Empujado por el dossier que se le está dedicando en “Dirigido por” a Werner Herzog, hace unos días me animé a ver “Grizzly man”, película que tenía disponible hace tiempo, pero a la que aun no había hincado el diente. O la zarpa, que viene más al caso.
Este documental recupera todo el
material que fue filmado por Timothy Treadwell, amante de los osos grizzly.
Desoyendo los consejos de los guardas, que continuamente le advertían de lo
peligroso de sus prácticas (y del
sentido común…), durante 13 veranos seguidos vivió en un parque natural de
Alaska con el objetivo de investigar y a la vez proteger a estos animales. Con
este objetivo puso en marcha la fundación “Grizzly people” y se dedicó a dar
charlas por EE.UU. Desgraciadamente, la última de sus campañas en el año 2003,
acabó trágicamente para él y su entonces pareja Amie que murieron y fueron
parcialmente devorados por uno de estos osos.
Una vez escuche (o quizás leí: fue hace bastante tiempo y no lo tengo muy claro…), que si una película de ficción es buena parecerá un documental, y que si un documental es bueno, parecerá una película de ficción. Por más que esta afirmación sea harto discutible (sobre todo su primera mitad…), yo si que comparto lo que dice sobre los documentales. Y en este caso, se cumple totalmente. Pero vayamos por partes.
Lo primero que hay que avisar es
que este documental no trata sobre la naturaleza ni el ecologismo, sino sobre
la compleja personalidad del protagonista, Timothy Treadwell. Este hombre, como
medio de salir de una mala racha personal (era heroinómano y estuvo a punto de
morir de sobredosis) y asqueado de la sociedad que le rodeaba y de los fracasos (laborales, sentimentales y personales) que había sufrido, decidió
consagrar su vida a estos osos. Imbuido de un espíritu casi mesiánico, llegó a creer que era capaz de establecer con
ellos una relación de igual, en la que podía comunicarse y hasta llegar a ser
uno más de la manada. Su convicción era tal que podía llegar a acariciar los
osos (que pueden llegar a medir 3 metros y pesar más de 600 kilos…) y decirles que les amaba. Pero como además deseaba compartir su mensaje, grababa casi todo lo que hacía en sus expediciones, la mayoría de las veces ayudado de un tripode ya que casi todas las expediciones las llevó a cabo el solo. Estas grabaciones van lo sublime (como aquellas que muestran la relación que estableció con un zorro de la zona a lo largo de los años) a lo espectacular (la grabación de una pelea
entre osos, que deja en mantillas las peleas de robots de "Pacific Rim") pasando por lo ridículo (tenía una enorme afán exhibicionista, que le hacia repetir tomas en múltiples ocasiones, o enzarzarse en monólogos dignos del telepredicador más enloquecido). Hay momentos en los que uno se plantea casi si esto no será un mockmumentary y apareceran Borat o Brüno en mitad de alguna escena (a lo que también ayuda que yo lo viera en versión doblada y que el doblador elegido para incorporar a Treadwell sea Luis Posada, el que normalmente pone voz a Jim Carrey). Pero no. Todo es verdad.
entre osos, que deja en mantillas las peleas de robots de "Pacific Rim") pasando por lo ridículo (tenía una enorme afán exhibicionista, que le hacia repetir tomas en múltiples ocasiones, o enzarzarse en monólogos dignos del telepredicador más enloquecido). Hay momentos en los que uno se plantea casi si esto no será un mockmumentary y apareceran Borat o Brüno en mitad de alguna escena (a lo que también ayuda que yo lo viera en versión doblada y que el doblador elegido para incorporar a Treadwell sea Luis Posada, el que normalmente pone voz a Jim Carrey). Pero no. Todo es verdad.
La reconstrucción que Herzog hace
de su personalidad y de su estilo de vida gracias a las citadas grabaciones y a
testimonios de familia y gente que trató con él, es simplemente fascinante. El director toma el papel de narrador, pero a pesar de que ello le lleva a entrar en contacto con los seres queridos, es capaz de mantener un distanciamiento sobre lo peligrosa e inconsciente que era la actitud de aquel hombre. Pero no solo él parece estar pasado de rosca, otras de los que aparecen en el documental, como el doctor que realizó la autopsia (otro momento Borat: hay que verlo para creerlo) o el sheriff (atentos a cuando hace entrega de un reloj de Timothy Treadwell que resistió el ataque a una amiga de este) también son pare echarles de comer aparte... A pesar de esta mirada, el realizador consigue que la historia de este pobre desequilibrado resulte por momentos emotiva.
Uno de los mejores documentales que he visto en mucho tiempo y una manera genial de acercarse a Herzog. Seguramente seguiré recuperando películas de este hombre.
Uno de los mejores documentales que he visto en mucho tiempo y una manera genial de acercarse a Herzog. Seguramente seguiré recuperando películas de este hombre.
Hace tiempo que la tengo en el punto de mira, desde que oí la historia de este pobre hombre, y ahora con más ganas después de tu reseña....
ResponderEliminarUn saludo!
Pues una experiencia de lo más curiosa, así que no la dejes esperar más. Aquí estaremos esperando tu parecer si te apetece reflejarlo.
EliminarSaludos!!!