Pues hoy voy a hablar de un serie de tebeos que acabó hace ya 10 años y que terminé de leer hace ya algunos días, pero que sin duda es una gran obra que merece un comentario por aquí "Transmetropolitan" de Warren Ellis y Darick Robertson.
Esta obra esta ambientada en un mundo futurista a medio camino entre "Desafío total" y "Johnny Mnemonic". Su protagonista es Spider Jerusalem, periodista tocapelotas y drogata profesional, que tras dedicarse a vivir de las rentas una temporada perdido en la montaña tras liarla parda con sus artículos, se ve obligado a volver a trabajar a su antiguo periódico en La Ciudad (así con mayúsculas) por falta de dinero. En la ciudad se las tendrá que ver entre otras cosas con razas mutantes, políticos cibernéticos, policías sicarios al servicio del poder establecido, y además deberá cumplir los plazos de publicación que le marca su editor. Como ayudantes tendrá a una enorme bailarina de strip-tease reconvertida en su guardaespaldas, y a la sobrina de su editor, con lo que mantendrá una relación repugnancia-odio-atracción.
La serie tiene un envoltorio muy destroyer (solo hay que ver lo que suele comer el protagonista en ocasiones, o que su mascota sea un gato de dos cabezas que fuma...), aunque las cosas de las que habla, como casi siempre en la buena ciencia-ficción, nos son mucho (muchísimo) más cercanas de lo que parece: que la democracia es en muchas ocasiones menos "demo" de lo que pensamos, el poder de las multinacionales, el olvido de los más desprotegidos por parte de las autoridades.
La labor de Ellis, es estupenda como es habitual en él, con ideas tremendamente originales y diálogos muy ingeniosos. Llama la atención como, cuando es necesario, varía el tono de la serie, capaz de pasar de tramas conspiranoicas delirantes, a capítulos intimistas y emotivos que repasan la vida del protagonistas, pasando por números que son auténticos reportajes periodísticos que hacen un reflejo de la vida de La Ciudad (que, por supuesto podría ser cualquier gran urbe de nuestros días).
La labor de Darick Robertson es más discutible. Este hombre venía de dibujar entre otras cosas "Los nuevos guerreros", y sustituiciones de relleno en series varias de Marvel y DC, y aunque alguno de ellos habían caido en mis manos, ninguno llamó la atención, quedando en general para mí dentro de la categoría de dibujantes mediocres. Con esta serie, la verdad es que si que cambia mi opinión sobre él, demostrando que es capaz de hacer cosas bastante interesantes. Hay secuencias que llaman la atención, como el tiroteo llevado a cabo por el sicario invisible y la posterior persecución desde el helicoptero, o todo el capitulo en el que Spider Jerusalem es entrevistado, en el cual mediante encuadres forzados lo hace pequeñito, haciendolo coincidir con momentos en los que narra su niñez, quedando unas secuencias muy sugerentes. También es cierto que en otros momentos (probablemente acuciado por los plazos de entrega, ya que esta serie nunca faltó a su cita mensual en los tiendas, algo de agradecer en estos tiempos...) le quedan dibujos más apresurados y escenas mucho más convencionales. Además le hace un flaco favor que en la mayoría de las entregas encontremos a portadistas como Geoff Darrow, Frank Quitely, John Cassaday, J.G. Jones, o el malogrado Moebius, y al compararlos, claro, el trabajo de Robertson desmerece. Da vertigo pensar lo que podría haber realizado cualquiera de estos de haberse encargado de dibujar la serie. Aunque claro, conociendo la lentitud que se gastan, aun iríamos por el número 30 o así...
Una serie muy recomendable para todos aquellos a los que le guste la ciencia ficción, o las historias con más de una lectura.
De postre, un video de The Libertines, grupo que demuestra, al igual que el personaje de Spider Jerusalem, que una vida personal caotica y escandalosa, no esta reñido con que lo que se diga sean verdades como puños, y al igual que la banda, esconde más poesía de lo que podía parecer:
La serie tiene un envoltorio muy destroyer (solo hay que ver lo que suele comer el protagonista en ocasiones, o que su mascota sea un gato de dos cabezas que fuma...), aunque las cosas de las que habla, como casi siempre en la buena ciencia-ficción, nos son mucho (muchísimo) más cercanas de lo que parece: que la democracia es en muchas ocasiones menos "demo" de lo que pensamos, el poder de las multinacionales, el olvido de los más desprotegidos por parte de las autoridades.
La labor de Ellis, es estupenda como es habitual en él, con ideas tremendamente originales y diálogos muy ingeniosos. Llama la atención como, cuando es necesario, varía el tono de la serie, capaz de pasar de tramas conspiranoicas delirantes, a capítulos intimistas y emotivos que repasan la vida del protagonistas, pasando por números que son auténticos reportajes periodísticos que hacen un reflejo de la vida de La Ciudad (que, por supuesto podría ser cualquier gran urbe de nuestros días).
La labor de Darick Robertson es más discutible. Este hombre venía de dibujar entre otras cosas "Los nuevos guerreros", y sustituiciones de relleno en series varias de Marvel y DC, y aunque alguno de ellos habían caido en mis manos, ninguno llamó la atención, quedando en general para mí dentro de la categoría de dibujantes mediocres. Con esta serie, la verdad es que si que cambia mi opinión sobre él, demostrando que es capaz de hacer cosas bastante interesantes. Hay secuencias que llaman la atención, como el tiroteo llevado a cabo por el sicario invisible y la posterior persecución desde el helicoptero, o todo el capitulo en el que Spider Jerusalem es entrevistado, en el cual mediante encuadres forzados lo hace pequeñito, haciendolo coincidir con momentos en los que narra su niñez, quedando unas secuencias muy sugerentes. También es cierto que en otros momentos (probablemente acuciado por los plazos de entrega, ya que esta serie nunca faltó a su cita mensual en los tiendas, algo de agradecer en estos tiempos...) le quedan dibujos más apresurados y escenas mucho más convencionales. Además le hace un flaco favor que en la mayoría de las entregas encontremos a portadistas como Geoff Darrow, Frank Quitely, John Cassaday, J.G. Jones, o el malogrado Moebius, y al compararlos, claro, el trabajo de Robertson desmerece. Da vertigo pensar lo que podría haber realizado cualquiera de estos de haberse encargado de dibujar la serie. Aunque claro, conociendo la lentitud que se gastan, aun iríamos por el número 30 o así...
Una serie muy recomendable para todos aquellos a los que le guste la ciencia ficción, o las historias con más de una lectura.
De postre, un video de The Libertines, grupo que demuestra, al igual que el personaje de Spider Jerusalem, que una vida personal caotica y escandalosa, no esta reñido con que lo que se diga sean verdades como puños, y al igual que la banda, esconde más poesía de lo que podía parecer:
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