lunes, 27 de abril de 2020

Cien en random (XIV): "El discreto encanto de la burguesía"

Siguiendo con la disponibilidad de tiempo que presta el confinamiento, sigo con la tónica de ver películas que, por un motivo y otro tenía pendientes. En este caso le ha tocado a la película que le reportó el Oscar a Buñuel (ocasión que el de Calanda no desperdició para escandalizar y quedarse con toda la prensa norteamericana):"El discreto encanto de la burguesía".

La película cuenta la sucesión de problemas que se le van planteando a un grupo de gente de la alta burguesía parisina que intenta una y otra de vez de manera infructuosa llevar a cabo una cena. Y eso sería todo, pero tratandose de este director, siempre va a haber más que la premisa de partida.

Porque aquí está Buñuel de nuevo lidiando con el tema que preside en última instancia todo su cine: la frustación humana en general, y de la burguesía en particular. Pero en esta ocasión lo hace llevando al máximo el retorcido sentido del humor que siempre impregnaba sus películas, para acabar convirtiendose en una comedia (por lo menos yo me descubrí carcajeandome varias veces, y mira que la vi solo,  y eso no me pasó ni una sola vez viendo "La fiera de mi niña", que también la recuperé hace poco...). La comicidad en este
caso nace del absurdo que preside toda la cinta: resulta literalmente imposible adivinar que te vas a encontrar en el minuto siguiente de la película, con una sucesión situaciones a cual más delirante: un restaurante en el que se está celebrando un velatorio, pero que pese a ello sigue sirviendo cenas, aunque a los clientes les termina por dar aprensión y se marchan; una pareja de adinerados burgueses dueños de una inmensa casa de campo, que para tener sexo sin ser molestados tienen que irse a escondidas al jardín; un grupo de damas burguesas que no consiguen que en una cafetería les sirvan ni té, ni café, ni chocolate, ni infusiones, ¡¡ni agua!!; o ese obispo que ansía ser unicamente un jardinero; o la descacharrante aparición del ejército... Todo ello envuelto en sueños dentro de sueños, salidas de tono, derivaciones narrativas arbitrarias que no parecen llevar a ninguna parte, rupturas abruptas del espacio y el tiempo, fantasmas...

Sin embargo, la gran capacidad narrativa de Buñuel, que fue capaz de hace comprensibles (porque lo
son y con esto no quiero tirarme el rollo de listillo...) hasta a sus cortometrajes más surrealistas, hace que esas situaciones no se queden en el chascarrillo: las hace verosimiles y hasta cierto punto terroríficas. La gente que conozca los trabajos más crípticos de David Lynch creo que será capaz de entender esto que parece contradictorio. Hasta sus trabajos más alejados de la realidad, son más inteligibles de lo que parece a primera vista (vease esa reflexión sobre el miedo a la paternidad que es "cabeza borradora", o el celebérrimo capítulo octavo de la tercera temporada de "Twin Peaks", que recurre a toda la vanguardia artística de los últimos 100 años, pero que deja claro lo que quería explicar cuando acaba), gracias a que son una narradores consumados. Y si uno se pierde en un momento dado, lo único que hay que hacer es dejarse llevar por lo que te están mostrando, y la propia ficción te reconducirá a donde el autor quiera.

Una lástima que hasta ahora no la hubiera visto porque la he disfrutado mucho. No es quizás mi favorita entre sus películas, pero desde luego tiene dentro mucho cine. Y ahora que estamos con el confinamiento, lo mismo me atrevo a recuperar algún día "El angel exterminador", que viene como anillo al dedo a lo que estamos viviendo.



martes, 21 de abril de 2020

Recuperando clásicos (XVII): "¡Jo, qué noche!"


Pues siguiendo con el aprovechamiento del tiempo para ver películas, e intentando mejorar el regustó amargo que deja la última castaña que comenté en este blog, pues me fui a alguien que pocas veces defrauda: Martin Scorsese. Pero en lugar de volver a una de sus vacas sagradas, me decidí por una película un tanto olvidada de su carrera que hacia unos 20 años que no veía, pese a que en su día recuerdo que me gustó, y que se confirma a día de hoy como una de mis favoritas del maestro: "¡Jo, que noche!" terrible título que recibió en este país en lugar del mucho menos chistoso y más sugerente "After hours".

Paul Hackett es un gris oficinista de una editorial de Manhattan, que una noche de entre semana decide salir a tomar un café. Mientras está tomando café se encuentra con una atractiva muchacha que se muestra sugerente y receptiva a sus lances, y que le cita en casa de una amiga en el Soho. Nuestro protagonista no se lo piensa ante la perspectiva de poder lograr hacer el coito esa noche, y allá que va. A partir de ahí comienza la noche más delirante y peligrosa de la vida de este hombre.

Como ya comentaba en la introducción, esta película está considerada una obra menor de Scorsese, y la gente la despacha como una comedia resultona y poco más. Quizás esto se deba a que esta obra surgió de la frustración que le generó que le paralizaran el rodaje de "La última tentación de Cristo", un proyecto que persiguió durante muchos años, a pocas semanas de iniciarlo. Ante semejante situación, y con unas ganas locas de rodar, al neoyorkino le llegó este guión  cuando el director que se iba a encargar de ella era, curiosamente, Tim Burton. Entre los productores se encontraba el que acabaría siendo el protagonista de la película Griffin Dunne, que está estupendo, por cierto. A Scorsese le gustó, y aunque se tratara de un encargo, decidió hacerlo para sacar toda las ganas de rodar que tenía. Y vaya si las puso. Tanto es así, que llegó a ganar el premio al mejor director en el Festival de Cannes de aquel 1986.

Lo primero que llama la atención es el tono de la película, una combinación de terror y comedia, que no se queda en la estructura típica de este tipo de película dar sustos y luego desengrasarlos con momentos cómicos sino que están intrínsecos al desarrollo de la trama. El cine de Scorsese siempre se ve muy fácil con ese ritmo endiablado que le imprime a muchos de sus trabajos, pero eso no significa que no deje un poso, siempre bastante amargo, en su espectador, al oponernos a nuestros rincones más oscuros. En todas sus obras nos fascina, y por que no, divierte con sus personajes al filo del abismo, pero lo que siembra en nosotros es que eso que les pasa a esos protagonistas con una moralidad, cuando menos, ambigua, es que el espectador nos convertiríamos en uno de ellos si viviéramos esas mismas circunstancias: en el fondo todos tenemos dentro a un Travis Brinckle ("Taxi Driver"), a un Henry Hill ("Uno de los nuestros"), o a un Jordan Belfort ("El lobo de Wall Street", con ese inquietante plano cerca del final en el que vemos a los asistentes al seminario que acaba impartiendo, es decir a nosotros mismos, mirando con embeleso y admiración al protagonista...). Y es por eso que su cine nos marca tanto.


Aquí mientras vamos siguiendo a la retahíla de situaciones pesadillescas (porque la película tiene la misma lógica alucinada y retorcida de las pesadillas) que le suceden al protagonista, vamos viendo que es una víctima, pero desde luego no una inocente, ya que se va mostrando como alguien con muchas más dobleces que los esperables en un anodino oficinista: en la medida de lo posible se va revelando como una persona egoísta y desagradable, que cuando se encuentra a alguien a quien manipulable, no duda en hacerlo para sacar provecho (sexual, económico, o, a partir de un momento dado, lograr simplemente que le den refugio su odisea de pesadilla). Hay un momento que resulta particularmente turbador, en el que el protagonista, tras ver una joven muerta, de primeras empieza acariciar el cadaver con cierto afán de mostrar piedad por la joven, después al ver que está desnuda bajo la sábana que la cubre, sigue mirándola, pero ya no tanto compadeciendose de su situación, como con curiosidad, pero es que al ver el bello cuerpo desnudo de la joven fallecida, lo que detectamos en su actitud es ya ¡excitación sexual! Afortunadamente, algo le interrumpe y no vemos en que podría haber acabado semejante tesitura. Situaciones como está se repiten a lo largo de la película, además casi siempre con las mujeres como objetivo, lo que revela la misoginia latente en el personaje

Antes me refería a lo que sufre el protagonista como odisea, y es que tiene mucho del viaje mitológico de Ulises. En primer lugar la sarta de situaciones límite que vive: le rapan parte de la cabeza, le persigue una turba enloquecida (con clara reminiscencias a Frankestein, puesto que Scorsese no hace ascos a homenajear ningún genero), le engañan, propicia un suicidio, tiene propuestas de se confiesa a un desconocida, presencia varios crímenes, le agreden, se convierte en una obra de arte...  Y claro, los personajes que se encuentra no desemerecen de cíclopes y sirenas del clásico de Homero: vendedoras de helados ambulantes que devienen en implacables cazadoras de delincuentes; artistas sadomasoquistas; ingenuas camareras que devienen en máquinas de rencor; camareros confiados; ancianas artistas que viven en almacenes de pubs; ladrones porromanos; taxistas adictos a la velocidad y al flamenco...Y luego está la estructura circular que presenta la historia, que encuentra su fin en el mismo punto de la partida, y que no detallaré para no arruinar la experiencia a los afortunados que la disfruten por primera vez, pero que le da un cierre y perdón por el chiste, redondo.


Y sería un crimen cerrar la entrada sin reseñar la estupenda labor de Scorsese tras las cámaras. En esta ocasión, consciente del material, llamemoslo con todas las comillas que se quiera, ligero, con el que está tratando, el realizador se vuelca en darle un tono visual juguetón, con la cámara haciendose notar mucho: ese justamente célebre plano subjetivo en el que la cámara toma el punto de vista de las llaves que le han sido lanzadas al protagonista desde un balcón, y cuya realización, al parecer, casi le cuesta la vida Griffin Dunne...; los virtuosos planos con steadycam que cierran y abren la película, a ritmo de Mozart; las secuencias de la discoteca, en la que el director hace uno de sus habituales cameos manejando un foco.... Todo ello excelentemente arropado por la labor del los siempre excelentes Michael Ballhaus en la fotografía, que le da un tono de pesadilla al Soho neoyorkino, y de Thelma Shoemaker, la montadora oficial del Scorsese en el grueso de su carrera, imprimiendo un ritmo perfecto.

He estado a punto de ponerla en el apartado películas para ocasiones, ya que al final lo que muestra la película es lo que te puede pasar si te dedicas a salir de tu casa cuando no toca, pero al final me he contenido.... En fín, i con todo lo que he contado no os han entrado ganas de verla, o revisarla, algo he hecho mal, porque se trata de una de las grandes películas del maestro (y eso que es díficil hacer un ranking con la cantidad de genialidades que este hombre nos ha brindado a lo largo de 50 años...). Así que ya sabéis.

jueves, 16 de abril de 2020

Poco ortodoxa: Buscando su identidad


Me gustaría hablaros de una miniserie que he podido ver estos días en Netflix ( de lo poco que me permiten ver mis retoños...) , su nombre es "Poco ortodoxa" ("Unorthodox" su título original).

De producción alemana se basa en la vida de la escritora Deborah Feldman.
Está protagonizada por la joven actriz Shira Haas (quien está fantástica en su papel ), nacida en Israel en el seno de una familia judía con orígenes  polacos y húngaros, su abuelo fue superviviente del Holocausto Judio en el campo de concentración de Auschwitz.

Y bueno  que decir que la elección de esta actriz no ha sido casual ya que la serie gira en torno a la vida y "no vida" de una joven judia en una comunidad jasidista de Williamsburg ( zona de Brooklyn donde se concentra la comunidad Satmar ).



Shira Haas da vida a Esty, la protagonsita de esta miniserie, es una chica jasidista de unos 19 años que vive dentro de la comunidad Satmar. Esty, como todas las mujeres de esta comunidad debe casarse y tener hijos, ese es su cometido. No tiene formación ni ha vivido nunca experiencias fuera de esa comunidad.

 Su vida como la del resto de miembros de esa comunidad gira en torno a la Torá que marca las normas y las leyes que rigen la comunidad.


Al cumplir la mayoría de edad debe casarse de forma concertada con un chico de la comunidad,por suerte para ella este chico pertenece a una familia adinerada que se dedica al negocio de las joyas. 

Hasta aquí todo normal, mujer jasidista se prepara para casarse (siguiendo un programa especifico para convertirse en buena esposa y satisfacer todas las necesidades de su futuro marido) ,una vez dispuesta y superada las pruebas para ser buena esposa se celebra la boda ( merece la pena ver la serie solo por ver como es una boda jasidista ) , todos contentos, Esty parece feliz, pero en el fondo .. no lo es.

A partir de aquí aparecen  las dudas y la necesidad de buscar su verdadera identidad y su camino en la vida. Esty se llena de valor para escapar de la comunidad y poner rumba a Europa y más en concreto a Berlin. 


Allí vive experiencias nuevas que jamás hubiera imaginado, recupera a su madre e incluso descubre su verdadera vocación. Y  lo que es más importante recupera la autoestima y la seguridad en si misma que tenía anuladas.

Berlín para ella representa la libertad, el dejar atrás una forma de ser para encontrarse con su verdadero yo. 



Una serie que reflexiona sobre la necesidad de encontrarse a uno mismo y lo difícil que resulta a veces, todo ello enmarcado en la cultura judía ultraortodoxa y sus costumbres.

Si tenéis la posibilidad de verla os animo a hacerlo en VOS ya que está rodada en hebreo, alemán e inglés ,merece la pena.



viernes, 10 de abril de 2020

Cine en random (XIII): "Jurassic World. El reino caido"




Bueno, pues aquí estoy, casi ¡¡3 años!! después. Ahí es nada. Empujado por los avatares (profesionales, personales, familiares...) de la vida, me vi obligado a dejar de escribir el blog, y probablemente así hubiera seguido, si esta situación que estamos viviendo no nos hubiera dejado a todos con más tiempo del que nunca hubiéramos imaginado. En este tiempo he visto películas maravillosas, buenas, anodinas, aburridas y horribles, porque eso sí que no he dejado de hacer: ver todo el cine que mi situación me ha permitido. Y aunque podría haber elegido algo que me hubiera impresionado para volver a poner en marcha esto, la película que he elegido para reactivar el blog es una que no me ha dejado ninguna huella, más bien al contrario, pero que si que me ha dado que pensar: "Jurassic World: El reino caido", de J. A. Bayona.

Unos cuantos años después de los sucesos trascurridas en la primera película, desde distintos ámbitos vuelve a aparecer interés por los animales redivivos de la Isla Nublar: desde los ecologistas que quieren conservarlos, hasta los científicos que se plantean el dilema ético de su existencia, pasando, como no, por las grandes corporaciones que siempre quieren sacar tajada de todo y de, como no, todos los héroes de la anterior película, con grandes lazos emocionales con la isla y sus adorables criaturitas. Todo esto hará que buenos y malos vuelvan a la isla, y todo se desmadre.

Bayona es un director que me genera, como poco, desconcierto. No por lo que hace, que no es (aunque él lo intente y, seguramente crea que lo consigue...) en absoluto novedoso, si bien pocas cosas lo son ahora, sino por la prédica que recibe por parte de los aficionados, la crítica y sobre todo, el público. Lo del público si me pongo en modo pesimista, puedo llegar a entenderlo, porque a lo que se ha dedicado en su carrera es a hacer versiones  Reader´s Digests de los géneros que ha tocado, para que sean perfectemente digeribles (valga la redundancia) por cualquier paladar sin darle el más mínimo trabajo a su estomago, ni mucho menos a su mente.

Y es que ahí radica el problema de este director, o por lo menos el que yo tengo con él. Pese a que él se venda como un director de género y haga cine (supuestamente) de género, todo lo que hace no demuestra auténtico amor, ni lo que es más grave, siquiera respeto, al género, sino más bien una actitud entre condescendiente y de prepotencia. El cine que práctica pertenece siempre a géneros, pero el se encarga de ¿elevarlo? con su punto de ¿¿emoción?? y  ¿¿¿reflexión???. Aquí la emoción tiene que nacer de la niña de la película (porque los niños vuelven a ser en esta cinta otro nexo con un cineasta al que obviamente admira mucho el barcelonés, Spielberg, pero con el que en verdad le une muy poco: luego volveremos a ello...) y la reflexión sobre ¡oh, sorpresa! la ambición desmedida de las grandes corporaciones y los dilemas éticos que plantean los avances de la genética... Unos temas mil veces visto, no solo en el cine, sino en la saga que nos ocupa. Porque este hombre no se va a conformar con hacer una simple película de monstruos y aventuras. Que va. El va a meter sus señas de autoría: véase un caserón gótico, metido con calzador; un climax aventurero que se pretende contenido y en lo que deviene es en descafeinado; un giro final relativo a un personaje para ver que esto va más allá de lo que pensabamos/temiamos; y como no,  Geraldine Chaplin. Todo un autor.

Las película de monstruos, al igual que las de casas encantadas ("El orfanato") o las de catástrofes "Lo imposible") no necesitan que nadie las eleve, y menos de esa manera. (Notese que no me he referido a "Un monstruo viene a verme", pero es que viendo el trailer me mantuvo a distancia de ella esperando más de los mismo, en este caso con una fantasia a lo Terry Gilliam o Guillermo del Toro en el punto de mira... Miedito.) Las películas de monstruos ya han sido elevadas a lo largo de la historia del cine, sin necesidad de coartadas de ningún tipo, por gente que de verdad amaba y respetaba el género: la seminal "King kong", las distintas "La Isla del Dr Moreau", "Tiburón", y como no "The Host" y "Okya" del últimamente (y merecidamente) aupado a los altares Boong Joon-ho; también tienen interés y están planteadas desde una perspectiva distinta "Monsters", "Godzilla" de Gareth Edwards; o más ultimamente, y centradas en el entretenimiento desprejuiciado, las estupendas "Pacific Rim""Kong: La isla Calavera" o "Godzilla: El rey de los monstruos". Y sin ir más lejos, dentro de la saga jurásica que hoy nos ocupa, podemos encontrar la interesante "Jurassic World" una cinta muy disfrutable, que daba lo que prometía, y que además aportaba cierta reflexión metacinematográfica sobre el consumismo cinematográfico y el afán insaciable del público, pero que lo hacía de manera honesta, utilizando únicamente los mimbres que tenía: monstruos gigantes en una isla.

Puede parecer que cargo mucho las tintas contra Bayona, Y quizás así sea, pero eso no quita para que le reconozca cierto mérito, que lo tiene. El hombre rueda de manera solvente: utiliza de manera adecuada los movimientos de cámara; el montaje, el diseño de producción y la luz de sus películas siempre es correcto; y en general, aunque aquí no sea el caso (están todos los actores fatal, y el recuperado Goldblum totalmente desaprovechado...), es capaz de sacar buenas actuaciones de sus interpretes. Muestras de esto son la primera secuencia, que tiene cierto nervio, la secuencia de la niña durmiendo y la garra del dinosaurio tiene fuerza (aunque ya se han encargado de ir debilitándola a base de ponerla en todos los trailers...), o la huida de la isla durante la explosión volcánica, resuelta de manera correcta. No se puede decir lo mismo de todo el tercer acto de la película en el caserón gótico, que resulta aburridísimo. Es como si fuera un escritor en el que su mayor virtud fuera su capacidad para calcar con esmero caligrafías de autores muy apreciados (basicamente Spielberg, en su caso). A mí entender este hombre da lo mejor de si mismo cuanto más
atado en corto está, cuando se encarga de ser un buen artesano, como demuestran los episodios de "Penny Dreadful" que dirigió, entre ellos el piloto, que eran dignos y daban lo que prometían. Quizás en la futura serie de "El señor de los anillos" que prepara para Amazon vayan por ahí los tiros y le vaya mejor.


En fín, una película del todo innecesaria, de la que si hay que salvar algo sería el panorama que plantea para la tercera entrega que estaría por venir para el año próximo, a cargo de nuevo de Colin Trevorwood. Crucemos los dedos.

domingo, 5 de abril de 2020

Películas para ocasiones (VIII): "Contagio"

Hola lector@s!

Parece que el confinamiento nos ha dado "tiempo...y mucho " para retomar de nuevo el blog, y como no podía ser de otra manera vamos a hablar de LA PELÍCULA que está en boca de todos, ideal para ver durante nuestra estancia en casa aunque no es apta para hipocondríacos ni ansiosos.



Resulta que esta peli se estrenó en el año 2011, aunque parezca que se rodó antes de ayer utilizando el guión de nuestra realidad actual, y fue rodada en EEUU por el director Steven Soderbergh, director de "Efectos Secundarios", "Ocean´s Eleven" o "Traffic", (de la que, por cierto, repite la estructura) entre otras, y protagonizada por Matt Damon, Kate Winslet, Laurence Fishburne, Marion Cotillard, Jude Law, Gwyneth Paltrow y Jennifer Ehle.

Esta basada en el virus de la gripe A y la pandemia que produjo en el año 2009, aunque se asemeja terrorificamente mucho más a la pandemia de COVID 19 que actualmente estamos viviendo.
Cuenta la historia de un virus llamado MEV-1 que aparece en Hong Kong, posiblemente procedente de un murciélago que infecta a un cerdo, generando un nuevo microorganismo capaz de infectar al ser humano y capaz de ser contagiado de humano a humano simplemente a través de aerosoles (estornudos, por ejemplo) o por contacto (ejem...os suena ¿no?, por desgracia esta historia la tenemos más presente de lo que jamás hubiéramos imaginado). Este virus es letal para quien lo padece y se extiende por todo el mundo en cuestión de días matando a millones de personas.


Lo bueno de la peli, es que el método científico está muy bien reflejado: su sencilla estructura y su capacidad para infectar la célula humana, su modo de transmisión, la búsqueda de la R0 del virus y todo contado muy bien para entender lo que es un virus y de lo que es capaz de hacer...

Al parecer, el guionista se entrevisto con los mejores epidemiólogos de USA para hacer un guión lo más ajustado posible a la realidad, y el tiempo ha demostrado que todos lo hicieron muy bien, porque, efectivamente, se hizo realidad 9 años después de que la película viera la luz.

Si la película fue encuadrada en 2011 dentro de la ciencia ficción o cine apocalíptico, ha sido de nuevo catalogada como thriller, o más ajustadamente, como drama, ya sabemos todos por que.

Siguiendo con el argumento, el protagonista principal de la película es el Virus, y como éste va influyendo en cada uno de los personajes ya que, como ya he comentado, se trata al igual que la citada "Traffic" de una cinta coral. Es una carrrera científica contrarreloj para encontrar una vacuna que protega a la población y conseguir las personas vuelvan a ser eso, personas, salgan de su cuarentena, vuelvan a abrazarse, divertirse, sociabilizar, recuperar sus vidas anteriores. Y lo único que puede conseguir esto es la VACUNA, claro está.

La película más que vocación de thriller, persigue el entretenimiento como principal objetivo, como la que podía tener, por ejemplo, otra cinta de virus como la, por lo demás entretenidísima, "Estallido", "Contagio" tiene cierto afán documental mostrando como afecta la situación a la población a nivel económica, social, afectivo, de seguridad...
También muestra otra cara, la política, muestra el silencio de los gobiernos para no alarmar a la población, el contar la verdad " a medias", la presión que reciben los científicos por parte de los gobiernos para encontrar una cura.
Igualmente se adelantó la película a los bulos en Internet generando el caos y como sus creadores sacan beneficio de todo ello.

Pues eso que la historia estaba escrita y nadie nos habíamos percatado de ello (bueno, los científicos claro esta que sabían que esto podía ocurrir en algún momento, ya que virus nuevos aparecen a menudo...). Lo bueno es que, como todo en la vida, esta situación tiene un final y eso nos da esperanza y confianza en que todo saldrá bien.

A continuación, os muestro los consejos de Matt Damon para combatir el COVID-19 y el resumen del resto de actores/actrices.