Más de 20 años después de huir a Amsterdam dejando a sus amigos en la estacada y quedandose todo el botin logrado en un chanchullo, Renton decide regresar a su Edimburgo natal para intentar retomar su vida y recuperar a su gente.
Sorprendentemente, "T2: Trainspotting" esta pasando enormemente desapercibida, y es una pena, porque estamos sin duda antes una de las películas del año: una vacuna en toda regla contra tanta secuela tardía nacida a hombros de la nostalgia. Si alguien esperaba una reunión de amigos del instituto reencontrados via Facebook, plagada de buen rollo y alegría por reencontrarse, que se prepare para un guantazo en toda regla. Lo que han parido Danny Boyle, Irvine Welsh y compañía es una reflexión bastante desmitificadora sobre la nostalgia y el peligro de querer recuperar el tiempo pasado.


En los tiempos de recuperación de ¿glorias? pasadas que vivimos, es elogiable haber presentado esta película, que dinamita esta tendencia desde dentro. Cierto es que los 20 años que han pasado no les han hecho ningún favor a ninguno de los personajes: solo han hecho que confirmar que ese futuro sin expectativas que les empujó a engancharse al caballo, se ha cumplido de la peor manera posible. La heroina les quitó muchas cosas: hijos, amigos, madres, juventud... pero por lo menos les exigía implicación y fidelidad (el "auténtico y sincero enganche a la heroina" del que hablaban en la película original...). En el mundo actual, lo que te mantiene narcotizado y te hace alejarte de lo importante, te atrapa sin que te des cuenta y encima te sientes agradecido por ello y lo compartes en las redes sociales. Esto queda muy bien reflejado en dos momentos. El primero de ellos es el regreso de Renton a Edimburgo después de dos decadas. El protagonista observa con mirada alucinada desde el tranvía lo lejos queda la ciudad húmeda y grisacea en la que vivió su drogadicción; ahora todo esta pasteurizado e invadido por franquicias que homogeneizan todas las urbes del planeta. Y el otro es el monologo de "Elige vida/Choose life". Lo que en principio podía haber sido un peaje a pagar (a fín de cuentas se trata de uno de los momentos más famosos de la película original, reproducido hasta la saciedad en todo tipo de medios) por realizar esta secuela, se torna en algo muy distinto. Y es que no solo aclaran que la frase es una broma que Renton y Sick Boy adoptaron como mofa a una campaña antidrogas ochentera(un apunte malvado: las imágenes que sirven para rememorar esa campaña en la película muestran el eslogan en una camiseta vestida por el recientemente malogrado George Michael, que tuvo muchos problemas con las drogas...), sino que ya inmersos en el siglo XXI, la nueva letanía es una plasmación de los terrores consumistas/idioitizantes que preludiaba el de la película anterior.
Pese a todo, el hecho del que el presente sea una mierda, contrariamente a lo que tendemos a creer los seres humanos, no hace que el pasado sea mejor. De hecho la nostalgia del pasado es mostrada en la película como una losa que pesa sobre los personajes, casi como una maldición. Si algo impide que los personajes crezcan y avances, es ese afán por vivir en lo pretérito y negarse a evolucionar: el que Sick Boy sea el dueño del pub en el que pasaron su vida adolescente; el que Begbie continue empeñado en ser un delincuente con tendencias psicopáticas; la inquebrantable adicción al caballo de Spud; o el vacío que siente Renton tras el fracaso de su proyecto de vida en Londres. La adicción al pasado, de hecho, les hace más daño que la de las drogas: ahí está el hecho de que dos de los personajes se inyecten heroína en un momento dado sin mayores repercusiones... Pero no son ellos los únicos adictos a la nostalgia: hay está la terrorífica (y terriblemente realista: he visto algunas por aquellas tierras...) fiesta revival: hombres y mujeres de más de 30 años vestidas con uniforme colegial por aquello del morbo teen, y la música de baile ochentera y noventera como coartada para follar, emborracharse y drogarse sin miramientos.


River" de Clint Eastwood.
Por cierto, por si alguien se lo pregunta, ya no sé casi nada del amigo con el que fui a ver la película, pero creo que tiene dos criaturas y está separado. Yo soy padre de una niña (y otra que viene) y tengo mucho menos pelo que entonces. Y los cines en la que la vimos hace más de 15 años que no existen. Esta la vi con mi querida hermana en los multicines de un centro comercial. Choose life.