Este vendría a ser la curiosa traducción literal de la tambien curiosa película de Wes Anderson "Moonrise kingdom". Probablemnte lo hayan hecho por aquello de que en inglés las cosas molan más, y por que no vaya a ser que la gente se crea que se trata de una película de batallas al estilo "Braveheart"...
Cualquiera que haya visto alguna película de este director, sabrá que su manera de concebir el cine y de narrar es cuando menos distinta. Probablemente sea el más retro de entre la cuadrilla de amiguetes modernos, cada uno con un origen distinto (la publicidad, escuelas de cine, estirpes cinematográficas, el videoclip...), dieron el salto al cine a prinicipios de la decada pasada (Jonathan Glazer, Spike Jonze, Michel Gondry, Soffia Coppola...), en algunos de los casos, con estupendos resultados (no fue casual que la primera película comentada en este blog fue "Eternal Sunshine of the Spotless Mind" de Michel Gondry...).
La historia es bastante simple. Nos cuenta la historia de dos preadolescentes, que tras verse y enarmorarse en unos minutos, se dedican a cartearse (que antiguo suena los de cartearse...), y planifican su huida, ya que ambos son unos inadaptados en su mundo: él, por ser un chico huerfano, y ella, por no encontrar su hueco en su gran familia. Alrededor de estos chavales encontramos a boyscouts agresivos, padres infelices, monitores de campamento inseguros, agentes de policia solitarios, empleados de servicios sociales amargados... Es decir, todo una fauna humana pintoresca, y que el director retrata sin escatimar defectos, pero tambien con compasión, haciendo que ningún personaje llegue a ser repudiado por el espectador.
Como deciamos, Anderson tiene una manera de rodar que le acerca mucho a la estética de finales de los 60 y principios de los 70, como movimientos de cámara y zooms, que raramente se ven en las cintas realizadas hoy en día. A este aire retro contribuye el estupendo diseño de producción, algo que el director ha cuidado siempre mucho (en ocasiones demasiado...) en sus películas, en el que encontramos miniaturas y efectos especiales anticuados, pero enormemente entrañables. Hay que citar también, la luz de la película, con un tono ocre, que, por lo menos a mí, me recordaba mucho al tono que tenían esos documentales añejos que nos ponían en rarísimas (que aquello de los metodos audiovisuales de apoyo no se llevaba en aquellos tiempos) ocasiones en clase en la E.G.B. En cuanto a secuencias memorables, la que más me gustó fue aquella que transcurre en la playa a la que da nombre el titulo, que resulta muy tierna. Pero no queda ahí, la brillantez: el prologo es estupendo, y tambien llama la atención la elipsis con la que resuelve una secuencia de violencia. Mención aparte merece el epílogo, aparentemente feliz, pero que deja con la duda de si la pareja protagonista habrá vivido el mejor momento de sus vidas, y a partir de ahora solo les queda convertirse en esos adultos disfuncionales que les rodean...
Los actores están muy bien, empezando con la pareja protagonista, que llevan gran parte el peso de la película con gran aplomo, y rebosando simpatía, siguiendo con los habituales de la troupe Anderson (Murray, Schwartzman...) y nuevas incorporaciones (los siempre estupendos Willis, Norton y McDormand). Mención especial merece Bob Balaban, retomando parcialmente su papel más célebre, el de investigador en "Encuentros en la Tercera Fase" que interpreta a un narrador semiomnisciente (sé que suena raro, pero si lo veis lo comprendereis...).
La película es bastante corta, asi que no hay tiempo para que decaiga el ritmo, siendo una película entretenidísima, y un buen inicio para aquellos que empiecen con el cine del director, ya que en ella encontramos todas sus constantes temáticas (adolescentes precoces, familias disfuncionales pero entrañables, fijación con las obras de teatro amateur, historias ambientadas en los 70 y 80...) y ninguna de sus debilidades, que las tiene. Y es que, a veces en su afan por hacer historias distintas y fuera de lo normal en fondo y forma, terminan siendo obras con un vistoso envoltorio visual, pero sin alma, sin capacidad de emocionar, por la imponsibilidad de empatizar con los freaks que las protagonizan.
En fin, una película muy recomendable y fresquita para esta ola de calor que nos está atacando.
¡AH! Y sale un gatico tan adorable como la de este bendito blog...