Heat" (que a ratos también), me recordó a la manera de rodar que se gasta Mann: seca, violenta y escueta.
EliminarY si que es cierto que no pierde nada de vigencia tal y como está el tema. Y como ha quedado lo del Mundial...
Saludos