martes, 21 de enero de 2014

La mundanidad romana


Gep Gambardella (impresionante Toni Servillo) es un escritor que, cuarenta años después de escribir su único libro "El aparato humano", del que aun se sigue hablando, se dedica unicamente a escribir articulos por encargo que le permiten llevar su cómodo y elevado nivel de vida y seguir siendo la persona que todos quieren en las mejores fiestas de Roma. Sin embargo, tras celebrar su 65 cumpleaños, se da a la fuga de su propia fiesta y se dedica a vagar por la ciudad haciendo lo que lleva toda su vida haciendo: buscar la belleza.

La verdad es que ha sido una experiencia curiosa esta "La gran belleza". Cuando la vi en el cine hace unos días, me gustó, y algunos momentos me parecieron francamente brillantes, pero también tengo que reconocer que me parecieron excesivas las alabanzas que ha recibido. Sin embargo ahora que he dejado que transcurran unos días, cuando vuelvo a pensar en ella, me encuentro sonriendo. Y eso es algo que nunca puede ser malo.

Ya la cita con la que da inicio la película, sacada de "Viaje al fin de la noche" de Louis-Ferdinand Celine, es toda una declaración de principios de por donde van a ir los tiros. Al igual que el libro, se trata de una estructura más episódica que narrativa, guiada por un protagonista (que deviene más bien en un observador...) desde cuyo punto de vista descarnado y brillante vamos siguiendo lo que acontece. Si uno va buscando una trama típica con inicio, nudo y desenlace se sentirá defraudado y no entrará en la película. Pero si uno se deja llevar por la envolvente puesta en escena y los brillantes diálogos de Sorrentino, se convierte en una grata experiencia. Y como queda claro viendo el trailer y las fotos que acompañan la entrada, Fellinni y su "La dolce vita" también están en la recamara, pero no asustarse, que esta propuesta es bastante más accesible que la epopeya de Marcelo...

Como ya anuncia el título, el protagonista tiene el don de saber encontrar la belleza. Puede verla en los pechos de un stripper madura, en un coro de niños en una iglesia, en el olor de las casas de los viejos, en una escultura, en el rostro de una monja de 103 años o en una bandada de flamencos a mitad de su regreso desde África. En todos estos sitios está. Y Sorrentino sabe muy bien como mostrarla con imagenes que se quedan grabadas en la retina. Pero también sabe que esa belleza es imposible de agarrar. Dura solo un instante y al poco se desvanece o muta en algo vulgar o vacio. Empujado por la imposibilidad de lograr retenerla para siempre, el protagonista parece vagabundear por la ciudad persiguiendola, sin atarse a nada ni a nadie ni emocional ni economicamente. Por desgracía, unido a este don también va la maldición de ser consciente de todo lo aburrido, hortera y superficial que hay en el mundo. Como queda claro en la secuencia de la fiesta, la segunda de la película, en la que el protagonista queda abstraido de lo que le rodea mediante un estupendo uso de la cámara lenta para aclararnos que esa fiesta, con todo su sensualidad y su desenfreno, no le dice nada.

Y esto también se aplica al paisaje humano de la película. El realizador logra una cinta que desmenuza sin compasión a la burguesía romana, sin obviar ninguno de sus excesos, miserias y vicios... Hay diálogos y secuencias totalmente demoledores, como el monologo que se marca Jep en la terraza para bajarle los humos a una amiga que presume de su conciencia ciudadana, la secuencia del botox (que por momentos parece un homenaje al "Brazil" de Terry Gilliam), la absurda performance a los pies del acueducto, o la condescendencia con la que se filman las fiestas a lo largo de la cinta. Pero a la par, logra que uno sienta hasta cierta compasión por ellos y su entrañable decadencia. Como tan bien queda representado en la escena del funeral, toda su vida es una pantomima, pero al final la pantomima está tan bien hecha, que resulta imposible dejarse llevar por ella y no emocionarse.


Una gran película. Que descoloca, pero que deja buen sabor de boca y va mejorando con el paso de los días. Y además logró que me quedara en la butaca hasta que acabarán el bellísimo travelling sobre el que se nos muestran los créditos, en el que la cámara vuela sobre el Tiber, como si los ojos de Gep siguieran buscando la belleza...


8 comentarios:

  1. A mi también me ha gustado y como dices que más 'fácil' de ver que La dolce vita (o por lo menos para mi así ha sido).
    Reflejo de ese parte de la sociedad más snob que tristemente existe que viven de fiesta en fiesta a cual más excéntrica y como bien dices esa réplica de Gambardella en la terraza es magistral y no sólo por el texto sino por el buen trabajo de Toni Servillo.
    Bellas imágenes y buena banda sonora.
    Saludos.

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    1. Ese monologo que comentas te deja con la respiración entrecortada. Y esto un ejercicio de humildad por parte del personaje de Servillo ante ese ataque de dignidad cívica que tiene su amigo. Me encantó, y puso en boca muchas cosas que yo odio de cierta burguesía progre que tanto abunda en nuestro país.
      Muy cierto lo de la banda sonora, aunque no lo comento ne la entrada.
      Saludos y gracias por colaborar.

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  2. Suena interesante... Creo que desde "La Vida es Bella" y un ciclo que me armé de Nanni Moretti (siempre me encantó) no he vuelto a ver cine italiano.
    ¿Es un estreno o ya está en DVD? Lo digo porque aquí a veces no llega todo el cine que uno quisiera, excepto el yankee, claro está. Y ya me dieron ganas de verla al leer tu reseña.
    Por cierto, Fellini no es tan arduo, a mi parecer. Un abrazo.

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    1. La verdad es que yo nunca he sido mucho de cine italiano. He visto cosas de Argento, Bava y pocas cosas más. No he visto nada de Moretti y poco de Fellini. Leone es una de mis directores favoritos de todos los tiempos, pero poco más.
      Esta película está ahora en los cines por aquí, y es bastante probable que gane el Oscar a película extranjera, así que me imagino que de una manera y otra llegará a todos los sitios.
      Y eso de que Fellini no es tan arduo... Yo me meto mucho más en las películas del maestro Buñuel...
      Ya contarás si la ves.
      Un abrazo

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  3. León, buena reseña como todas las que haces. Tengo muchísimas ganas de verla. Cuando la vea, te cuento.

    Un abrazo!

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    1. Me alegro de que te guste la reseña. Espero tu comentario aquí si te animas a ver la película.

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  4. Pues es una de las grandes virtudes de esta película (de muchas grandes películas) y es cómo se ancla a la memoria y no abandona tus pensamientos días después de haberla visto. Me mantuvo en estado de sorpresa de principio a fin y esa es una característica que valoro mucho en una película. "La gran belleza" es la que el director ha buscado intensamente en cada fotograma, y no sólo en la imagen, sino también en una banda sonora (no me refiero a "Mover la colita" y a la de Rafaela Carra, precisamente, ja, ja) que es de las mejores que he escuchado en los últimos tiempos.
    Saludos.

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    1. La verdad es que si es una película de las que dejan poso durante unos días. Aunque la verdad es que no me he planteado revisitarla desde que la vi el pasado año, así que no sé como envejecerá en mi memoria cinéfila.
      Saludos

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