Susan es una tratante de arte afincada en Los Angeles. Tiene un apuesto marido y éxito profesional que le permite llevar una vida más que desahogada. Sin embargo, su vida está marcada por el insomnio y la incomunicación con su familia. Todo esto dará un vuelco cuando reciba de una novela que Tony, su primer marido, ha escrito y le ha dedicado a ella.
Seis largos años han pasado desde que Tom Ford nos convenciera a los más escépticos (¡¡¿un diseñador de moda dirigiendo cine?!!) con la estupenda "Un hombre soltero". Y aunque parecía que aquella iba a ser la única incursión de este hombre en el terreno cinematográfico, ahora se ha descolgado con una nueva propuesta, que ahonda en ese universo de apariencias, insatisfacciones, soledad y deseos reprimidos que ya planteaba su opera prima, pero aumentando la apuesta en el plano narrativo.
Y es que si en su primer trabajo convertía el flashback en elemento vertebrador del relato, en esta "Animales Nocturnos" la trama no transcurre en dos, sino en tres planos narrativos. Por un lado está la historia misma, protagonizada por, luego esta la representación de la novela que lee la protagonista, y por último están los flashbacks que la lectura de la novela desempolva en la memoria de la protagonista. Y va a ser este contraste/equivalencia entre el mundo real y la novela lo que brinde los mejores momentos de la película.
La primera característica que salta a la vista es el contraste entre la ambientación de las dos narraciones. Por un lado, la vida que vive Susan es la expresión máxima del estilo minimalista y cool que tanto se persigue hoy en día en muchos ámbitos: espacios formados por cemento y cristal, en los que todo reluce y es nuevo, y no hay lugar para nada más allá de escasas, aisladas, modernas y, presumiblemente, carísimas personas, objetos de diseño y obras de arte. Además lo poco que se ve del mundo exterior es siempre a través de amplísimos ventanales, que muestran un paisaje que, a pesar de tratarse de la soleada ciudad de Los Angeles, siempre está en penumbra o con una luz mortecina. Por otra parte, en la novela, la trama trascurre en espacios polvorientos, medio desvencijados y azotados por la climatología, como son la agresiva luz del sol o el frío nocturno del desierto. Las personas que lo pueblan son soeces y desaliñadas y estan marcadas por el paso del tiempo y la enfermedad. A este respecto hay una secuencia que me trajo a la mente a mi adorado Verhoeven y es el momento en el que vemos al personaje que interpreta Aaron Tyler-Johnson haciendo uso de un inodoro al aire libre ¡¡¡¿¿¿???!!! que el mismo ha instalado en el porche de su casa. Lo que puede parecer un chiste de mal gusto, en verdad es un poderoso contraste entre los dos mundos: en el mundo de Susan, no vemos a la gente, no ya hacer sus necesidades, sino siquiera comer ni beber nada más allá de sujetar languidamente copas de cualquier sofisticado vino o champan o tazas de cafés de de diseño, como si fueran fantasmas que pasan por el mundo sin dejar ningún rastro. En el descarnado universo de la novela, la gente se dedica a cagar en la puerta de su casa...
Después llama la atención como esta película reivindica la lectura, una actividad que hoy parece más en declive que nunca, como elemento de catarsis, siendo la manera en la que el mundo ficticio se va apropiando de la vida de la protagonista y por consiguiente del mundo real uno de los aciertos de la cinta. Ya la llegada de la novela a manos de la protagonista es del todo premonitoria, ya que el simple hecho de abrir el papel que envuelve las galeradas le genera un corte en la mano, todo un avance de la dolorosa turbulencia emocional que va a desatar en su vida. Así, a través de los flashbacks que el autor va intercalando y que cuentan la relación de Susan y Tony desde sus inicios hasta su ruptura, queda claro que la narración que lee la protagonista no es sino un reflejo deformado y exagerado de los motivos que rompieron su relación: culpabilidad, ambición, cobardía, mentiras, resentimiento... Y a lo largo de la película toda esta idea se ve reforzada por múltiples detalles, como es el hecho de que cuando vemos la puesta en imágenes de la novela, el personaje masculino lo incorpora Jake Gyllenhal, el mismo que interpreta a Tony. Y no solo juega con eso, sino (como bien indicaba el maestro TFV) que la actriz que interpreta a su mujer, Isla Fisher, tiene cierto parecido con Amy Adams (ambas son pelírrojas, menudas y con una edad similar...). Y más adelante tenemos más momentos, como cuando la muerte de una adolescente en la novela, hace que Susan sienta la necesidad de ponerse en contacto con su hija, pero es que ambos el cadaver de la novela y su hija, son visualizadas del mismo modo, abrazadas a un cuerpo desnudo. O el instante en el que uno de los personajes de la novela, se manifiesta dentro de una pantalla en el mundo real, para sobresalto de la protagonista.
Todo esto es sin duda mérito de la puesta en escena de Tom Ford, que mantiene un nivel muy alto, con reminiscencias del melodrama canónico norteamericano (con Sirk y Tenessee Williams a la cabeza), aunque en menor medida que su trabajo previo, y con una actitud cercana a David Lynch. El tejano, no solo logra generar tensión en los momentos necesarios, y desarrolla muy bien los tres planos narrativos, sin que se molesten unos a otros, sino que se confirma (porque era algo que ya apuntaba la citada "Un hombre soltero") como un gran director de actores. Gente como Adams (quizás en el momento más dulce de su carrera hasta ahora...) o Shannon están tan bien como siempre, pero gente tan habitualmente mediocre como Taylor-Johnson ofrece aquí la mejor interpretación que le recuerdo. Algunos podrán tachar la realización de un tanto esteticista (pienso en los excesivos y reitereativos títulos de crédito. una pésima manera de presentar la cinta...), pero aunque quizás algo (muy poco) de eso haya, los ambientes artísticos y banales en los que se desarrolla la película hacen que estos tics se integren bastante bien en la trama y no molesten.
Sin embargo no todo es perfecto, y tengo que reconocer que el guión, que parte de una novela que desconozco de Austin Wright, editada en España como "Tony y Susan" y también como "Tres noches", es, sin ser ningún desastre, el mayor de los problemas. Muchas de sus ideas son interesantísimas, los personajes resultan creibles, y la pesimista reflexión que plantea sobre la relación entre sufrimiento, mezquindad y creatividad, está bastante lograda. No obstante peca de dos cosas. La primera de ellas es que inicia tramas que luego quedan descolgadas, como lo relativo a la relación de Susan con su actual marido, y sobre todo, con su hija. Está última me molestó bastante, ya que parece que solo ha sido incluida para introducir, un, como ya he citado antes, bellísimo paralelismo visual... Y la segunda y la que más molesta me resultó la atropellada resolución que se la da a "Animales Nocturnos", la novela: legado un momento parece que esta ya ha cumplido su función, y la resolución de esta se torna absurda y escasamente creíble, desmereciendo un poco el excelente trabajo hecho hasta el momento, que por momentos llegaba a superar en interés a la historia, llamemosla, real.
De la misma manera también es justo reconocer que es en el final cuando la historia de Susan adquiere auténtica relevancia. La secuencia final, es la cristalización ultima de este estudio sobre el rencor, la insatisfacción, la cobardía y las decisiones erroneas, que deja además una amarga reflexión sobre las relaciones de pareja.
Con sus pequeños problemillas, sin duda una de las mejores películas del pasado año. Es una suerte que Tom Ford haya encaminado sus esfuerzos al mundo del cine. Se esperan con ganas más propuestas como esta.
León,
ResponderEliminarleo tu reseña y no dejo de ver algunos de los méritos que mencionas,como la labor actoral o el contraste en las distintas ambientaciones,sin embargo,ese despliegue de niveles narrativos en mí generó más desconcierto que otra cosa y lo que se atisbaba como un juego de malabares para mí terminó convirtiéndose en un rompecabezas donde algunas piezas no encajaban.
Así de entrada,te diré que el relato que más me convenció fué el que reflejaba lo sucedido en la novela y tal vez si se hubiera quedado ahí el hilo argumental hubiera estado más claro en mi opinión.
Un abrazo
Razón tienes en que no es perfecta, y salí de la sala un tanto desconcertado, pero si algo bueno tiene que ahora tenga menos tiempo y me cueste mucho reseñar las películas, es que me permite reposarlas más, y conforme pasan los días me convenzo más de que es una buena película. Con defectos, y a la que un pulido de guión le hubiera hecho bien, pero muy interesante. Aunque no me cuentas entender tu opinión.
EliminarOtro abrazo para tí.
Aún no he podido ver la película. En cuanto lo haga me pasaré a darte mi opinión.
ResponderEliminarSaludos!
Pues te animo mucho a que lo hagas para saber tu opinión.
EliminarSaludos.