domingo, 22 de noviembre de 2015

Todos somos Raphael.


Jose es un hombre de mediana edad en paro que recibe la llamada de una ETT para hacer de figurante en la grabación del programa especial de Nochevieja sustituyendo in extremis a un figurante que ha sufrido un accidente laboral casi mortal. La actuación estrella del programa es la de Alphonso, una de las mayores estrellas de la canción española, de más de 50 años de carrera. Pero lo que parece un trabajo fácil para sacarse algo de dinero, se convertirá en una pesadilla.

No contaba con que esta película se hubiera estrenado este año, porque sino habría estado sin duda entre la lista de lo más esperado del año, porque las películas de este hombre son siempre algo que espero con ansiedad.

La cabeza y las películas de Alex de la Iglesia parece estar bullendo ideas continuamente en un maravilloso caos. En ellas encontramos una pasión desmedida por todo tipo de géneros y autores (cinematográficos o no). Así en su cine se pueden encontrar pasadas por su particular prisma revisitaciones o reinvenciones de: "Don Quijote de la Mancha" ("El día de la bestia"); "Las isla del tesoro" (La comunidad); el western ("800 balas"); el thriller hitchcokiano ("Crimen ferpecto"); la muerte de Gwen Stacy ("Balada triste de trompeta")... En este caso, de la Iglesia ha realizado su particular interpretación de "Star Wars", con un villano que es un heroe (o más bien un ídolo) enloquecido y atraido por el lado oscuro, que viste de negro, duerme en una capsula y habita en una estancia blanca dentro de su particular Estrella de la Muerte, que es el estudio donde se realiza la grabación de un especial de Nochevieja, que para rizar el rizo se haya rodeado por rebeldes (huelguistas que luchan para evitar sus despido por parte de la cadena) que pretenden invadirlo y acabar con su tiranía. Pero lejos de quedarse en eso, el bilbaíno convierte la película en un circo de multiples pistas, llena de subtramas: EREs ilegales pactados con el político de turno;  problemas familiares; competitividad llevada al paroxismo; crisis económica y desempleo; la divergencia entre la imagen que proyectan los ídolos de nuestra sociedad y su auténtica personalidad... Todo ello con un tono entre Kitsch y grotesco, y como no podía ser de otra manera viniendo de quien viene, bañado con mucho ritmo y humor.



La película avanza como un torbellino, y es que ya desde el principio se le impone un cierto tono musical al producto, con cuatro números musicales, que el realizador se da el gusto de rodar en todo su esplendor, que sirven de hito para el paso de un tramo a otro de la historia. Otra cinta que viene a a la cabeza el "Eva al desnudo" sobre las bambalinas del mundo del espectáculo, pero el acercamiento que se hace al tema es más cercano al que hizo mi adorado Verhoeven en la en su día vilipendiada pero reivindicable "Showgirls": si el holandés no se cortó un pelo al mostrar la zafiedad de Las Vegas y por extensión de la sociedad norteamericana, de la Iglesia llena su trama de delirantes representantes de las sociedad ibérica contemporanea. Así entre la fauna de la película hay cantantes cuasi-oligofrénicos de electro-latino ("el mismo género que hace Enrique Iglesias pero más guarro" en palabras del personaje, que, además, ejecuta una descacharrante variación de "Torero" de Chayanne...) incapaces de tener cerrada la bragueta; chonis a la caza del semen de un famoso (via tradicional o via Boris Becker) para quedarse embarazadas y extorsionarlo; figurantes que son toda una institución en la grabación de especiales de Nochevieja tras más de 40 años haciendolo; ancianas demenciadas; empresarios estafadores; buenos hombres convertidos en guiñapos pusilanimes; y el epicentro de todo, Alphonso,  la estrella de la canción española (probablemente) más exitosa de todos los tiempos y persona con la que todas las tramas, de una manera u otra, están conectadas...



Habrá gente a la que no le guste de la Iglesia (por si no se ha notado, a mí me encanta con todas sus imperfecciones...), pero lo que nadie puede negar es que objetivamente se trata del realizador español que mejor rueda. Él es uno de los responsables, junto con Amenabar, de demostrar a una generación (la mía principalmente) que aquí se puede rodar igual que en cualquier lugar del mundo si se le echan arrestos y energía. Y de energía anda el director sobrado en esta película. Veanse sino excelentes planos secuencias como aquel en el que el personaje interpretado por Pepón Nieto atraviesa todo el backstage hasta llegar a su mesa, que
describe a la perfección el ambiente que hay en el estudio; o la persecución que sucede en la tramoya, que ya es todo una seña de identidad en el realizador, que siempre que puede acaba sus películas en las alturas. Y no es esta la única idea recurrente en su filmografía que aparece en "Mi gran noche": ahí están la alegría fingida (o incluso obligada) que oculta una tremenda negrura en su interior, que era el motor de "Muertos de risa" y "Balada triste de trompeta"; y el programa televisivo de fin de año representado como momento de catarsis nacional, que también era también la base de "Muertos de risa".

Lo que si que tengo que reconocer es que, de la Iglesia tiene un problema con los finales de la mayoría de sus películas. Quizás es por la imposibilidad de dar un colofón a la altura de todo lo que ha planteado, quizás sea por querer introducir demasiadas ideas. Con todo, este, sin ser su mejor final, no cae en las fallidas conclusiones de  sus tres últimas propuestas "Balada triste de trompeta", "La chispa de la vida" o "Las brujas de Zugarramurdi". Si que peca un poco de ser demasiado amable con lo planteado hasta ese momento. ¿Una imposición de Raphael para suavizar la grotesca imagen de Alphonso? ¿Un giro hacia el optimismo de de la Iglesia, que desde "800 balas" se venía decantando por los finales pesimistas? Imposible saberlo, pero de cualquier manera no logra deslucir el conjunto. En gran parte por la más que correcta labor de todos los actores. Porque a pesar de que lo que más llama la atención en este hombre es su humor y su manera de rodar, se suele pasar por alto lo audaz que ha sido al elegir los repartos de sus películas (el fue pionero en mezclar actores de distintas generaciones, una práctica muy frecuente hoy en dia) y el buen partido que es capaz de sacarle a todos ellos.

Bueno, a pesar de que soy consciente de lo mucho que se me ha visto el plumero, creo que se trata de una de las mejores películas de este hombre, y de una película divertidísima. Yo la vi con la sala llena porque era la fiesta del cine y las carcajadas fueron muchas y abundantes.Y eso no es poco.
Como bonus track, además del trailer dejo la curiosa canción que Bunbury le compuso a Raphael, cantada a duo por ambos. Toda una curiosidad.




4 comentarios:

  1. Una película divertida y con reparto televisivo, ahí está la plana mayor de "Aida", "La que se avecina" y "Gym Tónic". Areces está estupendo y me divirtió mucho la escena en que se muestra a Raphael en su camarino sonando la conocida musiquilla de Darth Vader. Tampoco me convence mucho el final algo atropellado y me pareció poco creible que Terele Pávez se largara con Rapahael. Ya digo: divertida pero no es lo mejor de ese director del que también soy fan.
    Saludos!
    Borgo.

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    1. Esta bien que coincidamos. El final, como casi siempre a este hombre, se le va un poco de las manos, pero lo que ha pasado hasta el es tan divertido y brillante que se le perdona. En cuanto al lugar que ocupa en el ranking director, aunque no sea lo mejor, yo si que la metería entre las más redondas.
      Saludos

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  2. A mí también me gusta mucho el cine de De la Iglesia, por cierto, mucho más estimulante que el de Amenábar (industrialmente correcto pero en ocasiones, tan plúmbeo y poco arriesgado que le acerca más a Garci). Sin embargo, nuestro hombre Alex arrastra algunos problemas que, a lo que parece, no ha logrado superar (sus tres últimas películas así lo demuestran) como son la estructura de sus guiones, su escaso pulido y como consecuencia, su inacabada redondez que se manifiesta de manera sangrante -como apuntas- en esos decepcionantes desenlaces que acaban echando por tierra la potencia inicial del discurso.
    No obstante, lo que me fascina e impresiona es la capacidad de este director para crear un espacio escénico de enorme fuerza en su imaginativa y (no siempre) controlada desmesura, una narrativa de gran efecto en su brillantez y que en este caso (con personajes que chirrían y repelen) está al servicio de una supuesta e incomodante denuncia en clave esperpéntica de la degeneración del “específico televisivo” mezclada con un cúmulo de elementos extraídos de la coyuntura actual lo que impide que el dibujo de personajes y situaciones pudieran tener un desarrollo adecuado, quedando al final en meros apuntes o caricaturas facilonas (incluidos algunos chistes). Así, es de lamentar que la utilización autoparódica de Raphael -que comienza muy bien- luego se diluya y desparrame sin efecto.
    Como en otros films del autor, en éste tampoco faltan un gran climax final y las acostumbradas referencias hitchcockianas entre las que se encuentra lo que ya es una marca de fábrica en sus películas: el vértigo de las alturas. Pero en "MI GRAN NOCHE", como decíamos, todo el tinglado se viene abajo (literalmente) en esos embarullados veinte últimos minutos en los que, entre fuegos de artificio y palos de ciego, se sale de la sala con la impresión de que el autor de “LA COMUNIDAD”, víctima una vez más de su furia narrativa, ha vuelto a perder otra gran oportunidad de dar en la diana.
    A los fans de su cine, sólo nos resta esperar su siguiente película. Y antes de cerrar este breve comentario, aprovecho para confesar mi predilección por dos títulos de su filmografía que a día de hoy continúan siendo “EL DÍA DE LA BESTIA” y “PERDITA DURANGO”.
    Un saludo.

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    1. ¡Veo que los delaiglesistas somos legión! JEJEJE Además de un comentario me has dejado una reseña, lo que es muy de agradecer.
      La representación oscura de Raphael si que empieza muy fuerte, para diluirse un poco. Como comento, no sé si será porque el propio cantante le hizo rebajar el tono a condición de participar, o bien de la Iglesia lleva al límite el paralelismo con Star Wars redimiendo al villano.
      En cuanto al guión, sus finales casi siempre pecan de atropellados y un tanto increibles, incapaces de igualar la fuerza de lo previo, pero yo no considero que sea un mal guionista. Sobre todo cuando trabaja junto con Guerricaechevarria, como demostró "Balada..." que escribió en solitario el director y es quizás su trabajo más descompensado. En cambio, si que lo considero un dialoguista brillante, y no solo en los chistes y no solo por los chistes (que a mí tengo que reconocer que casi siempre me encantan) sino por como hace que crezcan los matices de los personajes.
      Y en cuanto a que el esperpento sea demasiado grotesco y carezca de mordiente... Si uno tiene la mala suerte de encontrarse con un programa como "Salvame" cuando hace zapping, se pueden ver cosas igual de grotescas: ahora mismo me viene a la mente una camarera de una discoteca de Madrid, que, previo pago de un dinero que ella decía que iba a gastarse en aumentar sus pechos con silicona ¿? se sometió a un poligrafo ¿¿?? para confirmar que habia mantenido con Paquirrín, mientras este estaba a punto de ser padre de su segundo hijo ¿¿¿???, un encuentro sexual con sodomía incluida ¿¿¿¿???? Ni en su película más alocada se hubiera atrevido de la Iglesia a escribir esto...
      En cuanto a sus mejores películas, coincido contigo que quizás las más redondas sean, como bien comentas "El día de la bestia" y "Perdita Durango", pero yo no pondría a esta lejos de ellas.
      Salduos y gracias por dejar un comentario tan extenso. Se agredece que la gente deje comentarios en los que desarrolle opiniones, y no meros comenarios "por cumplir.

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