Por fin se estrenó la película
que adapta el musical que adapta la novela: “Los miserables” de Victor Hugo. La
película era una apuesta casi segura: un precedente de éxito inmenso, un
reparto de campanillas, un presupuesto generoso y un director recientemente
oscarizado. ¿Qué más se puede desear? Pues que la cinta quede bien, por
supuesto. Y la verdad es que quitando algún fallo de ritmo, debido a la
magnitud de la obra original, la cosa les ha quedado francamente bien.
Por si alguien no conoce la
trama, está ambientada a principios del siglo XIX en Francia, y cuenta la
historia de Jean Valjean (Hugh Jackman), un hombre pobre que pasó 20 años en la
cárcel por robar un trozo de pan, y sus intentos de rehacer su vida, a pesar
del afán del que fuese su carcelero, Javert (Russell Crowe), por hacerle la vida
imposible. Entre medias se describe la misera vida que llevaban los más
desfavorecidos, así como intentos de revolución, y una historia de amor (casi)
imposible.
En primer lugar tengo que avisar
que yo me acerqué a la cinta con una opinión virgen: no he leido la novela ni
he visto ninguna de las adaptaciones ni en teatro ni en cine. Me gustaría
dejarlo claro, para que nadie eche de menos comparaciones ni referencias a las
adaptaciones previas.
Como ya he comentado al principio
la película tiene muchos puntos a su favor, y alguno en contra. Empezare por lo
peor para centrarnos luego en lo positivo. Las pegas son relativas al
desarrollo de la película, que si que se termina por hacerse un poco pesado en
algún momento, sobre todo en toda la parte relativa al levantamiento en las
calles de Paris, que tiene algún momento brillante, pero hace que se resienta
el conjunto. Y más teniendo en cuenta que es un musical, genero que por mucho que guste (como es mi
caso), tiene más riesgo de hacerse cargante. Y más aun en un caso como este, en
el que las canciones suponen más del 80% del metraje.
En el lado positivo de la balanza
encontramos varios motivos que hacen que la película funcione.
El primero de ellos es el origen, ya que tanto la historia original (potente y emotivo) y las estupendas canciones del musical que, en su mayoría, por lo menos, funcionan muy bien, a pesar de tener varios años a sus espaldas.
El primero de ellos es el origen, ya que tanto la historia original (potente y emotivo) y las estupendas canciones del musical que, en su mayoría, por lo menos, funcionan muy bien, a pesar de tener varios años a sus espaldas.
La realización de Tom Hopper (al que me da la sensación que se le tiene/le
tengo un poco de manía por haberle arrebatado con la, por otra parte, más que
digna “El discurso del Rey” el Oscar a David Fincher…) tiene luces y sombras. Los
aciertos se hacen más obvios en los momentos en los que la realización se hace
más cinematográfica, huyendo del origen teatral de la propuesta. Así, aunque en
algunos sitios se ha criticado el uso excesivo que hace del primer plano y del
ojo de pez, cuesta entenderlo, ya que este tipo de planos, unidos al hecho de
que la voz de los actores esté grabada en directo mientras interpretaban, me
parece sin duda uno de los aciertos de la película. Sin esto no se hubiesen
conseguido secuencias tan emotivas como el momento en el que Fantine (Anne
Hathaway) interpreta la estupenda “I dreamed a dream”. Esta actitud más
cinematográfica no se aplica solo a los momentos intimos, sino también en los
más grandilocuentes, con espectaculares y descriptivos movimientos de cámara: el
que abre la película, que empieza bajo el agua y se eleva a las alturas para
luego volver a ras de suelo; el plano secuencia en el que Valjean decide
renacer como persona; o los dos números musicales exclusivos de Javert, que
logran transmitir la fragilidad y el abismo interior de un personaje a priori
impenetrable y despiadado, situando la cámara al borde de una cornisa. Estos
aciertos no quitan para que se le pueda echar en cara un uso excesivo de la cámara
en mano y un montaje demasiado sincopado, que terminan por agotar, e impiden
apreciar adecuadamente las coreografías.
Los actores cumplen todos
sobradamente con el papel y con el canto. Además de los citados Jackman y
Hathaway, hay que anotar el humor de Sacha Baron Cohen y Helena Bonhan-Carter
(que resuelven muy bien el cargo de ser el alivio cómico y pícaro de la función)
y la buena voz de la pareja romántica que componene Amanda Seyfried y Eddie
Redmaine. En cuanto a voz, quizás el más limitado sea Crowe, pero con su saber
hacer y presencia en pantalla, no queda en absoluto por debajo del resto del
reparto.
Recapitulando, una película más
que recomendable (a no ser que se sea alérgico a los musicales, en cuyo caso
puede ser una tortura), con algunos momentos fascinantes, que quizás se hubiese
beneficiado de algo de poda en su parte relativa a la Revolución.
Para mi es excesivo el uso de la cámara en mano incluso durante los primeros planos. No sé qué pretendía el director con esto y sigo sin saberlo.
ResponderEliminarEs cierto que los primeros planos son perfectos para los momentos románticos o más emotivos y ahí no tengo nada que decir. Al cotrario, lo alabo.
Me han gustado tanto Hathaway como Jackman por razones obvias pero Crowe, con sus limitaciones, ha estado bien.
Úna banda sonora absolutamente maravillosa!!!
Saludos.
Coincido contigo que la camara en mano no beneficia mucho la cosa. Pero esos movimientos de cámara si que enriquecen mucho la cosa a mi parecer, aboliendo fronteras entre lo teatral y lo cinematográfico. Aunque los otros canten mejor, yo me quedo con Crowe.
EliminarSaludos y gracias por colaborar.
León, después de leer atentamente tu crítica. Estoy con mono de ver este film de aúpa... Tras la decepción de Spielberg y Tarantino, uff…Recuerdo la primera versión de la obra de V. Hugo—un pedazo de beluga– “Les miserables” (1935) de Richard Boleslawski, hace muchos años en la filmoteca de mi city. Ahora es fácil de visionar por la web. Después, me atrapó la versión de B. August con la Sountrack del glorioso, B. Poledouris; exquista U. Thurman. De Tom Hooper, me gustan hasta sus andares. Estaba por abrir una sección de cine y deporte en el Bypass (para abrir boca, con ese manjar del Damned United), pero voy a cambiar de ruta o ya veremos. Ya me conoces, nunca termino de verlo claro. Me gustó “el discurso del rey” ,y evidentemente, la joya de la corona, bajo mi punto de vista: su mejor obra hasta ahora—sin contar esta superproducción del musical—“John Adams” versus Made in HBO. En tiempos tan presidenciales por nuestra amada y desdichada USA, no es una mala opción. El abuso de sus zooms, es una marca que determinados expresionistas que lo pusieron de moda y al Free Cinema le encantaba. Otro director, británico muy interesante, Paul Greengrass abusa del método hasta la saciedad. En fin, Hooper lo hace en todos sus films, igual, que sus insistentes picados con cabezas calientes. No sé, cosas de gente del oficio. Ya nos dirá el porqué. Un placer darse un vuelta por la casa y un abrazo
ResponderEliminarComo ya comento, no conozco ninguna otra encarnación de la obra, pero tras disfrutar de esta, no parece mala idea dedicarle algun rato en el futuro. Sobre todo si sale Poledouris (soy fan irredento de Verhoeven) y sale Uma Thurman.
EliminarHooper es un director interesante (aunque tengo que reconocer que desconozco "John Adams", algo que espero subsanar pronto...) sus otras dos películas son interesantes, y eso que los temas de base no lo podían ser menos para mí, pero estan indudablemente bien contadas e interpretadas. Pero como ya digo en la entrada este hombre tiene el sanbenito de haberle quitado el Oscar a Fincher, por la que quizas sea una de las dos o tres mejores películas de la década, y eso pesa como una losa... Pero hay que reconocerle su valia.
Un abrazo y gracias por colaborar
Yo como de alergias a los musicales ni una, de hecho es todo lo contrario, seguro que la veré. También comparto contigo el hecho de no haber leído ni visto obra alguna sobre Los Miserables, así que ya veremos si me gusta tanto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues ya estas tardando Victor, que seguro que lo disfrutas.
EliminarGracias por pasarse por aquí y un abrazo
Creo que no me gustaría. Imagínate si tú tienes miedo que cargue gustándote los musicales como sería en mi caso, que no suelen gustarme. Una temeridad, León!! Una pena ya que la época de la revolución francesa me resulta sugerente a más no poder.
ResponderEliminarUn saludo. Excelente entrada.
Pues es una pena, pero contra las filias y fobias de cada uno, nada podemos hacer.
EliminarUn saludo y gracías por pasarse por aquí.
Sí, a mí también se me hizo un poco pesado el trozo del final, y no por las canciones, que llevaban más de horas desarrollándose sin menor problema, sino porque ese pasaje se alarga demasiado después del climáx dramático de la resistencia en la calles y el canto del cisne de Javert "Crowe". La última media hora es un alargado epílogo innecesario para una larga película. Pero claro, en el cine moderno parece que toda película debe superar las dos horas sí o sí: será que los montadores cobran por horas.... de metraje.
ResponderEliminarSaludos.
Te doy toda la razón. Ultimamente llevamos una tralla de películas intersantes, pero largas, muy largas: "La noche más oscura", "Los miserables", "Lincoln", "Django desencadenado"... Me imagino que un montador hará lo que le manden, pero eso no quita para que tu observación, además de muy cachonda, de que pensar...
EliminarSaludos
Como bien decías en mi blog, coincidmos bastante, aunque la parte cómica para mi sobra totalmente, de hecho creo que es lo peor con diferencia, junto con un metraje excesivamente largo.
ResponderEliminarYo los musicales los evito a toda costa, pero éste tiene momentos sobresalientes, lástima que lo comentado anteriormente le hagan perder bastante en mi opinión.
Los actores, maravillosos.
El director, acertado en grabar las voces en directo y los primeros planos, pero en el resto de planos creo que no acierta.
Saludos!!
Yo si que creo que funciona la parte cómica, pero claro, yo soy bastante fan de Sacha Baron Cohen. Y si que es el tipo de actor, que si te mola, genial, pero que si le tienes manía, pues te puede hundir una película...
EliminarAdemás de la grabación en directo y de los primeros planos, que son todo un acierto, a mí también me gustaron muchos esos grandilocuentes movimientos de cámara, sobre todo el que da inicio a la película, el que narra la epifanía de Valjean y los que acompañan a los números de Javert, que me parecieron magistrales.
Un abrazo y gracias por pasarse a ti también.