miércoles, 17 de diciembre de 2014

Los chavales del jaco

Renton, Sick Boy, Spud, Tommy y Begbie, los futuros protagonistas de "Trainspotting", tienen unos 20 años en el Edimburgo de mediados de los 80. Dejados de lado por las políticas de la Thatcher, la mayoría de ellos acabaran enganchados a la heroina.

Ultimamente estoy volviendo mucho a Irvine Welsh, si hace poco salía por aquí la adaptación de su novela "Escoria", hoy hablo de su última novela.Casi diez años después de darle continuación (la estupenda "Porno") a la novela que le dio la fama "Trainspotting", Irvine Welsh regresa con este "Skagboys" a sus personajes fetiche, y al que seguramente sea su alter ego, Mark Renton para describir los hechos que echaron a perder a la mayoría de sus compañeros de generación. Vamos lo que se ha dado en llamar, una precuela...
Con los años Welsh se ha ido depurando mucho como narrador, dejando de la lado la narrativa sincopada que tenían sus primeros trabajos, que venían a ser casi una concatenación de anécdotas vividas por los mismos personajes. Ahora se nota que el autor tiene claro desde el principio hasta donde quiere llegar, y eso le da una narrativa más medida y cohesionada.

Este cambio narrativo, que ya se iba viendo en parte en "Las pesadillas de Marabú" y "Escoria", se hizo tangible en la excepcional "Cola", que vendría a ser una novela bisagra en su carrera, acometiendo a partir de ahí novelas más ambiciosas en duración y narrativa. Welsh a devenido en una suerte de Dickens del siglo XXI, que retrata con una certera mirada entre irónica, tierna y descarnada la sociedad contemporanea. Su prosa rica, con un genial manejo de todo tipo de registros y sus agudas referencias a la cultura popular del momento, lo convierte en un gran cronista. Y al igual qir el maestro Dickens, es muy difícil no dejarse arrastrar por su escritura y acabarse sus novelas en un suspiro.

A la par que ha ido mejorando su escritura, el escritor ha ido dejando atrás esos escenas brutales que tan frecuentes eran en sus primeras obras. Habrá alguno que eche esto de menos, y que acuse al escocés de haber perdido espontaneidad y haberse aburguesado, y aunque si que ha pedido algo de frescura y sobre todo de humor, yo lo veo como un avance. En esta novela, aunque los exabruptos son menores, hay secuencias que ponen la piel de gallina, como aquella en la que una adolescente acuciada por el mono y su chulo, llega a acostarse con el hombre que mató a su padre por dinero. O la secuencia de sexo salvaje y totalmente amarga que se produce entre Renton y otra mujer, un ejercicio de autocastigo brutal que define de manera perfecta el desasosiego y nihilismo del protagonista...

Volviendo con el tema del humor, como ya he comentado, en este obra hay bastante menos, pero es que toda la novela está presidido por un tono melancólico y triste. En parte quizás sea deba por lo que esta novela tiene de autobiográfica, lo que seguramente haya hecho que muchas vivencias y recuerdos de amigos fallecidos a causa de la epidemia del SIDA y me imagino que ese tema le habrá dejado pocas ganas de bromear.Y por otra parte está el hecho de que al conocer el destino fatídico que van a tener algunos de los personajes, que hace que el lector tenga la sensación de estar presenciando un accidente a cámara lenta: por momentos se siente cierta angustia por lo que a los personajes les espera a la vuelta de la esquina...

Pero no solo habla de la adicción al caballo, sino que también refleja muy bien el desmembramiento del sistema social que llevo a cabo la Thatcher, con esas represiones brutales de las huelgas, y la sensación de desamparo que eso genero en los jóvenes de aquella generación.

Una buena novela, triste y amarga, pero que da voz a uno de los peores dramas que hubo en la Europa de los 80, la adicción masiva de la heroina. Un buen regalo para fechas venideras. Para cerrar, una canción mítica de "La polla records" que a buen seguro le hubiera encantado al Mark Renton de 20 años. Y al de 40 también...



2 comentarios:

  1. Ya lo tuve en mis manos en una librería y el que sí que no se quedo en no, al menos de momento. Al final será que sí, ya verás.
    Saludos.

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    1. Pues que llegue a tus manos, que si te gusta Welsh lo vas a disfrutar mucho.
      Saludos

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