viernes, 25 de abril de 2014

Recuperando clásicos (XII): "Malditos bastardos"


Hace unos días recuperé esta película. En su día me gustó mucho, pero me dejó un pelín decepcionado, por un motivo que luego explicaré. En este nuevo visionado, he disfrutado aun más y no ha habido lugar para la insatisfacción.

Durante la Segunda Guerra Mundial, en la Francia ocupada, a Soshana, la única superviviente de una familia de judíos franceses se le presenta la oportunidad de vengarse de los judíos y en particular de Hans Landa, el brillante y cruel oficial de las SS conocido como " El Cazajudios" que acabó con los suyos. Por otra parte, el ejercito norteamericano infiltra en las lineas enemigas un escuadrón conocido como "Los Bastardos". Este comando, capitaneado por el oficial indio-judío Aldo Raine tiene un único objetivo: matar nazis.




Sé que lo he dicho más veces, pero ahí va de nuevo: Tarantino da lo mejor de sí cuanto más se acerca los géneros, tanto a nivel de escritura como de realización. Sus películas más flojas me parecen "Pulp Fiction" y "Jackie Brown". No son malas películas, pero a estas dos cintas yo les encuentro un exceso de afán por decir "aquí estoy yo". Con chispazos brillantes. Pero ombliguismo a fin de cuentas. Afortunadamente, con "Kill Bill 1&2" dejó de lado eso y todo mejoró. Alcanzando su cumbre (por ahora, que espero que siga por esta senda) con "Malditos Bastardos" y "Django desencadenado".


Voy a empezar con lo que me chocó en su día y que hizo de su primera visión una experiencia muy divertida pero algo frustrante. Es la estructura teatral que tiene la trama, una losa que lastra muchas de las películas de este hombre. No me cuesta mucho imaginar una representación teatral de esta obra en cinco actos. Por momentos, parece que el director va directamente a las partes que le divierten o en las que se sabe fuerte, dejando de lado la progresión de la trama. Hay que reconocer que no se trata de algo que el director haya ocultado en sus obras, que casí siempre están dividas en bloques, o capítulos con título y todo. Es una decisión personal y respetable (Tarantino firma la película) y hasta cierto punto lógica, viniendo de un creador que ha hecho del mash-up cinematográfico la razón de ser de su carrera, pero que a mí me saca a veces de sus películas: el ritmo se resiente, y la trama queda menos fluida. Este problema se nota sobre todo en "Kill Bill", que en su separación por capítulos, que a la vez delimitan los distintos géneros que quería rememorar, la quita cohesión a la historia. Aquí afortunadamente, el número de capítulos es menor que en "Kill Bill", (porque el numero de géneros que revisita es menor), y esa sensación disminuye. Esta tendencia a hacer cambios radicales de tono sería aun menor en "Django desencadenado" que le quedó más homogénea. En el buen sentido.
Y siguiendo con el tema de los géneros, aquí está el otro punto que me hizo en su día no disfrutar todo lo que debía de esta película. Y es que tras oír a Tarantino diciendo a diestro y siniestro a cualquier micrófono que le acercaran, que sus referentes habían sido "Aquel maldito tren blindado" (de la que retomo el título que tuvo esta cinta en su estreno norteamericano...), "Doce del patíbulo", "Los cañones de Navarone" o "El desafío de las aguilas", uno esperaba encontrarse una película de comandos en la Segunda Guerra Mundial pasada por el personal prisma de este hombre. Y de eso en esta película hay poco. O por lo menos, menos de lo que yo esperaba. Porque que nadie se lleve a engaño: no estamos ante una cinta bélica. La ambientación en la Segunda Guerra Mundial es un marco para ambientar y llevar al espectador a un sitio icónico en el que Tarantino puede jugar con él. La cita que abre la película ya es una declaración de principios, con  ese "Erase una vez en la Francia ocupada...". Y el poco interés por el rigor histórico que demuestra a lo largo de la cinta, lo confirma. Poco le interesa la historia. Lo que quiere es contarnos una película de suspense. Y muy buena además.

La primera secuencia deja claro por donde van a ir los tiros. Una de esas escenas que le dejan a uno ya clavado en el asiento. Tarantino demuestra un manejo del suspense envidiable a la par que presenta el personaje más celebre de esta película, Hans Landa y lanzó al estrallato a Christoph Waltz. Luego volveremos a él. En este secuencia, el realizador evoca con la misma soltura a Hitchcock, Ford (del que Tarantino incomprensiblemente reniega, pero que quizás le haya influido más de lo que piensa, como demuestra ese plano de la puesta abierta al campo...) y los omnipresentes en la obra de este director, DePalma (el movimiento de cámara que
atraviesa los muros es inconfundible) y Leone (esa dilatación del tiempo es inconfundible). Después de esto tendremos otras secuencias en este estilo, no tan bien resueltas pero casí: la reyerta en el bar (que por un pelo no queda anulada por un exceso de duración); el primer encuentro entre Soshana y Hans Landa; y la secuencia final en la que confluyen todas las subtramas que se  han ido mostrando y Tarantino hace su homenaje definitivo al cine. Y no sería justo reconocerle ignorar otros buenos momentos, que funcionan a pesar de no ser set pieces: la secuencia en la que se presenta a "El Oso Judio" (sorprendentemente bien interpretado por Eli Roth) a ritmo de Ennio Morricone; o la divertida  y cinéfila (de manera implícita y explícita) secuencia en los cuarteles británicos, en la que encontramos a un Mike Myers irreconocible, y al mítico protagonista de "Los pájaros", Rod Taylor, dando vida al mismísimo Winston Churchill.

Ya he dejado caer antes la importancia que tiene la interpretación que Christoph Waltz hace de Hans Landa para que la película funcione. El entonces semidesconocido actor compone un personaje fascinante, a medio camino entre el típico subordinado eficiente, arribista y lameculos y un psicópata de los de toda la vida. Me parece encomiable lo que consigue, ya que en manos de cualquier otro hubiera caído en el ridículo más espantoso y dado al traste con la película, y aquí logra ser a la par divertido y terrorífico. Imprescindible eso sí, ver la película en V.O. para disfrutar del trabajo de este hombre en todo su esplendor. El resto de los actores, aunque no realizan una labor tan llamativa, tampoco están nada mal. Melanie Laurent borda el papel de víctima ansiosa de venganza, pero quizás el que más me ha gustado el Fassbender, que aquí empezaba a despuntar en el panorama internacional y compone como solo el sabe hacer a un oficial ingles, crítico de cine en su vida de civil, que por momentos parece hermano del militar del David Niven de "Los cañones de Navarone".

No puedo acabar esta entrada sin alabar la labor de iluminación de Robert Richardson, el mejor cámara de la actualidad, ni la selección musical de Tarantino, tan ecléctica como siempre yendo de Morriconne a Bowie con Giorgio Moroder sin despeinarse.



Se me ha hinchado la cabeza de ver películas de Tarantino...
Una gran película, de la que aun no he encontrado a nadie que hable mal. Yo solo puedo esperar que un día de estos haga esa película de comandos que tenía que haber sido esta. O que por lo menos siga trabajando los géneros. Esto último parece que si se va a cumplir, ya que ese  western titulado "The Hateful Eight", que ya en su título referencia al nombre original de "Doce del patíbulo", "The dirty dozen" (crucemos los dedos) y del que hace unos días hizo una lectura de guión en un teatro (que curioso...) sigue adelante después de toda la polémica de filtración de guión, renuncia al proyecto y demás. Ojala se cumpla.


jueves, 17 de abril de 2014

El diluvio universal


Todo llega en esta vida y por fín, casi un año y medio después de incluirla en mi lista de lo más esperado para 2013 (vale que igual me pasé de rapidillo), se estreno, la (a priori, que una vez vista no lo es tanto) polémica interpretación que Darren Aronofsky hace del episodio del diluvio universal: "Noé".

Diez generaciones después de que Caín acabará con Abel, casi toda la tierra está dominada por los descendientes del primero, que se han dedicado a explotar la Tierra hasta la extenuación, sin preocuparse de las consecuencias de sus actos. Sin embargo, Noé, un descendiente del otro hermano de Caín y Abel, Set, que intenta vivir en comunión con la naturaleza respetando todas las criaturas, comienza a tener visiones en las que Dios le avisa de que se va a producir un cataclismo que acabará con todos los humanos, y le elige para preservar todas las especies.


Aunque parece que Aronofsky tuvo que pelear mucho para conseguir presentar finalmente su montaje de la película, resulta un poco sorprendente ya que la cinta logra en gran medida el difícil triple objetivo de: 1) ser respetuosa con la Biblia; 2) ocupar un lugar coherente en la obra de su realizador; 3) y ser un digno espectáculo.

El primer punto es logrado por una narración bastante canónica de la historia, sobre todo en el primer tramo de la película. Es indudable que la historia de Noé y su arca es muy potente (no hay que olvidar que forma parte del libro que ha generado el fenómeno fan más grande de la historia conocida...) y el director sabe exprimir esos aspectos estupendamente. En lugar de obviar los elementos más fantásticos de la historia, los potencia, logrando que la película trascienda la adaptación realista y abrace los momentos icónicos, que hacen más fácil dejarse empatizar con los personajes y dejarse llevar por lo narrado. SPOILER Eso sí, aunque no ahorra esos detalles crueles y escabrosos que tanto abundan en el Antiguo Testamento, me ha parecido uno concesión a la correción política muy forzada el destino de Cam, el hijo mediano de Noé. Si en la historia real, era condenado a la esclavitud por ver a su padre desnudo y borracho, siendo esta cita la justificación utilizada por los injustificables esclavistas que se dedicaron a capturar y
explotar africanos, aquí el personaje abandona a su padre por decisión propia por un cúmulo de desencuentros con él. Aunque en la historia de la película no resulta forzado, si que es una actitud poco valiente e inesperada después de lo que nos ha ido mostrando, sobre todo lo que acontece dentro del barco. Así que tirón de orejas para Aronofsky por esto...SPOILER

En lo referente a la ubicación de la película en el contexto de la obra de Darren Aronofsky, es fácil entender porque esta historia le atrapó siendo niño y le ha continuado fascinando durante los años. El director ha optado por presentar a Noé como el primer ecologista, preocupado por racionar los recurso que brinda la Naturaleza y dejar una huella mínima de su paso por el mundo. Pero además de  eso, enfoca la historia de tal manera que convierte al protagonista en otro más de sus personajes obsesivos, al borde de (si no plenamente inmersos en) la psicosis. Toda la parte que trascurre en el Arca durante el diluvio le emparenta con los protagonistas de "Pi. Fe en el caos" o "El cisne negro", y no escatima en mostrarnos el lado oscuro, con esas visiones mesiánicas que asolan al personaje: es capaz de dejar morir a miles de personas porque Dios se lo ha pedido haciendo oidos sordos a sus alaridos, y casí (que estamos en una película de 130 millones de dolares y no hay que pasarse con las cosas escabrosas...) no les salva ni formar parte de su familia. Y por otra parte, su actitud respecto a su familia y el intento de mantenerla unida a pesar de la necesidad de cumplir la misión para la que se siente elegido, trae a la mente pasajes de la durísima "Requiem por un sueño" o del
calvario que vivía el protagonista de "El luchador" para intentar reconciliarse con su familia. Y los que busquen las secuencias hipnóticas que han marcado el cine de su realizador, encontraran lo que buscan en la representación que hace de la creación o las visiones de Noé, bastante impresionantes. Algunos se quejaran de que no lleve la apuesta hasta el final, como si ha hecho en todos sus trabajos previos, pero a mí, quitando el apunte que he revelado arriba, el resto me ha resultado bastante satisfactorio.

Y por último la película como cine de espectáculo. En primer lugar aclarar que mantiene buen ritmo y resulta muy entretenida a pesar de sus casi dos horas y media. Algunos se han quejado de la incursión de Los Vigilantes, unos angeles caidos convertidos en monstruos de piedra y que vienen a ser unos Transformers del Antiguo Testamento. A mí me han gustado. No sé si será por mi debilidad por los monstruos grandes, pero funcionan y potencian el tono fantástico de la película, lo que le favorece y hace que llegue más fácil a la genet. Las secuencias de la llegada de los animales están rodadas con bastante sentido de la maravilla y el inicio del diluvio está bien resuelto. No me ha convencido tanto como están rodadas las batallas, que tiene un montaje demasiado entrecortado para mí gusto. La labor de los actores es más que digna. Los actores jóvenes son los más flojos, pero Ray Winstone da la altura con el villano Tubal Cain (que por momentos parece un doble de Mickey Rourke, en las época en las que no se duchaba...). Jennifer Connelly y Russell Crowe están tan bien como siempre, y se agradece el interés que pone Anthony Hopkins, que en sus últimas actuaciones solo mostraba pereza y ganas de cobrar el cheque.

En fín que es una buena película. Puede que a algunos les parezca que ha quedado demasiado complaciente, pero yo creo que tiene bastantes puntos de interés como para dejar escaparla.


sábado, 12 de abril de 2014

Cine en random (V): "Ese oscuro objeto de deseo"


Era esta película un recado que tenía pendiente desde hace bastante tiempo: ¡¡¡el último trabajo del maestro de Calanda!!! Pero hasta hace poco no he hecho los deberes...

Mateo (Fernando Rey) es un hombre de negocios francés maduro que regresa a París en tren desde Sevilla tras una tormentosa relación con Conchita (Carole Bouquet/Angela Molina) una joven española a la que conoce tras entrar a trabajar de sirvienta a su casa y de la que quedará fascinado. En el trayecto se dedica a narrar a sus compañeros de compartimento los pormenores de su relación con la muchacha.




La verdad es que me merezco unas cuantas collejas por no haberla visto antes, ya que sin ser su mejor película (esa siempre será para mí ""Viridiana"", la cumbre del cine español), es un grandísimo trabajo de Don Luis. Y es que a pesar de haberla rodado con casi 80 años, sigue siendo igual de aguerrido que en el resto de su carrera. A pesar de formar parte de la burguesía, Buñuel siguió azotando la conciencia burguesa (que fue basicamente el objeto de toda su obra desde su inició hasta este último trabajo), mostrando sus frustraciones, personificadas en el personaje de Fernando Rey, sin misericordia. Ya en los primeros minutos de película deja clara la turbulencia que va a presidir la película y el estado emocional del protagonista con ese inesperado atentado terrorista, que marca el tono sobresaltado de todo lo que está por venir.

Una de las cosas que más me han gustado de esta película es lo bien que trabaja el punto de vista, ya que toda ella es una evocación del personaje de Mateo, lo que refuerza la sensación de subjetividad de todo el conjunto. En este aspecto, es modélica en este aspecto la secuencia de sexo en el patio andaluz: ¿lo que narra Mateo es lo que ocurrió realmente, o fruto de su imaginación? Todo lo que se muestra en pantalla es lo que ve y siente el personaje, y la mejor demostración de esto es el  hecho de que Buñuel utilizara dos actrices para el mismo papel de manera aparentemente indistinta. Aunque valoró la idea de utilizar a dos actrices desde el
principio, desechó la idea cuando escogió a Maria Scheneider para el papel. Pero cuando esta finalmente no pudo participar en la película, retomó la feliz idea de usar a dos interpretes. Si se ve de manera superficial,  este desdoblamiento puede entenderse como uno de los desvarios típicos del director, herencia de sus orígenes surrealistas, pero a nada que se preste atención (no hace falta tampoco ser un lince), queda bastante claro que Buñuel se sirvió de las dos actrices y de su aspecto tan diferente (una delgada, eterea y de rasgos más delicados; la otra más carnal y voluptuosa y
de facciones más marcadas) para reflejar las dos aspectos de la relación que mantiene el personaje de Conchita con el de Mateo. Por un lado, cuando lo interpreta Bouquet, la actitud del personaje es, con sus excepciones, más distante y a la vez más sumisa, más plegada a los deseos de Mateo. En cambio cuando la intepreta Molina, también con sus excepciones muestra una actitud más beligerante, y manipuladora. A este respecto se pueden extraer jugosas connotaciones masoquistas en la secuencia en la que el personaje de Mateo golpea a Conchita. ¿Quien es en realidad el que gobierna esa situación, el que agrede o la agredida? Además en otro momento que hemos visto al principio de la película, en el que se recogían los restos de la disputa, que veremos bastante después, se nos dice que las bragas que ha recogido estaban mojadas, presumiblemente de orina por el miedo. Presumiblemente. Riete te tu de Grey, Anastasia y sus sombras...

Pero además de esto, aunque la narración de la película sea bastante lineal, el maestro va desplegando a lo largo del metraje esos detalles que tanto enriquecen sus películas: el ratón que cae en una trampa en la habitación donde Mateo negocia con la beatona y vaga madre de Conchita las condiciones económicas de su relación con su hija (una idea similar ya la usó antes en su obra maestra "Viridiana"); las gitanas que llevan a un cerdo en brazos como si fuera un bebé; los citados atentados y asaltos que jalonan la trama; el zurcido que hacen del un paño manchado de
sangre (obvia referencia a la virginidad anhelada por el personaje de Mateo, que también ha sido visto como la sutura del ojo que cortaba Buñuel en la primera secuencia de "Un chien andalou"); o el celebre saco que aparece de manera recurrente en la película, a veces cargado por Mateo y a veces por otro, y que adquiere matices muy profundos desde el momento en el que un personaje define a las mujeres como un saco lleno de excrementos. Aquí voy a hacer un inciso. Algunos pueden acusar a la película de misogina en base a la actitud del personaje encarnado por Fernando Rey. Y desde luego que los hombres en la película presentan una actitud machista, pero no se da una imagen de ellos que los glorifique. Y como batalla de sexos, Buñuel no ve ningún triunfador, abocando a los dos a la destrucción, como certifica el plano final.


Y volviendo con los detalles, no hay que olvidar el perverso sentido del humor que siempre desplegó el aragonés en sus películas:  los infructuosos intentos de avance sexual de Mateo (el de la faja cosida es de mearse de la risa); la niña en la cabina de tren pidiendo escuchar más de la libidinosa narración de Fernando Rey;  o la ocurrencia de llamar a un grupo terrorista ¡¡¡¡Grupo Revolucionario Armado del Niño Jesus!!! Y el citado cierre de la película, valiente como pocos. No se me ocurre una secuencia más coherente para cerrar la iconoclasta obra de Buñuel.



Una grandísima película, que entra ya en mi podio de películas del aragonés junto con "Viridiana" y "Los olvidados"

martes, 8 de abril de 2014

Y este año disco nuevo...(XXII): The Afghan Whigs



Pues retomamos esta sección largo tiempo olvidada porque en unos días, el 15 de Abril para ser más exactos, sale a la venta el nuevo trabajo de The Afghan Whigs, la continuación, 16 años después del fascinante "1965", disco, que ahora que lo pienso, es de los que te acompañan siempre (yo mismo, sin ir más lejos lo he escuchado en mi walkman, en mi discman y en mi mp3...). ¿Se puede pedir más a la vida? Pues si tenemos en cuenta que un servidor se puso a dar palmas con las orejas cuando publicaron un triste tema inédito hace ya casi dos años, en mi caso, rotundamente, no. Ya sé que Dulli no ha dejado de sacar música de una manera u otra (Twilight Singers, Gutter Twins) y en muchos casos, de gran calidad además. Pero The Afghan Whigs son palabras mayores.

Greg Dulli y Samuel Goodman 
El caso es que aunque hace dos años se volvieron a juntar para dar de nuevo conciertos, no habían confirmado la producción de nuevo material. Pero el 24 de Enero saltaba la liebre cuando Bob Odenkirk (que es la falsa identidad de actor creada el abogado huido Saul Goodman para no ser implicado con el imperio del narcotráfico que convulsionó Albuquerque hace un tiempo...) anunciaba en su twitter que... ¡The Afghan Whigs iban a sacar un disco nuevo!

Ya con ocasión de aquel tema que estrenaron hice el repaso a su carrera que suelo hacer en esta sección, así que el quiera saber más de este grandísimo grupo (que si hubiera tenido el éxito que se merece, hubiera aumentado los indices de natalidad mundiales porque son perfectos como banda sonora de la coyunda...), que le eche un vistazo.







Hoy me voy a conformar con presentaros los dos temas que han adelantado de "Do the beast", que cubren los dos aspectos de la banda, el más rockero-guitarrero y el más soulero-intimista. En la primera categoría entra "The lottery", lleno de furia guitarrera, y en el segundo "Algiers", más melancolico pero con mucha garra también y con un videoclip cercano al western bastante chulo. Y con Greg Dulli demostrando que su peculiar voz no ha perdido la capacidad para emocionar. Ahí van:







Por ahora no han confirmado ninguna fecha a nivel estatal, y con casi todos los carteles de festivales cerrados, pues no parece que se vayan a dignar a pasarse por aquí (tendré que conformarme con el recuerdo de haberle visto, ni que sea en solitario...), pero la esperanza es lo último que se pierde. Además cualquier pena, con un disco nuevo de esta gente, será más llevadera...
Como bonus track, este concierto del año pasado, en el que ¿¿Usher?? se subió al escenario con ellos para cantar un par de canciones, entre ellas, la mítica "Something hot". A los que les haya picado la curiosidad que salten al minuto 19:56. El resultado es mucho mejor de lo que cabría esperar...


miércoles, 2 de abril de 2014

Barras y estrellas


Han pasado dos años de los acontecimientos de Nueva York vistos en "Los Vengadores". En ese tiempo el Capitán América ha estado trabajando para SHIELD en misiones más o menos encubiertas. Sin embargo la puesta en marcha del proyecto INSIGHT, que amenaza con vulnerar la libertad individual, hace que Steve Rogers se plantee su labor. Además, en este entramado se mezcla el Soldado de Invierno, un letal agente secreto que lleva en activo, más de 50 años.

Pues ya está aquí la continuación de las aventuras de el cruzado de las barras y estrellas, "Capitán América: El Soldado de Invierno". En este caso, el tono cambia completamente respecto a la anterior entrega y aquel tono nostálgico de serial bélico-aventurero deja paso a un thriller político, de esos que tanto se practicaban en los 70 ("Los tres días del condor", "Todos los hombres del presidente"...). A la manera Marvel, claro. La verdad es que la jugada de dar un tono a cada una de las sagas cinematográficas que tienen en marcha les está funcionando, logrando conferir un tono a cada uno de sus franquicias. Esto es de agradecer, ya que podían haber optado por darles a todas el mismo enfoque y cambiar basicamente al personaje de cara y de uniforme pero manteniendo los rasgos básicos sin cambios, como hizo DC con la frustrante "El hombre de acero", que al final quedó convertido en un Batman de Nolan vestido de azul...

Si empezamos a mirar la película por partes, el guión no está mal, pero le cuesta arrancar, y los primeros compases se hacen un poco pesados. Aunque por otra parte, hay que reconocer que son capaces de reflejar bastante bien las emociones del Capi como un hombre fuera de su tiempo. Y el Soldado de Invierno y el Halcón están bastante bien definidos, aunque quizás se eche de menos que el primero tenga más metraje, sobre todo por el título que le han dado a la película. La idea de como la corrupción se infiltra en las más altas esferas del poder y esa (ligera) reflexión sobre hasta que punto se puede ceder libertad a cambio seguridad, son ideas muy arraigadas en el personaje y están defendidas bastante bien. Eso sí, que nadie espere que esta película deje el menor poso reflexivo tras salir de la sala, algo que si que pasaba en, por ejemplo "El caballero oscuro" o "Spiderman 2". Estamos hablando de mero entretenimiento. Bien articulado y que no considera al espectador como tonto, pero entretenimiento a fin de cuentas. Quizás por eso mismo se echa de menos algo de humor que aligere un poco el tono de la propuesta, algo más difícil de lo que parece, y que parecían haber dominado con éxito en las últimas producciones de Marvel Studios.

Las actuaciones de la película están bien. Samuel L. Jackson y Chris Evans demuestran que saben manejar muy bien sus roles y que los entienden de maravilla. La incorporación de Robert Redford dejó a muchos descolocados, pero si se piensa un poco, es bastante lógica, ya que su villano parece sacado de los anteriormente citados thrillers que en los 70 protagonizó. Todos sabemos que siempre se ficha a intérpretes de postín para roles secundarios en las superproducciones para darle un barniz de respetabilidad, y seguro de que Redford ha aceptado principalmente para sacar pasta para sus propios proyectos y festivales, pero se agradece que ponga interés, no como pasa con Hopkins en las películas de Thor, que tiene una cara de pasota que tira para atrás. Y luego está la Viuda Negra de Johansson. Vale que esta chica no es buena actriz, pero dado lo bien que le sienta el pelirrojo y el cuero, se le perdona...

En cuanto a la realización, pasa un poco lo mismo que en la anterior película Marvel "Thor. El mundo oscuro". En las dos, la primera media hora empieza bastante floja y sin mucho interés, hasta que aparece el villano de la función y entonces la cosa comienza a ganar manteniendo un ritmo más que aceptable hasta el final. Ese es uno de los problemas de contratar directores sin muchas personalidad (sin olvidar que las películas de Marvel son cintas tan de
productor como, por ejemplo, la saga Bond...): cuando el guión aporta ideas interesantes, les sacan buen partido y la cosa va como la seda, pero cuando la historia no funciona, son incapaces de elevar el interés por su labor de puesta en escena. Con esto no quiero decir que hagan una mala labor, de hecho a mí parecer, su labor es mejor que la que hicieron en este ámbito directores que cuentan con más prédica como Jon Favreau o el mismísimo Kenneth Brannagh. Por lo menos demuestran manejar bastante mejor las secuencias de acción que esos dos. A ver que tal sale la apuesta de haber fichado a James Gunn y Edgar Wright para "Los guardianes de la galaxia" y "El hombre hormiga", lo que probablemente marcará los criterios venideros a la hora de elegir los realizadores de la próximas propuestas.

Una película correcta y entretenida que apuntala el desarrollo del universo Vengador y que contentara tanto a los que van a estas películas buscando una buena película de acción, como a los Marvel zombies (al loro con las secuencias postcréditos, el cameo de Stan Lee y la mención que hacen de cierto Hechicero Supremo....)