A principios de este siglo, el equipo de investigación de un periodico de Boston, destapó una trama de abusos infantiles por parte del clero de la ciudad, que fue un escandalo a nivel mundial, y que a día de hoy sigue teniendo repercusiones en la Iglesia. Esta película narra el proceso que siguió dicha investigación.

Apoyada en un guión bien armado y con buenos diálogos, y defendida por unos interpretes más que competentes, entre los que destacan los siempre estupendos Michael Keaton y Stanley Tucci, la película persigue el sello de qualité y la colección de premios, algo que para mi sorpresa (porque me tocó pagar...), logró. Como haría un buen periodista confía en el poder de la palabra, no recurriendo a flashbacks explicativos, sino unicamente al poder de la narración para generar tensión y sentimientos, como las excelentes secuencias en las que victimas de abusos infantiles lo narran. Uno de ellos tiene serios problemas para manejar su ansiedad
y presenta una actitud nerviosa, y otro muestra cicatrices de pinchazos que hacen pensar en una adicción a la heroína, sin que mencione directamente. Y es de agradecer que el guión no se vaya por las ramas con tramas que expliquen la vida personal de los distintos periodistas del grupo: de su vida personal solo vemos aquello que se ve influido por la labor de investigación que están realizando, y cuando los personajes hablan de asuntos personales, no trasciende lo que todos podemos compartir con nuestros compañeros de trabajo. Todo un acierto, y un acto de valentía por parte de los guionistas, que han confiado en que la historia narrada se basta para emocionar e interesar.
y presenta una actitud nerviosa, y otro muestra cicatrices de pinchazos que hacen pensar en una adicción a la heroína, sin que mencione directamente. Y es de agradecer que el guión no se vaya por las ramas con tramas que expliquen la vida personal de los distintos periodistas del grupo: de su vida personal solo vemos aquello que se ve influido por la labor de investigación que están realizando, y cuando los personajes hablan de asuntos personales, no trasciende lo que todos podemos compartir con nuestros compañeros de trabajo. Todo un acierto, y un acto de valentía por parte de los guionistas, que han confiado en que la historia narrada se basta para emocionar e interesar.
Siguiendo con esta tónica de sobriedad, la realización se pliega al guión y a los actores, dejando que estos sean los que marquen el tono de la película, sin en caer en virtuosismos a ningún nivel visual (como si que pasaba con "Todos los hombres del presidente", un claro referente para este "Spotlight". Aun así, esto no quita para que tenga interesantes apuntes de puesta en escena como esa siluetas de torres de iglesias que, como si fuera de manera casual, se yerguen como amenazas o mudos observadores, sobre los periodistas mientras indagan en el caso: un buen reflejo de como la ciudad de Boston se encuentra, aunque sea de manera velada, siempre a la sombra del catolicismo. Y ya que he nombrado la película de Pakula, es imposible que no venga a la mente cuando se producen las conversaciones telefónicas con el "garganta profunda" particular de esta investigación, un sacerdote que se dedicó a hacer psicoterapia a otros miembros del clero, que hace revelaciones espeluznantes, y lo que es peor, totalmente certeras.

De todos modos, una película interesante y reveladora. Y aunque no fuera la mejor, una digna ganadora del Oscar a mejor película. Ojala todos los años la ganadora tuviera como mínimo este nivel.