martes, 13 de junio de 2017

Conocimiento carnal.


Justine llega a la universidad para estudiar veterinaria, siguiendo con la tradición familiar (su padre y su madre lo son, y su hermana está estudiando la carrera en el mismo centro que ella). Hija de un matrimonio de animalistas y vegetarianos militantes, idealista y un tanto ingenua, tiene una gran vocación y esperanza puesta en sus estudios, y nunca ha probado la carne, ni en sentido real ni en figurado. Una cruel novatada le hará entrar en contacto con ella, y su vida cambiará para siempre.

 A veces los astros se alinean y hay películas de género independientes que se estrenan en mi ciudad (aunque a ello no será ajeno que se haya encargado Focus Features, rama indie de Universal...). De cualquier manera después de haberme perdido en sala de cine cosas tan interesantes como "Bone Tomahawk", "La invitación" o  "La doncella" el pasado año, es una alegría haber podido disfrutar de esta maravilla en pantalla grande. Porque muy buena tiene que ser la cosecha cinematográfica por venir, para que "Crudo" no esté entre las tres mejores películas que voy a ver este año.


Es curioso, como en esta década, desde sitios tan distintos como Australia ("Badabook"), Estados Unidos ("It follows", "La Bruja") o Francia con este "Crudo", están llegando una serie de películas,  indisitintamente dirigidas por mujeres y por hombres, que partiendo del género de terror, proponen una interesantísima reflexión sobre la identidad femenina, y más especificamente, sobre su sexualidad. Y aunque son películas que parten desde presupuestos distintos y tiene objetivos bastante diversos, todas ellas tienen en común una fuerte carga de represión/frustración/desconocimiento sexual que se va apoderando de todo su mundo hasta un final que siempre, en mayor o menor grado, tiene algo de descubrimiento y catarsis. En el caso de "Crudo", su realizadora, Julie Ducornau, como ocurrió con la reivindicable "Mamá" readapta su corto de debut, que cosechó innumerables premios. Tampoco es que lo que plantea sea algo nunca visto antes, ya que hay muchos referentes: "Belle de Jour", "Marnie la ladrona", "Repulsión", "Carrie" o esa pequeña cinta de culto que es "May" de Lucky McKee. Pero a pesar de todo es de agradecer que desde el, muchas veces menospreciado por parte de la (supuesta) crítica seria, cine fantástico, se planteen reflexiones sobre la mujer mucho más audaces y realistas que aquellas provenientes de sectores (tambien supuestamente) serios, siempre tan panfletarios, reducionistas y sujetos a la moral imperante ellos.

La película se abre con una secuencia (estupendamente rodada en plano fijo) que es toda una declaración de principios: presenciamos un  aparatoso accidente de tráfico derivado del intento de un coche esquivar a un/una peatón suicida, algo ya de por si bastante dramático, que por la actitud del superviviente, se tornará en algo surrealista. Esa va a ser la tónica de la película: el lugar más mundano, puede ser el escenario de un desastre en cualquier momento, para posteriormente, cuando todo parece ya bastante complejo, revelarse en última instancia aun más sorprendente y retorcido.

Volviendo con las referencias, otros dos cineastas que no he citado que también están bastante presentes son Paul Verhoeven (que tantas veces ha tratado situaciones traumáticas como elementos catárticos y de maduración) pero sobre todo David Cronenberg. La sombra del genio canadiense es muy alargada, y no me refiero solo a lo que salta a la vista (todo lo relativo a la carne, viva y muerta) sino también a la manera de fotografiar espacios cotidianos como antesalas de la pesadilla, y en su manera de relacionar cuerpo y mente, pasión y reflexión, de manera contundente, pero a la vez elegante.

El inicio de la inocente Justine (excelente y entregada Garance Mariller) en la vida universitaria es retratada como la irrupción en una pesadilla desde el primer momento: su hermana mayor Alexia (no menos estupenda Ella Rumpf) no se presenta a recogerla, y sus padres parten dejandola sola en el aparcamiento desierto del campus. Como puede, arrastra sus pertenencias hasta su habitación para encontrarse que, en lugar de una chica como ella había demandado, le han puesto como compañero a un chico, gay eso si. Poco hay de la idealizada facultad de veterinaria soñada y tantos años prometida por sus padres. Pero lo peor está aun por venir. En mitad de su sueño nocturno, los estudiantes veteranos la harán despertar en una pesadilla. Tras arrastrarse semidesnudos en mitad de la noche por un campus fotografiado como un delirio surrealista, aterrizan en una fiesta con tintes de bacanal satánica, a la que la protagonista asiste con el mayor de los asombros. A partir de aquí la protagonistas vivirá un descarnado proceso de descubrimiento (interior y exterior) que tocará a su fin en los últimos compases de la película, con otra escena paralela, esta vez a la luz del amanecer, en el que los estudiantes veteranos les sacarán de la cama, igual o más desorientados que al principio para hacerles saber, en el mismo lugar en que todo se inicio, que su periodo de novatadas ha acabado: la pesadilla ha tocado a su fin. O eso parece.

El proceso de toma de conciencia y transformación de la protagonista será tanto físico comoemocional. En lo relativo a lo primero vuelve a aparecer Cronenberg, con la esa erupción cutanea que sufre la protagonista al poco de iniciarse las novatadas, y que se va descamando: la madurez, implica un estado anormal/patológico (en este caso la adolescencia/juventud) antes de renacer, tras mudar la piel, como adulto. Como tantas veces ha mostrado Cronenberg, una cuerpo y mente nunca van por separado. Unido con esta idea esta también la manera en la que la realizadora filma los cuerpos como entes en mutación y colisión perpetua, con total honestidad y sin ningún pudor. Dicha honestidad y visceralidad dicen que provocó desmayos y deserciones en algunas proyecciones, pero no creo que sea una película excesivamente gráfica, y desde luego, nunca exagerada ni gratuita. Así secuencias  que aparentemente lo son, como aquellas en que Alexia enseña a su hermana a orinar de pies como si se tratara de un hombre, tienen un trasfondo muy jugoso: no solo se trata de una manera bastante original de mostrar la complicidad entre las hermanas, sino que además es un modo de reflejar como la mayor va a ir descubriendole apetitos y facetas de su cuerpo que ella desconoce. Hay más momentos, de este tipo, pero que no desgranaré para no eliminar los múltiples giros de la trama. Solo llamar la atención sobre el sorprendente final, que hace replantearse todo lo visto hasta el momento, y que de nuevo pone a Cronenberg en la picota: las patologías/perversiones trasmitiendo a la descendencia a través de la genética.

Otro aspecto que llama la atención para bien es el sentido del humor que recorre de manera sutil peropersistente toda la película. A pesar de lo crudo (perdón por el chiste) de la película, hay en todo momento una visión irónica que hace más digerible (perdón otra vez) lo que estamos viendo, pero sin llegar a convertirlo en un mero juego, como ocurría con la recientemente comentada aquí "La doncella". Vease el momento en el que la protagonista prueba por primera vez la carne humana. Los momentos previos y el final de la escena provocan risas en la platea, sin embargo no invalidan la revelación y el shock que esto supone
para la protagonista. O la novatada que implica pintura y sexo, casi absurda, pero aun así tremendamente real A esto ayuda mucho la excelente música de Jim Williams, un completo desconocido para mí, que es capaz de saltar en el mismo tema musical de la euforia al terror para tornarse irónico y cerrar la secuencia con un tono melancólico. Y ya que nombro la música, hay un buen uso también de la música pop, con la sorprendente y reivindicativa "Plus pute que toute les Putes" de Orties, que juega un papel vital y preside una importante secuencia, y la recuperación de las muy reivindicables The Long Blondes.

Creo que me he extendido bastante y aun no le hago justicia a esta excelente película. Julia Ducornau se confirma como alguien a tener muy en cuenta y "Crudo" pasa a encabezar la lista de lo mejor que he visto en lo que va de año. Ojala alguna película la desbanque.


4 comentarios:

  1. "Tú vas de azul y tú de verde. No salgáis de esta habitación hasta que seáis amarillos", típico y ácido sentido del humor de esta estupenda película que pasó de puntillas por la cartelera barcelonesa sin apenas promoción.
    Me encantó la escena final con Laurent Lucas, tiene ese aire de "final sorpresa" típico de los cómics clásicos de terror, Vampus, Rufus...
    Saludos!
    Borgo.

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    1. Una gran secuencia la que comentas entre tantas que tiene la película. A nivel personal, es la mejor película que he visto este año en una sala.
      Una joya.
      Saludos

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  2. Procuraré verla. El género de terror no ha estado nunca entre mis preferidos, pero reconozco que en los últimos años me ha logrado sorprender y gustar en más de una ocasión, entre ellas varias de las películas que mencionas en la entrada. Lo tendremos "crudo", entonces.
    Saludos.

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    1. A mi el terror si que me gusta bastante, siempre y cuando no sea una mera sucesión de sustos y reflexione sobre algo interesante de fondo. Aunque "Crudo" más que en el terror, yo la enmarcaria en el fantástico, pero el miedo siempre atrae más a la chavalada. De cualquier manera, una película genial.
      Saludos

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